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Izquierda Unida de Salamanca se opone a declarar Bien de Interés Cultural los últimos vestigios franquistas

Además, exige la resolución de expedientes incoados de declaración como Bien de Interés Cultural, algunos desde 1982

Izquierda Unida de Salamanca se opone a declarar Bien de Interés Cultural los últimos vestigios franquistas
María  Pedrosa García
María Pedrosa García
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El próximo 3 de marzo se celebrará un nuevo Pleno municipal, en el que Izquierda Unida ha anunciado una moción con la que pretende demostrar "el desacuerdo de Salamanca con la propuesta para declarar Bien de Interés Cultural los últimos vestigios franquistas, recordando y animando a que las Cortes y la Junta de Castilla y León cumplan en impulsen la legislación memorialista". 

En concreto, según datos de la agrupación, procuradores de las Cortes de Castilla y León, pertenecientes a la formación política que dirige la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León (VOX), "han propuesto formalmente que casi 200 vestigios que ensalzan al régimen dictatorial precedente (el franquismo) o vitorean al bando que se impuso en la terrible guerra civil sean declarados Bienes de Interés Cultural". Una veintena se encuentran en la provincia de Salamanca y de éstos siete en la ciudad de Salamanca.

Asimismo, desde Izquierda Unida solicitan a la consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León a que con "prontitud" resuelva los expedientes de declaración como Bien de Interés Cultural incoados y que afectan a nuestro municipio e inicie el propuesto -en esta legislatura- por el Pleno Municipal del Ayuntamiento de Salamanca a favor del Cerro de San Vicente.

En palabras de Carrera "que la consideración como Bien de Interés Cultural del barrio catedralicio o viejo de la ciudad (expediente incoado en julio de 1982), de la antigua Iglesia de San Polo (expediente incoado en mayo de 1992) o de la Calzada de la Plata en Salamanca (expediente incoado en noviembre de 2001), tanto tiempo después, siga sin resolverse, tiene difícil explicación, y supone un menosprecio que una ciudad de categoría especial no puede tolerar por más tiempo". 

Carrera crítica que tantas décadas después la Junta de Castilla y León todavía no haya dado una explicación por la cual el reconocimiento a muchos bienes patrimoniales, con indudables valores históricos, artísticos, arquitectónicos, urbanísticos, paisajísticos, etc. que les hacen merecedores de la máxima protección, sigue relegado y postergado sine die.