Cientos de mirobrigenses y turistas han abarrotado las calles para disfrutar con dos toros bravos de la ganadería Hermanos Celador Zurdo
Una vez más, las calles de Tamames han sido el escenario de la fiesta de los cencerros, una tradición que se remonta a mediados del siglo XX. Esta celebración fue concebida por el antiguo sacerdote del pueblo, quien tenía como objetivo involucrar a los jóvenes en la festividad de la Santa Infancia y la jornada de la Infancia Misionera.
Durante el viernes y sábado previos a esta conmemoración, los niños recorren las calles desde la madrugada, despertando a los vecinos con los cencerros del ganado. En este ambiente, el sonido del corazón de encina golpeando el hierro forjado se convierte en un llamado a la solidaridad, recordando la situación de aquellos que no tienen la misma suerte.
A medida que avanza el día, los pequeños disfrutan de un chocolate caliente. Posteriormente, se dirigen a la misa, donde el sacerdote proyecta un documental que promueve la solidaridad infantil, alineándose con el lema de este año de la jornada de la infancia misionera 2025: 'Comparto lo que tengo'.
Al finalizar la misa, la tradición establece que el sacerdote cuente a los niños y a las niñas por separado para determinar qué género ha conseguido más adeptos a la causa solidaria. En esta ocasión, las niñas han salido victoriosas, aunque la competencia ha sido reñida, con 27 niños y 28 niñas participando en la festividad.
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El Ayuntamiento ha destinado una partida de 42.000 euros a esta actuación
Un total de 27 asociaciones se reunieron este viernes en la Plataforma de Ciencia Abierta de Barça de Alba
La recaudación de las papeletas vendidas para la tradicional rifa se destinarán de manera solidaria a la asociación Alcer