Leo Rodríguez y su número #4, para siempre en el techo de Würzburg y en el corazón de Salamanca

Pisó Leo Rodríguez el palco de Würzburg y la grada se puso en pie. Faltaban aun diez minutos para que comenzar el duelo ante Oses Ardoi pero ya todo el mundo parecía estar pensando lo que se venía al descanso con el homenaje previsto a la canaria, con la ceremonia de retirada de su camiseta. Ella agradecía el aplauso devolviédolo a la grada a la vez que sus propias compañeras, en pleno calentamiento, también se dirigían a ella con aplausos y saludos. Sentada en la zona de honor, flanqueada por el presidente Jorge Recio, la presidenta de la Federación, Elisa Aguilar, o el alcalde García Carbayo.

El pabellón se quedó a oscuras en el descanso para la proyección de un vídeo con jugadas de la #4 desde el día de su presentación. Al centro de la pista saltaba Leo Rodríguez iluminada por la luz de un foco acompañada por los aplausos y los gritos de "Leo, Leo". Mano al corazón y agradecimiento antes de que la camista con su número y su dorsal se desplegara en lo alto, frente al palco.

Ella tomó el micrófono para dirigir unas palabras, que más o menos se entendían y es que lo de la megafonía de Würzburg es una pesadilla. "Solo tengo palabras de agradecimiento, desde que vine en 2013 siempre me habeis hecho sentir como en casa y lo voy a llevar siempre en el corazón. Gracias por todo el apoyo, todas las que hemos jugado en este pabellón sabemos que muchas victorias son gracias a vosotros y muchos títulos llevan vuestro nombre, así que de verdad muchas gracias".

Jorge Recio la hacía entrega de una gran imagen suya vistiendo la camiseta de Avenida y Vilaró la entregaba un ramo de flores -Domínguez apenas podía caminar- y se la vio muy emocionada durante la ceremonia. 

El mundo del deporte no es ajeno a ceremonias de homenaje pero sin duda retirar un número o, en su defecto, colgar en lo alto de un pabellón la camiseta de un jugador o jugadora es especial por lo que significa de honrar la memoria del mismo o la misma. El principal motivo es por haber sido un ganador, individual o colectivamente pero también recuerda a la persona y la huella que dejó en el club como ser humano. Representa haber dejado un legado como competidor y que nadie más va a poder usar, un gesto simbólico que además implica que tu nombre siempre estará visible. Hablando de Perfumerías Avenida y de un deporte como el baloncesto femenino en España tiene valor añadido, pues pocas son las camisetas que cuelgan de los techos de los diferentes pabellones.

Una combinación de premios individuales y colectivos, trofeos y victorias. Una fórmula que también tiene en cuenta el tiempo de presencia de la jugadora en el club y el impacto que tuvo dentro de la pista y en la comunidad, en la ciudad.

No hay una receta fija, es una decisión del club pero es un mensaje a la memoria colectiva. A Leonor Rodríguez, aunque naciera en Canarias y jugara en otros clubes de España y también en países como Polonia, Italia o Turquía, todo el mundo la recordará su paso por Perfumerías Avenida. Sus pases sin mirar, sus triples, su personalidad es parte de la historia del club salmantino y ahora también el #4.