Batallas épicas, espías españoles y soldados olvidados: Miguel reconstruye la guerra con un enfoque vibrante y humano que engancha desde la primera página
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La Segunda Guerra Mundial sigue siendo un tema inagotable en la literatura, el cine y la historiografía. Cada año, nuevas investigaciones, testimonios y reinterpretaciones arrojan luz sobre un conflicto que marcó el siglo XX y cuyas consecuencias todavía se sienten. Sin embargo, ¿cómo se puede contar de una manera diferente una guerra sobre la que se han escrito cientos de miles de páginas? Miguel Ángel Santamarina, escritor y periodista, ha encontrado su propia forma de hacerlo en su nuevo libro, 'La Guerra que cambió el mundo. Efemérides de la Segunda Guerra Mundial', una obra que mezcla efemérides, narración histórica y pequeñas historias humanas para dar una visión más cercana de los acontecimientos.
Desde su trabajo en Zenda, donde durante años escribió sobre efemérides históricas, surgió la idea que hoy toma forma en su publicación. "Teníamos una sección donde hablábamos de hechos históricos concretos con una estructura muy breve. De repente, pensamos que podía trasladarse a un libro", explica. La editorial Penguin respaldó la propuesta y tuvo claro que el eje debía ser la Segunda Guerra Mundial, coincidiendo con los 80 años del fin del conflicto en 2025.
El enfoque no es el habitual. Miguel no solo relata grandes batallas y figuras emblemáticas, sino que introduce pequeñas historias que humanizan la guerra. "Por ejemplo, en la batalla de Guadalcanal, no solo cuento el enfrentamiento entre EE.UU. y Japón, sino que incluyo la historia de John F. Kennedy, que estuvo allí y casi pierde la vida. Se salvó gracias a un soldado anónimo con el que luego mantuvo amistad hasta su asesinato", comenta. "Esas conexiones nos ayudan a entender que la guerra, aunque a menudo se cuente en cifras y estrategias, la vivieron personas reales".
Uno de los aspectos más interesantes del libro es su estructura. En lugar de seguir un orden cronológico o centrarse en un único frente, Miguel opta por saltar de un episodio a otro, destacando momentos clave en distintos puntos del conflicto.
A pesar de la vasta bibliografía sobre la Segunda Guerra Mundial, Miguel no se obsesionó con innovar, sino con escribir de la manera que le resulta más natural. "Siempre me ha gustado mezclar estilos. No es una novela, pero tampoco es un ensayo convencional. Busco darle un toque narrativo que haga que el lector sienta que está dentro de la escena", dice. Esta mezcla de géneros le permite narrar la historia con un tono accesible, sin perder el rigor documental. Esa forma de contar la historia implica recrear momentos clave con un enfoque casi cinematográfico. "Me imagino a Rommel en el desierto, engañando a un general italiano que no sabe alemán para hacerle creer que tiene permiso para atacar", cuenta. "Es un detalle real, pero al contarlo con cierta dramatización se vuelve más cercano y atractivo". Esa mirada narrativa permite que el lector no solo aprenda datos históricos, sino que los viva con intensidad.
El libro no solo se centra en los nombres que todos conocen, como Churchill, De Gaulle o Hitler, sino que también rescata historias menos conocidas, pero igual de impactantes. "Hablo de Gardelegen, una de las últimas masacres nazis, donde quemaron vivos a prisioneros en un granero, entre ellos un español y existe una asociación en Asturias para conmemorar su memoria. O de los bombardeos de Tokio, donde murieron cerca de 100.000 personas quemadas. Hay un japonés que luchó toda su vida por sacar adelante un museo para que no se olvidara ese horror, a pesar de la resistencia de su propio país", relata.
El papel de España en la guerra también tiene su espacio. "Hablo de la División Azul, del espía Garbo y de las relaciones entre Franco y Hitler. Se suele debatir si Franco evitó que España entrara en la guerra o si simplemente las circunstancias lo impidieron. Hay documentos, como un informe de Carrero Blanco, que muestran que el franquismo calculó bien las consecuencias de entrar en el conflicto", explica. A través de estos episodios, Miguel ofrece una perspectiva sobre cómo la guerra afectó a España y "el papel de Franco para que no entrase en una guerra que hubiera sido devastadora".
Para Miguel, su libro puede aportar tanto a los expertos en la Segunda Guerra Mundial como a quienes se acercan por primera vez al tema. "Los aficionados más metidos en el tema siempre encontrarán algo nuevo o una forma distinta de contar ciertos hechos", asegura. "Y para el público general, es una puerta de entrada a una historia que nunca deja de tener relevancia". Con su estilo, Miguel busca recordar que la historia, más que fechas y batallas, está hecha de personas. "Lo importante es que estas historias no se olviden. Porque, como decía Olga Mayans, una española que sobrevivió a la masacre de Tulle: ‘Para no repetirlo, hay que recordarlo’".
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