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Dos mujeres pioneras en el montaje de los 'tablaos' de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo

Nunca estuvo prohibido que las mujeres participaran en esta tradición pero lo cierto es que nunca lo han hecho. Ahora Saray Gómez y Sara González abren el camino

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Dos mujeres pioneras en el montaje de los 'tablaos' de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo
Montaje de los tablaos de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo (Fotos: EFE)
Cristina García / EFE
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Saray Gómez y Sara González han abierto camino en una tradición centenaria donde hasta ahora sólo se habían visto hombres: el montaje de los 'tablaos' de madera de la plaza de toros efímera del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, una labor que ha comenzado este fin de semana.

Las dos mirobrigenses han vuelto este año a participar en una tarea que se remonta al siglo XV, pero en la que hasta que ellas lo hicieron por primera vez en 2024 sólo los hombres se ocupaban del montaje en la Plaza Mayor, declarado bien de interés cultural de carácter inmaterial.

"Nunca habían participado mujeres en la plaza, otra cosa es que en casa ayudasen a colocar las maderas. Yo he preguntado a los montadores más antiguos y no recuerdan que las mujeres fueran a la plaza a montar. El año pasado ellas dieron la sorpresa", explica a EFE Nino Rodríguez, divulgador de la cultural local.

El coso se monta y se desmonta cada año en la Plaza Mayor de la localidad para acoger los festejos taurinos del Carnaval del Toro, una de las fiestas populares más antiguas de España, que este año se celebra entre el 28 de febrero y el 4 de marzo y que tiene su centro neurálgico en este espacio.

"A mí siempre me ha llamado estar ahí, hasta el año pasado subía a mirar qué hacían. Cuando el 'tablao' de la peña de mis padres lo hicimos familiar, dije: esta es la mía", relata a EFE Sara González Bravo, de 38 años, que ya el pasado año fue protagonista de una foto muy comentada en redes sociales mientras clavaba las maderas. Se decía que sólo estaba posando, que no se había manchado el mono y que a ver si volvían el año que viene, algo que las dos han hecho y esperan seguir haciendo junto a más mujeres que se animen a participar.

"Este año llevo a mi hija la mayor, de 8 años, que le encanta todo lo del carnaval. Tengo dos hijas, la otra tiene 4, y me gustaría que me siguieran en esta tradición", indica González.

UNA TRADICIÓN FAMILIAR

La construcción de la plaza comienza el fin de semana previo a la celebración del carnaval, cuando hasta tres generaciones juntas levantan un entramado de vigas, tablas, largueros, forros o cuñas, todo bien aferrado con las conocidas puntas de "veinte-ciento" y alguna otra brida, y constituido por cuarenta y siete 'tablaos', que se obtienen en una subasta popular, y cinco puertas.

"Yo aprendí con mi marido tareas como cargar leña o mover el tractor. La primera vez en la plaza se puso a mi lado y me iba diciendo lo que tenía que hacer para ir poniendo bien las maderas. El día antes las cargamos en el camión y luego en la plaza hay que descargar y montar", describe González.

El divulgador Nino Rodríguez recuerda que nunca estuvo prohibido que las mujeres fueran a montar los 'tablaos', pero el reparo por la presión social o de las propias familias las había mantenido fuera de esta tradición.

Saray Gómez Rodríguez, de 23 años, siempre le decía a su padre que quería ir con él a montar, pero él le respondía que era muy duro, mucho peso, hasta que el año pasado le falló un compañero y la invitó a acompañarle. "Me gustó hacerlo. Alguna persona me dijo que muy bien que estuviera ahí una mujer, pero lo viví con normalidad y quiero seguir participando", explica a EFE la joven mirobrigense.

PRIMEROS AÑOS COMO BIC

Más de 200 vecinos participan en el montaje de esta construcción solidaria que es el elemento más característico del peculiar Carnaval del Toro: un festejo que combina los disfraces con los toros desde 1732.

La referencia más antigua de la plaza efímera de Ciudad Rodrigo data de 1418, y desde entonces ha sido el referente taurino y el enclave oficial para la celebración de todo tipo de festejos, si bien las primeras fuentes que vinculan toros y carnaval son del siglo XVIII.

2024, el año de las primeras mujeres montando los 'tablaos', también fue el primero de la construcción de la plaza como bien de interés cultural inmaterial, una declaración muy anhelada en la localidad salmantina.