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Así se talla el rostro de un rey en la Plaza Mayor de Salamanca

El escultor Óscar Alvariño explica el proceso de cincelado de la efigie de Alfonso IX y calcula que estará terminada dentro de tres semanas, aproximadamente

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El escultor explica el proceso de tallado de la efigie de Alfonso IX. (Fotos: A. Santana)
Daniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
Lectura estimada: 3 min.

Salamanca cuenta los días que faltan para admirar el nuevo medallón de la Plaza Mayor. El escultor Óscar Alvariño sigue dando forma al rostro severo y grave, de porte regio, de Alfonso IX de León, el 'padre' de la Universidad de Salamanca. El proyecto data de 2018, cuando la Usal celebró su VIII Centenario, pero no se ha materializado hasta 2023. Según las estimaciones de Alvariño "si todo va bien" estará terminado "en tres semanas, aproximadamente. Va bastante bien". 

Esculpir un rostro humano en un medallón de piedra virgen es un trabajo 'de chinos'. Alvariño pasa entre 12 y 14 horas diarias, "desde las 9 de la mañana hasta las once de la noche, parando para comer" tallando y perfilando la efigie real. "Es algo exhaustivo", insiste, pero "lo haces por orgullo profesional, por trayectoria" y porque "me lo he ganado". Y también porque trabajar en la Plaza "emociona".

 

Óscar Alvariño, con el sistema de sacado de puntos. (Foto: A. Santana)

A su lado tiene el modelo de escayola con el que ganó el concurso público de diseño del medallón. El rostro del rey está cuajado de puntos que sirven como referencia para cincelar la piedra. Mediante un sistema de sacada de puntos -compuesto por un soporte articulado de madera y metal-, mide la altura y profundidad de cada pliegue del rostro. Después coloca el sistema de puntos sobre el medallón y sigue sus indicaciones. "Vas tomando sucesivamente los puntos necesarios. Es algo manual. Uno a uno tras el desbaste, siempre quitando material sobre la piedra virgen", aclara.

Este procedimiento de tallado 'in situ' "que yo conozca es en el único sitio en el mundo, aunque suene un poco pretencioso, que se hace sobre un monumento BIC en un entorno protegido y en una piedra de 270 años". Lo habitual "es hacerlo en un estudio". El medallón de Franco, por ejemplo, "el escultor lo talló fuera y lo encastró. Se rebaja la piedra, se hace un cajeado y se coloca".

 

"Un retrato potente"

 

Visto 'cara a cara', Alfonso IX tiene porte real y una mirada enérgica, aunque en realidad es imposible saber si el verdadero monarca se parecía en algo. 

Ya que no hay retratos fidedignos del rey, Alvariño ideó un rostro "potente". Como ya ha esculpido otros seis medallones de la Plaza "lo primero" es analizar "las composiciones de los medallones que ya has hecho: Nebrija, Unamuno, la República, Alfonso XIII... hay que ver la composición para no repetir. Pueden estar de frente, de perfil o tres cuartos. Hay poca variación, pero dentro de eso hay que proponer una composición oportuna, proporcional para la cabeza, el busto y la clavícula. Y que tenga el rictus de un rey. Como no tenemos documentación de cómo era, entonces que tenga cara de rey".

 

Detalle del rostro del rey. (Foto: A. Santana)

 

El problema de la piedra

 

La piedra de Villamayor es arenisca compactada durante milenios, pero en su interior puede esconder sedimentos vegetales, durezas o cristalizaciones. Esas impurezas salen a la luz al tallar la piedra y Óscar Albariño se ha encontrado con algunas al cincelar el rostro real.

Otros monumentos como la fachada de la Universidad no tienen impurezas porque se eligieron las mejores piedras posibles para construirla, pero en el caso de un gran inmueble como la Plaza, se usaron todas las que salieron de las canteras, con el riesgo que conlleva encontrarse cristalizaciones. Las impurezas no pueden quitarse, pero sí disimularse "y vistos desde abajo, esos detalles no se aprecian. Me encanta mi profesión, lo hago lo mejor posible y no lo verá nadie. Y ya que estás aquí te das el placer de hacerlo lo mejor posible".

 

Proceso de tallado del medallón. (Foto: A. Santana)

Una invitación para el Consistorio

 

Óscar Alvariño, que admite que no sabe si se presentaría a más concursos públicos para esculpir nuevos medallones de la Plaza, asegura que sí le gustaría forjar una estatua ecuestre de bronce de Julián Sánchez 'El Charro'. "Sería algo icónico para Salamanca y enriquecería el patrimonio, si estuviera bien situada y se hiciera con rigor", además de que también recordaría a una figura señera de la historia de la ciudad. Como condición pediría que no la colocasen en el centro de una rotonda porque, asegura, no hay forma de admirar esas estatuas como es debido.

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