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Escrivá y el economista Shlomo Benartzi reflexionan a través del Cnie sobre salud financiera

La Fundación General de la Usal ha organizado una jornada, con especialistas multidisciplinares, para dar a conocer las principales conclusiones de un estudio

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Escrivá y el economista Shlomo Benartzi reflexionan a través del Cnie sobre salud financiera
V.T.P.C
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El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, José Luis Escrivá, ha reflexionado junto al economista Shlomo Benartzi, uno de los mayores expertos mundiales en economía conductual, acerca de la salud financiera, presente y futura, de los españoles durante la mesa que clausuró el acto de presentación de los resultados del informe de la investigación 'Salud Financiera: Nuestras Decesiones y el Futuro', impulsada por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cnie), entidad promovida por la Fundación General de la Universidad de Salamanca.

La presentación de las conclusiones del citado estudio, que tuvo lugar en la sede del Colegio de Economistas de Madrid (Cemad), contó como cierre con una conversación entre Escivá y Benartzi. Durante la mismas, el ministro destacó que la reforma de las pensiones acometida en España en los últimos años "cumple con el mandato del parlamento, tal y como se expresó en las recomendaciones del Pacto de Toledo en el año 2020, ha sido pactada con los agentes sociales y está diseñada para garantizar tanto la revalorización de las pensiones de acuerdo con el crecimiento de los precios como la sostenibilidad del sistema, teniendo en cuenta que las próximas décadas -los 30 y los 40- son las de más tensión para el sistema por motivos demográficos".

En materia de ahorro a largo plazo, Escrivá subrayó el desarrollo de las recientes normas de planes de pensiones de empleo."Hemos aprobado una ley que mediante la negociación colectiva permite a trabajadores y empresarios poner en marcha estos planes, con incentivos fiscales para los que quieran, voluntariamente, ahorrar pensando en complementar su jubilación", añadió.

En este sentido, el economista Shlomo Benartzi afirmó que "un adecuado asesoramiento, tanto personal como automatizado, puede ayudar a las personas, especialmente con menores ingresos, a gestionar adecuadamente su deuda, sus seguros y su ahorro para la jubilación". Experimentos realizados por el profesor Benartzi en Estados Unidos muestran que el aumento en los ingresos puede ser del 7,5 por ciento.

A su juicio, los principales "incentivos para un ahorro sano para la jubilación" deben estar en la línea de la aplicación de principios de economía conductual, "detectando los sesgos que sufrimos como personas y haciendo fácil el ahorro", tal como el Premio Nobel Richard Thaler y el propio Benartzi hicieron que su exitoso programa 'Save more tomorrow' sea referencia de todos los sistemas de pensiones más exitosos en el mundo en la actualidad.

El rector de la Universidad de Salamanca, junto a la decana-presidenta del Colegio de Economistas de Madrid, Amelia Pérez Zabaleta, fue el responsable de la clausura institucional del evento. El rector expresó la necesidad de "ser conscientes de los sesgos". En esta línea, sostuvo que "el sesgo de presentismo tiene que ser corregido, pero son las sociedades las que tienen que saber hacerlo". Asimismo, explicó que "el error del experto es otro sesgo, porque nadie comete errores más perjudiciales que quien cree que lo sabe" y destacó la importancia de "recordar los errores del pasado".

El informe de la investigación 'Salud Financiera: Nuestras Decesiones y el Futuro' es una iniciativa que forma parte del Programa para una Sociedad Longeva, en el marco del Programa de Cooperación Interreg V-A, España-Portugal, POCTEP, 2014-2020, del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. La investigación estuvo a cargo de Novaster, que ha aportado su experiencia en pensiones, salud y educación financiera, y economía del comportamiento y de la longevidad.

CONCLUSIONES Y OBJETIVOS

Dentro de las principales conclusiones del informe destacan, entre otras, que hay tres objetivos de la salud financiera (OSF) que requieren de un "mayor esfuerzo" de concienciación en la población, y estos se relacionan con emergencias sin impacto financiero, metas a corto y medio plazo, y las metas a futuro. Aspectos, que según el estudio, son las que menos relevancia se le concede con respecto a la salud autopercibida.

Otro de los hechos destacables es que los mayores de 65 años, desde el punto de vista económico, consideran más importante a la hora de alcanzar una solvencia financiera adecuada cotizar en el sistema público de pensiones, la vivienda habitual y los instrumentos financieros específicos, como los planes de pensiones. "A medida que va avanzando el grupo de edad, mayor proporción de gente considera como importante cotizar al sistema público de pensiones y, por el contrario, concede una menor importancia al ahorro", se explicó en el informe. Al mismo tiempo, se apreció una clara aversión al riesgo en toda la población estudiada y para todos los grupos de edad, si bien, el grupo de edad "más amante" del riesgo se corresponde al de 26 a 35 años.

Entre las conclusiones destacan un total de seis. La primera de ellas se refiere a que la administración diaria en el equilibrio de gastos e ingresos es percibida de forma relevante por toda la población a la hora de alcanzar una buena salud financiera. La segunda es que los grupos estudiados no consideran que los criterios englobados dentro de las emergencias sin impacto financiero sean indicadores de lo que representa una buena salud financiera. Mientras, la tercera que, de la muestra analizada se puede inferir que las personas no consideran los componentes vinculados a las metas de corto y medio plazo como importantes para su salud financiera.

En cuarto lugar se aprecia que los aspectos sondeados en la muestra analizada, en cuenta a la flexibilidad financiera, obtienen valores de relevancia más elevados que los dos anteriores y reflejan una mayor relevancia con la edad., A continuación que la evaluación de las metas a futuro alcanza valores que, aunque crecen con los años, son bajos para todos los grupos de edad. La percepción de este objetivo, en relación a la salud financiera auto percibida, decrece con la edad. En último término, que la relevancia de la deuda inteligente alcanza valores elevados en todos los grupos de edad, especialmente en el de 36 a 64 años, y su influencia en la salud financiera auto percibida es dispar, resultando significativo en el mismo segmento, que es en el que resulta más relevante.

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