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Carlos Núñez: "Soy un admirador confeso de la zona de Salamanca y sus tradiciones"

Embajador de la música celta y virtuoso de la gaita, regresa a Salamanca con 'Celtic Sea', un viaje para descubrir músicas inéditas e historias del mundo celta atlántico

Carlos Núñez: "Soy un admirador confeso de la zona de Salamanca y sus tradiciones"
El músico Carlos Núñez.
Isabel  Rodríguez
Isabel Rodríguez
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Acompañado de sus inseparables gaita y flautas, Carlos Núñez es mucho más que un músico, y así lo demuestra en cada uno de sus álbumes. Treinta años de trayectoria avalan a este extraordinario músico, compositor, investigador y un virtuoso de la gaita, además de un reconocido embajador de las tradiciones celtas. En 'Celtic Sea', un trabajo de mestizaje cultural, se ha embarcado en una nueva aventura musical que conecta las culturas de los países atlánticos de Europa, y del que podrá disfrutar el público en el Teatro Liceo de Salamanca, escenario al que subirá Carlos Núñez el próximo domingo, día 26 de enero, en el que será su regreso a la ciudad salmantina. "Un admirador confeso de las tradiciones de esta zona", asegura.  

Llega a Salamanca con 'Celtic Sea', su último álbum, y dentro de la gira 'La travesía'. ¿A dónde le ha llevado esta aventura musical?  

Es el nuevo disco, lo grabamos el año pasado, y va a ser la primera vez que lo estrenemos en Salamanca, una ciudad que además no visitábamos desde antes de la pandemia. Me hace muchísima ilusión porque este año estamos retomando lugares prepandemia. Soy un admirador confeso de toda la zona de Salamanca, incluso cuando vamos por la zona siempre cae un baño en el río de Ciudad Rodrigo, en el Águeda. Me encantan todas las tradiciones de esa zona, toda la cultura de la Vía de la Plata, la cultura pastoril. ‘Celtic Sea’ es un disco que nace fruto de la colaboración con Brittany Ferries, estos barcos que conectan todo el mar celta, y que llevan 50 años. Empezaron siendo los agricultores de Bretaña que llevaban sus productos por todas las costas celtas, y de ahí pasaron a llevar gente. Se sienten de alguna manera herederos de aquellas antiguas navegaciones que ya desde hace diez mil años están documentadas y que unían todos estos finisterres atlánticos. Para celebrar esos 50 años hemos hecho una sinfonía que se llama ‘Celtic Sea’ y que es un viaje por todos los países celtas. Hemos incluido, por supuesto, músicas de Irlanda, Escocia, Gales, Cornualles... toda la costa norte de la península y el interior, hemos prestado una especial atención a las músicas de la Vía de la Plata. Y la canción en concreto que trata sobre la vía de la plata se llama ‘Silver Way’ y es, curiosamente, uno de los temas favoritos de los turistas británicos que van en los barcos.  

Para las melodías del disco ha utilizado instrumentos de diferentes periodos, como las liras atlánticas prehistóricas.  

Esa sinfonía es como un viaje físico, porque viajamos por todos esos paraísos, muchas veces desconocidos, de los países celtas, pero también un viaje en el tiempo que nos permite la música. Hace años no estaríamos preparados para ello, y es que en los últimos años ha habido muchos descubrimientos. Gracias a que estamos trabajando en equipo -un trabajo multidisciplinar con los arqueólogos, los antropólogos, los lingüistas, los musicólogos...- estamos reconstruyendo todo ese mensaje milenario que nos ha quedado a través de la tradición, de objetos, y una de esas novedades son esas músicas de la Edad del Hierro y de la Edad del Bronce. Hemos reconstruido liras atlánticas de hace 3.000 años y están diseñadas a tamaño real. Esos sonidos de esas antiguas liras, instrumentos que también son común denominador como las gaitas atlánticas, las vemos en Escocia, en Irlanda, en Galicia, en Asturias... en todo el atlántico celta, pero incluso hasta las gaitas con el tamboril que se tocaron tanto en Salamanca y que también las encontrábamos en el Reino Unido. Era un lenguaje común. Hay todo un mundo conectado a través del mar desde hace milenios y, gracias a esos instrumentos y a cosas que se han descubierto, podemos permitirnos ese viaje.  

Otro de los elementos claves ha sido uno de los secretos mejor guardados de la música celta, la double tonic, un sistema de armonía que nos han dejado descifrado los antiguos bardos atlánticos manuscritos. Lo representaban con 0 y 1, como si fuera un código de un programador de ordenadores, esos códigos representaban patrones de acordes. Y la double tonic es la manera en la que entendían esas antiguas músicas celtas, comparando la música con los fenómenos atmosféricos, era la consecución de momentos de calma y de paz, esos eran los 1, y los momentos de tensión, que eran los 0. Ha sido uno de los lenguajes que hemos utilizado en todas estas músicas, en Celtic Sea, y el otro elemento es el ritmo de la gaita, un ritmo común que existe en todos los países que podemos considerar celtas. Con esos elementos hemos hecho este viaje físico y en el tiempo.  

Detrás de cada álbum en el que se embarca hay mucha labor de la investigación, casi podría decirse que como si fuera un arqueólogo de la música.  

Me apasiona, porque cada vez tenemos más elementos para saber quiénes son y por qué de pronto cualquier persona de la calle decía estas Cantigas medievales de Santa María me recuerdan a esta pieza de heavy metal. Para entender esas intuiciones de la gente en los últimos años hemos avanzado mucho. El 70% están en modo dórico, uno de los modos mayoritarios como en las músicas latinas, electrónicas que suenan hoy. Aquellos modos que se manejaban en la Edad Media se han eternizado a través de nuevos géneros, como el rock, las músicas británicas, de Estados Unidos, que han modernizado aquella herencia. Estamos además en un momento muy interesante porque los más jóvenes ya no tienen esos complejos con la tradición y se aproximan con más naturalidad.  

Es indudable que instrumento con el que más le identifica el público es la gaita. ¿Qué hace que este instrumento sea tan especial y su sonido tan reconocible? 

Seguramente que es el instrumento común a todos los países celtas atlánticos y seguramente tuvo la suerte de estar presente en países que han influenciado mucho al mundo, como los países británicos. En Latinoamérica, me llama la atención, conocen más la gaita escocesa que las que se tocan en España, cuando recibió esa influencia desde nuestro. Pero, como dicen los escoceses e irlandeses, la gaita no ha llegado a España desde las islas británicas, ha sido al revés.  

Y también hay que sacarse esa imagen del mundo celta como algo opuesto al mediterráneo, porque el mundo celta es un mundo mestizo que ha recibido del mediterráneo y del Mar del Norte. Ha juntado esas dos energías.  

Más de 30 años en el mundo de la música. Cuando empezó ¿pensó que este camino iba a ser enriquecedor e interesante? 

Pasa el tiempo volando. Cuando empezaba me encantaba colaborar con grandes maestros, mucho mayores que yo. Con apenas 23 años andaba llamando a Paco de Lucía, a Jordi Savall..., pero yo quería aprender de ellos, eran mis ídolos. Ahora lo que me gusta es aprender de los jóvenes. Las generaciones que vienen nos tienen mucho que enseñar en lo que es el mundo digital, pero es cierto que lo que es el mundo orgánico, analógico, desconocen muchas cosas, como la experiencia de un concierto en directo tocando al mismo tiempo y emocionándose todos juntos.  

El concierto que ofrecerá en Salamanca será en el Teatro Liceo. ¿Prefiere tocar en espacios pequeños, por aquello de más cercanía con el público, o en espacios grandes? 

Es completamente diferente, me gustan las dos experiencias y depende de cómo van surgiendo las cosas. El tener la oportunidad de vivir una experiencia en un teatro con el público que está tan cerca de nosotros y de los instrumentos es un lujo, para nosotros y para el público.