Fin de semana cargado de acción, doble clasificación, doble carrera y todo después de una sequía de 27 días sin F1. Y en medio de esta sequía causada por la cancelación del GP de China, llegamos a este oasis del automovilismo que es Bakú. Ayer tuvimos la qualy de la carrera del Domingo, así es, el viernes la qualy del domingo, y hoy tocaba toda la traca de acción que es la carrera al sprint.  

La qualy de ayer fue sorprendente. Ferrari con una velocidad punta y un ritmo renovado, se llevaba la pole de mano de Leclerc, secundado por Max y Checo. Carlos cuarto, seguido de dos monstruos como Hamilton y Alonso. Mclaren revivió tras estar desaparecido los tres primeros GP y metió los dos coches en Q3. La nota negativa, el DRS del nuevo ala de Aston Martin funcionaba anormalmente y Russell se quedó en Q2, ilógico lo del británico con el Mercedes.  

Y hoy sábado, cambió de chip y de formato totalmente. La clasificación del Sprint es más corta, y la SQ1 y SQ2 se hacen con neumático medio. Aquí se repitió la película de la clasificación del viernes pero con matices. Leclerc se volvió a llevar la pole, segundo Pérez tercero Max, confirmamos que se viene pelea entre los Red Bull. Aquí es donde cambió el guión, Russell cuarto, Sainz quinto, Hamilton, Albon y los dos Aston Martin con Alonso por delante, seguía la escudería británica sin DRS y por eso vimos imágenes como la de Alonso dándole rebufo a Stroll en la SQ2.  

Defendía la pole Leclerc, pero Checo no se lo pondría fácil si a esto le sumamos Verstappen tercero y Russell cuarto, teníamos todos los ingredientes para un cóctel peligrosamente explosivo. Salida limpia de Leclerc y Pérez, Russell le ganaba la posición a Max en un acción donde se tocaron y vimos volar fibra de carbono. Volaban también los insultos e improperios de Max por la radio, sensacional.

Calmaban al holandés recordándole que el británico tenía poco o nada que perder. Hamilton pasaba a Carlos y Alonso a Albon. No habíamos completado la primera vuelta cuando Tsunoda se iba contra el muro destrozando la rueda trasera izquierda, causando un virtual safety car que se acabó tornando en coche de seguridad. Quedaban 12 vueltas de las 17 originales cuando se relanzó la carrera, Leclerc se mantuvo, Verstappen se la devolvió a Russell, Sainz y Alonso pasaban a Hamilton. El asturiano habría pasado también al madrileño pero este le cerró la puerta agresivamente, en una acción que Fernando reclamó luego en la zona mixta.

En la vuelta 8, Pérez pasó a Leclerc, se había defendido bien el monegasco, pero la velocidad de la escudería de la bebida energética fue demasiado para él. Enseguida se vió que el neumático blando había sido un error y en la vuelta nueve Piastri superaba a su compañero para ponerse décimo, Norris se hundía con el compuesto mencionado, tuvo que pasar por boxes. Verstappen acosaba a Leclerc y teniendo ambos DRS, la diferencia de velocidad punta era preocupante, 325 el de Ferrari, 335 el de Red Bull. Pero sufría el neerlandés por los daños en su coche por el toque con Russell. Stroll pasó a Albon en la vuelta 12 para meterse octavo y en puntos con una preciosa frenada tardía en la recta principal.

Ganó Pérez, aguanto segundo Charles y lloró por radio, como siempre, un Verstappen que acabó tercero, nuestros hombres, Carlos y Fernando, quinto y sexto. El Red Bull corre mucho, muchísimo, y parece complicado que mañana alguien vaya a hacerles frente, pero quien sabe, tal vez por la noche y con ayuda de los duendes, algún equipo de la zona noble, da con la tecla mágica. Cuidado con Max que hoy con un agujero en los pontones ha acabado tercero, quien sabe si mañana continuará el reino del déspota holandés en el que se está convirtiendo nuestro deporte.