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"Hay que poner en valor el papel de la mujer en la ciencia porque a lo largo de la historia no se ha hecho"

La investigadora del Irnasa Blanca Ausín apuesta por reconocer las aportaciones femeninas al conocimiento en el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

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"Hay que poner en valor el papel de la mujer en la ciencia porque a lo largo de la historia no se ha hecho"
La investigadora del IRNASA Blanca Ausín (Foto: Irnasa)
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 7 min.
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Estudiar los cambios climáticos anteriores para conocer qué nos depara el futuro es el objetivo de la científica Blanca Ausín, que, desde el Irnasa de Salamanca, ha puesto en marcha un nuevo laboratorio para ampliar las líneas de investigación y conocer qué cuentan las partículas del océano sobre el clima y su evolución.

Además, como mujer en el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia quiere reivindicar las aportaciones femeninas al conocimiento a lo largo de la historia y critica los techos de cristal a los que se enfrentan las científicas que provocan que la mujer se vaya perdiendo a lo largo de la carrera investigadora.

En una charla con TRIBUNA adelanta los detalles del nuevo Laboratorio de Biogeociencias, cómo avanza su investigación y reflexiona sobre la situación de la mujer en la ciencia.

- Ha puesto en marcha un nuevo laboratorio en el Irnasa, ¿en qué consiste?

Es un laboratorio de Biogeociencias y, sobre todo, estamos enfocadas en la Geoquímica orgánica, es decir, trabajamos con materia orgánica, moléculas que nos dan información sobre el ambiente en el pasado y también en el presente. Queremos ver cómo funciona el clima, los ecosistemas, etc.

- ¿Qué supone para el Irnasa y para su carrera profesional este nuevo proyecto?

Para mí como investigadora es muy emocionante poder tener un laboratorio en el que realizar todos los análisis que tenemos que hacer y que antes teníamos que externalizar y mandar las muestras a otros laboratorios. Ahora podemos hacerlo nosotras y eso nos da la oportunidad de aprender mucho y ampliar las cosas que veníamos haciendo, probar otro tipo de métodos e innovar un poquito. Estamos muy contentas.

Para el Irnasa es un laboratorio en el que podemos encontrar sinergias con otros compañeros que trabajan con moléculas. El Irnasa cuenta ya con un servicio científico técnico de metabolómica que trabajan mirando moléculas en suelos y ahora nosotras nos unimos trabajando con compuestos diferentes y ampliando un poco la gama de lo que podemos hacer en el instituto.

A las mujeres investigadoras se nos infantiliza más, se nos toma menos en serio y hay un montón de trabas que sufrimos más las mujeres a lo largo de la carrera que te van minando y al final lo dejas

- Vuestro laboratorio estudia los cambios climáticos pasados, ¿por qué es importante conocer estos cambios?

Porque tenemos un cambio climático actual que tenemos la certeza de que está provocado por las actividades humanas, es de origen antropogénico, y para saber como va a funcionar en este nuevo escenario, en el que ahora hay gente en la tierra, tenemos que conocer cómo funciona el sistema climático por sí mismo. Tenemos que saber qué pasa si se aumenta el CO2, qué pasa si aumenta la temperatura, qué pasa si sube el nivel del mar. El pasado es una manera muy informativa de conocer cómo funciona el sistema ante cambios climáticos que nosotros no hemos presenciado porque no estábamos aquí. Lo que hacemos es reconstruirlos y vemos que en el pasado, cuando se inyectó de forma natural CO2 en la atmósfera pasó todo esto en los ecosistemas, en las temperaturas, en los patrones de precipitación, etc. Podemos tomar toda esa información como análogo y saber qué nos depara el futuro si seguimos con nuestras actividades inyectando CO2 a la atmósfera.

- ¿En qué punto está la investigación?

Estamos ya pasando toda la parte logística de muestreo. Este proyecto tenía un muestreo muy ambicioso porque consistía en dos expediciones oceanográficas frente a las costas de Portugal. Teníamos que desplegar una serie de instrumentación, dejarla un año e ir a recogerla, que siempre tiene un riesgo bastante elevado. Ya hemos completado toda esa fase, ya tenemos las muestras aquí y ahora vamos a empezar con toda la fase de laboratorio y producción de datos. Es una fase muy emocionante y estamos muy contentas de todo lo que hemos conseguido hasta ahora.

- ¿Cómo fueron esas expediciones?

Fueron muy bien. La primera fue un éxito total porque muestramos todas las estaciones que teníamos previstas, y en diciembre, que no son buenas épocas para muestrear en el Atlántico. Y la segunda también se dio muy bien porque recuperamos todas nuestras muestras, nuestros instrumentos. Estamos muy contentas.

- Ahora estáis en proceso de crear este nuevo laboratorio, ¿cuándo estará listo?

Hemos adaptado ya el espacio con muebles y toda la instalación eléctrica y esperamos que a finales de febrero estemos ya poniéndolo en marcha y haciendo una evaluación de si hay contaminación, de si no, y una vez que tengamos ya eso resuelto empezar a medir de manera rutinaria con las muestras, aunque con algunas muestras ya hemos empezado a trabajar porque todo lo que podemos hacer lo vamos adelantando.

- ¿Y qué cuentan esas muestras que ya habéis analizado?

Hay una cosa en el proyecto, que es el objetivo principal, que es ver cómo las partículas se mueven en el océano y se redistribuyen. Tenemos siempre esta asunción de que cuando reconstruimos el clima con sedimento de un sitio específico estamos reconstruyendo el clima de ese sitio con partículas que se han formado ahí y nosotras lo que pretendemos ver es un poco si hay partículas que vienen de otros sitios y traen información climática de otros sitios. Lo que hemos visto hasta ahora es que en la zona en la que trabajamos hay una redistribución de sedimientos muy grande porque las trampas que teníamos puestas abajo han venido cargadas de sedimento y las de arriba no, lo que quiere decir que no hay caído de arriba, no se ha producido en esta zona, sino que viene de otras zonas cerca del fondo. También hemos visto en base a los sensores que las corrientes del fondo son muy fuertes y muy rápidas, mucho más de lo que teníamos pensado.

- ¿Esto cómo influye para el clima?

Influye en las reconstrucciones climáticas introduciendo un sesgo. No es un sesgo necesariamente muy grande, influye un poco de qué señal se esté transportando. Si es de una zona fría y viene de una zona fría la reconstrucción va a seguir siendo fría, pero al final es una mezcla de dos sitios, o quizá más, y cuando reconstruyes por ejemplo la variable de temperatura vas a tener una mezcla de dos sitios y ahí está el reto de identificar ese sesgo e intentar corregirlo. Es un poco poder encontrar nuestros límites a la hora de reconstruir el clima. Hasta ahora nos vamos moviendo en una dirección para reconstruir el clima a una resolución muy alta y quizás con la introducción de estos sesgos lo que vemos es que esa resolución no nos está resolviendo, que quizá nos tenemos que fiar más de reconstrucciones climáticas a una resolución un poco más bajas.

Tenemos que saber qué pasa si se aumenta el CO2, qué pasa si aumenta la temperatura, qué pasa si sube el nivel del mar. (...) Podemos tomar toda esa información como análogo y saber qué nos depara el futuro si seguimos con nuestras actividades inyectando CO2 a la atmósfera.

- ¿Por qué es importante el papel de la mujer en la ciencia?

Porque contribuimos igual que los hombres, hacemos las mismas funciones y creo que nuestro papel es igualmente importante, pero sí es necesario ponerlo en valor hoy en día porque a lo largo de la historia no se ha hecho. Es una necesidad de equilibrar todo lo que se ha hecho y reconocerlo.

- ¿A qué retos se enfrenta la mujer en la ciencia?

Tenemos muchos retos, porque tenemos el techo de cristal. Digamos que nosotras nos vamos perdiendo a lo largo de la carrera científica, bien porque socialmente se nos da ese rol de cuidadoras y cuando tenemos niños nos vamos alejando, a veces sin quererlo. Para nosotras es más complicado. También hay una serie de sesgos de género inconscientes que nos afectan mucho. A las mujeres investigadoras se nos infantiliza más, se nos toma menos en serio y hay un montón de trabas que sufrimos más las mujeres a lo largo de la carrera que te van minando y al final lo dejas y así es como nos vamos perdiendo. Y si miras los estadíos más avanzados de la carrera investigadora la proporción de hombres es mucho mayor. También es verdad que venimos de un momento en el que antes no había tantas mujeres, pero hay muchas que entran y en la universidad vemos que en las carreras científicas y de ingeniería a veces hay una distribución de 50-50 que luego no se mantiene.

- ¿Ha cambiado mucho la situación en los últimos años?

Para esto hay que mirar indicadores. El CSIC, por ejemplo, tiene su propio observatorio, y lo que vemos es que se han ido implementando medidas para que esto vaya cambiando, pero nos hemos estancado un poquito y hay que seguir trabajando para que todos seamos conscientes de que no es normal que esta distribución no refleja lo que hay en las aulas y debería reflejar lo que está pasando con la mujer en la ciencia, que en muchas disciplinas se terminan perdiendo por el camino.

- ¿Cómo está el panorama científico en España?

Aquí podríamos hablar de diferentes dimensiones. Una es la financiación y yo creo que está mejor de lo que estaba. Ahora hay muchas convocatorias, hay una valoración importante de lo que es la necesidad de la ciencia. Creo que con el covid quedó demostrado que la ciencia básica es importante, que hay personas que no entienden por qué estamos estudiando esto, que les parece una pérdida de tiempo, pero ese conocimiento se puede terminar poniendo en valor cuando menos te lo esperes. Estamos en un buen momento, pero no hay que confiarse. En el cambio climático lo vemos mucho, hay mucho negacionista, y es importante hacer ese trabajo didáctico de explicar lo que hacemos y la importancia de lo que hacemos para la sociedad.

- Un mensaje para las niñas que quieren ser científicas

Les diría que seguramente se encuentren trabas muchas veces pero es importante trabajar todas juntas, apoyarnos entre nosotras y ser conscientes de que nuestro trabajo tiene valor. Creo que entre todas podemos hacer que las cosas mejoren y cambien.