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La USAL colabora en un estudio que impulsa nuevas estrategias terapéuticas frente al linfoma no Hodgkin

Se trata de un cáncer agresivo que afecta a los linfocitos B

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La USAL colabora en un estudio que impulsa nuevas estrategias terapéuticas frente al linfoma no Hodgkin
Investigadores en un laboratorio. (Foto: E. Press)
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 2 min.

Un equipo de investigadores de varias universidades, entre ellas la de Salamanca, ha realizado un hallazgo clave en la biología del linfoma B difuso de células grandes (LDCBG), el subtipo más frecuente del conocido como linfoma no Hodgkin, al determinar el papel que juega una proteína en la progresión de la enfermedad, según informa EFE.

Los autores son investigadores de la Universidad de Navarra, en colaboración con la empresa farmacéutica Roche, el Instituto de Salud Carlos III-CIBERONC, la Universidad de Salamanca, y el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdisNA).

El linfoma LDCBG es un cáncer agresivo que afecta a los linfocitos B, caracterizado por un crecimiento difuso en los tejidos linfoides (como ganglios y bazo) y una evolución clínica heterogénea.

Sin tratamiento, su progresión es veloz y con consecuencias negativas para la salud de los pacientes, y aunque la inmuno-quimioterapia actual permite la remisión en muchos pacientes, un porcentaje significativo experimenta recaídas o desarrolla resistencia, lo que subraya la necesidad de nuevas estrategias terapéuticas.

Este tipo de tumores corresponde al subtipo más frecuente de linfoma no Hodgkin, representando aproximadamente el 30-40% de estos casos y entre el 5-20% de las neoplasias hematológicas totales, según ha informa a EFE la UN.

El estudio, publicado en Blood, una de las revistas científicas de mayor impacto internacional en hematología, revela el papel crucial de la interleucina 10 (IL-10), secretada por las células tumorales B, en la progresión de la enfermedad y en la remodelación del microambiente tumoral.

Este mecanismo de comunicación a través de IL-10 resulta ser fundamental para el éxito de estrategias de inmunoterapias emergentes. Los hallazgos abren nuevas posibilidades terapéuticas para este linfoma altamente agresivo, con un impacto potencial en el desarrollo de inmunoterapias más efectivas.

Así, los investigadores desarrollaron un modelo animal inmunocompetente que recrea esta enfermedad humana, en el que pudieron eliminar el gen de IL-10 específicamente en las células tumorales. Esto ha permitido descubrir que la IL-10 tumoral desempeña un papel dual.

Por un lado, favorece el crecimiento del linfoma y reduce la eficacia de la terapia convencional con anti-CD20. Sin embargo, a su vez, mantiene una respuesta inmune anti-tumoral más robusta, lo que le permite beneficiarse de otros tipos de inmunoterapias, como el bloqueo de PD-1.

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