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"Hay salida, nadie está solo en este camino": ATRA, un faro de esperanza contra los trastornos alimentarios

Una asociación salmantina que brinda apoyo y orientación a familias y pacientes en la lucha contra los trastornos alimentarios

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"Hay salida, nadie está solo en este camino": ATRA, un faro de esperanza contra los trastornos alimentarios
Raquel Saldaña y Esther García en Tribuna de Salamanca (Fotos: Arai Santana)
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 4 min.

En Salamanca, la Asociación de Trastornos Alimentarios y Obesidad (ATRA) se ha convertido en un pilar fundamental para las familias que enfrentan esta compleja enfermedad. Fundada en 2019 por familiares de pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), su misión es clara: ayudar, acompañar y asesorar a quienes atraviesan esta dura realidad.

Raquel Saldaña, presidenta de ATRA, y Esther García, vocal de la Junta Directiva, recuerdan cómo surgió la idea de la asociación. "Cuando hacíamos talleres para padres, nos dábamos cuenta del gran apoyo que significaban. A partir de ahí, decidimos unirnos para crear una asociación que pudiera ayudar a quienes pasaban por lo mismo que nosotros".

Con esfuerzo y dedicación, lograron consolidar una entidad sin ánimo de lucro en la que cada miembro trabaja de manera altruista, dedicando su tiempo libre a ofrecer apoyo a otras familias.

Ambas lo tienen claro, ATRA no sustituye la labor médica ni psicológica, pero ofrece herramientas valiosas para afrontar la enfermedad. "No somos médicos ni psicólogos, pero brindamos asesoramiento y compartimos nuestras experiencias para ayudar a gestionar mejor las situaciones que surgen", explican.

La sede de la asociación se encuentra en la Casa de las Asociaciones, en Gran Capitán n.º 53. También están disponibles a través de redes sociales como Facebook e Instagram, así como por correo electrónico (atrayobesidad@gmail.com) y teléfono (622 92 74 74).

Destacan que en los últimos meses, el número de socios ha aumentado a 30, reflejando un preocupante incremento en la incidencia de los TCA. "Cada vez hay más personas afectadas y a edades más tempranas. Antes era una enfermedad que afectaba principalmente a adolescentes, pero ahora se observa en niños desde los nueve años". Factores como el mal uso de redes sociales, influencias negativas y presiones estéticas han contribuido a esta tendencia alarmante.

 

"Cada vez hay más personas afectadas y a edades más tempranas"

         Raquel Saldaña, presidenta de ATRA

 

Las claves para un tratamiento eficaz

El primer paso para recibir tratamiento suele ser acudir al médico de Atención Primaria, quien evalúa la gravedad del caso y determina si el paciente requiere ingreso hospitalario o si puede recibir tratamiento ambulatorio.

En Salamanca, existen dos vías de ingreso: a través de la Seguridad Social, en la cuarta planta del Hospital Virgen de la Vega, o por la vía privada, en la Unidad Salamantina de Trastornos Alimentarios (USTA), que ofrece tanto tratamiento en centro de día como atención las 24 horas.

Enfatizan la importancia de la detección temprana. "Si se diagnostica a tiempo, el pronóstico es mucho más favorable. Es un proceso largo, pero si se identifican las primeras señales, se puede actuar con rapidez". Algunos signos de alerta incluyen cambios de humor, aislamiento social, pérdida de interés en actividades, agresividad y ocultamiento de comportamientos alimentarios.

Uno de los mayores desafíos es el estigma asociado a los TCA. "Es una enfermedad vergonzante. En el caso de la obesidad, por ejemplo, existe una fuerte gordofobia. Sabemos que reciben insultos, desprecios y rechazo social". Muchas personas con TCA sienten vergüenza de su situación, ya sea por los atracones en la obesidad o por la búsqueda de una perfección inalcanzable en la anorexia y la bulimia.

El tratamiento debe abordarse de manera multidisciplinaria, con la colaboración de psiquiatras, psicólogos, endocrinólogos y, sobre todo, con el apoyo familiar. "Los padres tienen un papel crucial. A veces, el diagnóstico genera sentimientos de negación y culpabilidad, pero es fundamental aceptar la enfermedad y buscar ayuda".

ATRA trabaja activamente en la sensibilización sobre los TCA. Han impartido charlas en El Tormes y en colegios de pueblos como Carbajosa para educar a los niños y adolescentes sobre estos trastornos. "Es vital que los jóvenes reconozcan las señales y se animen a ayudar a sus compañeros. Igual que existen campañas contra el acoso escolar, debería haber iniciativas obligatorias sobre los TCA, ya que pueden tener consecuencias muy graves, incluso el suicidio".

 

"Es un proceso largo y lleno de altibajos, pero es posible lograr una vida normal"

Esther García, vocal de la Junta Directiva

 

El alto costo del tratamiento

Uno de los principales obstáculos es el acceso a un tratamiento adecuado. "La seguridad social no puede atender toda la demanda. Si necesitas terapia semanal y sólo puedes acceder a una consulta mensual, es un gran problema. Para las familias, supone un esfuerzo económico enorme".

El caso del medicamento Ozempic, que se ha popularizado por su efecto adelgazante, es un ejemplo de la desinformación en torno a los TCA. "Este fármaco, creado para personas con diabetes que además sirve para personas con obesidad que deben cumplir ciertos requisitos, se ha mal utilizado, generando un desabastecimiento.

Ahora existe otro medicamento Wegovy disponible en farmacias con receta médica, pero cuesta 232 euros y no está financiado por la seguridad social. Solicitamos que se incluya en el sistema de financiación para quienes realmente lo necesiten ya que supone un gran desembolso no apto para todos los bolsillos".

A pesar de las dificultades, desde ATRA insisten en que "de los TCA se puede salir". Subrayan la importancia de la paciencia y la constancia en el proceso de recuperación. "El camino es largo y lleno de altibajos, pero es posible lograr una vida normal. Lo fundamental es que el paciente tome conciencia de su enfermedad y quiera recuperarse".

Desde la pandemia, los casos de TCA han aumentado considerablemente, pero también ha crecido la concienciación sobre la obesidad. ATRA colabora con la Facultad de Medicina de Salamanca en un programa llamado 'Escuchar, comprender y colaborar', en el que estudiantes de primer año establecen contacto con pacientes para entender la enfermedad desde una perspectiva humana.

"Esta enfermedad se combate con lucha, paciencia y constancia. No podemos rendirnos. Los chicos tienen la autoestima muy baja, y nuestro deber es animarlos y brindarles confianza. Hoy caen, pero mañana pueden hacerlo bien. El mensaje es claro: hay salida, hay esperanza y nadie está solo en este camino".

Finalmente, desde la asociación agradecen la labor del Ayuntamiento de Salamanca, la Diputación Provincial y los medios de comunicación, como Tribuna, por su apoyo para que ATRA pueda seguir desarrollando su labor.

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