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Así nació la Salamanca peatonal que hoy cumple 30 años

El 17 de enero de 1994 cerraron al tráfico las calles Toro, Zamora, Rúa y Compañía. Fue "el día de las peatonalizaciones masivas", evoca el exalcalde Jesús Málaga

Así nació la Salamanca peatonal que hoy cumple 30 años
Calle Zamora antes de su peatonalización. La foto está recogida en el libro de memorias de Jesús Málaga, editado por Hergar Ediciones Antema.
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
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Hace exactamente 30 años amaneció una nueva Salamanca. El 17 de enero de 1994 entraron en vigor las primeras medidas del nuevo Plan de Tráfico de la ciudad, el que propició la gran peatonalización del centro histórico.

No fue un proceso fácil. Hubo que vencer las reticencias de ciertos gremios y de parte de las 'fuerzas vivas' de la ciudad, que torcieron el gesto cuando vieron lo que se avecinaba.

Gobernaba el socialista Jesús Málaga. Explica que sacó la idea de sus muchos viajes a Europa Central, donde vio que "aquello funcionaba". Ciudades de Alemania, Suiza, Austria... habían peatonalizado sus centros históricos y no había pasado nada, así que ¿por qué no intentarlo en Salamanca?

Ensayo general

Dieron los primeros pasos, a modo de ensayo general, en los los años 80. Málaga recoge en su libro 'Desde el balcón de la Plaza Mayor. Memorias de un alcalde' que peatonalizaron algunos tramos de las calles Toro y Azafranal y cerraron a la circulación la plaza de Los Bandos, Las Úrsulas, Domínguez Berrueta, Sorias, Ventura Ruiz, Doctor Piñuela y Prior, esta última a petición de los comerciantes. "Y ya hubo escándalo", recuerda, anticipando lo que se avecinaba.

 

"Si nos van a montar el pollo por cada una de las calles, mejor hacerlas de golpe"

 

El momento de la verdad llegó el lunes 17 de enero de 1994. Málaga rememoria que le comentó al concejal de Tráfico, Jorge Sánchez Olivera, que "si nos van a montar el pollo por cada una de las calles, mejor hacerlas de golpe". Y dicho y hecho, las calles Toro, Zamora, Rúa Mayor y Compañía dijeron adiós a los coches. Fue "el día de las peatonalizaciones masivas".

Sus memorias califican aquella decisión como "una de las más importantes" de sus 12 años como regidor. Escribe también que Olivera y él dieron una vuelta por las calles habilitadas para los viandantes y que Salamanca "parecía otra ciudad. Los peatones no lo podían creer y paseaban con timidez por el medio de la calzada", relata. 

El día después

La polémica de los años 80 se multiplicó hasta el infinito. Parte del gremio del comercio no siempre vio con buenos ojos la idea de cerrar el centro al tráfico rodado, porque "la gente usaba el coche para desplazarse 30 metros", critica Málaga, "pero luego se dio cuenta de que la peatonalización era algo bueno". Hubo una contestación "muy salvaje" de una Salamanca "muy reaccionaria" a los cambios. En sus memorias la califica de una campaña "insidiosa y cobarde" que se convirtió en "el peor momento de mi vida política". 

Por suerte, hubo "otra Salamanca", la de los decanos universitarios, los profesores y la prensa progresista, junto con el respaldo absoluto del edil de Tráfico, que le mostraron un apoyo cerrado. "Fue una suerte enorme", admite, que una parte de la capital aplaudiese la idea. "Lo vieron claro".

 

Salamanca "se convirtió de la noche a la mañana en la ciudad con más calles peatonalizadas de España"

 

Así pues se quitaron calzadas, se ampliaron aceras y los vecinos se habituaron a pasear sin miedo por el centro de su ciudad. Salamanca "se convirtió de la noche a la mañana en la ciudad con más calles peatonalizadas de España", en una "pionera" que inspiraría a otras urbes.

Calle Toro de Salamanca. (Foto: T. Navarro)

"A medio plazo ya se veía que era algo bueno", insiste Málaga, que presume de que hoy es posible caminar desde el Arrabal del Puente hasta la puerta Zamora atravesando apenas un par de calles con tráfico. Él no se dejó ninguna en el tintero. Algunas voces pedían peatonalizar "toda la ciudad", pero "no estaba lista" para semejante cambio. "Se hizo lo máximo posible".

Cuando hoy en día cruza la calle Toro siente "orgullo" de aquella decisión, pero "no por mí, por la familia" y los ataques sufridos. Los detractores de la medida "miran hacia otro lado cuando paso junto a ellos". 

 

"Le dimos la vuelta a la ciudad como un calcetín"

 

Málaga, finalmente, rememora otras iniciativas de sus años de su alcaldía, como la adquisición de la Casa Lis y de la fonda Veracruz o el impulso al Palacio de Congresos, entre otras. "Le dimos la vuelta a la ciudad como un calcetín", concluye.