Una vez en el interior de dichas dependencias, que aparecen subdivididas en habitáculos a manera de habitaciones,
"los dos hombres comenzaron a discutir en árabe, teniendo la sensación la mujer de que se estaban refiriendo a ella y como rifándosela", llegando el procesado a agarrarla del pelo diciéndole que
"tenía que estar con él", hasta que uno terminó por abandonar el lugar.
Seguidamente, ya pasadas las 3.00 horas, el procesado, guiado por un
"evidente propósito libidinoso", y a fin de mantener de inmediato relaciones sexuales completas con la citada mujer,
"la agarró nuevamente del pelo, negándose, entonces, ésta rotundamente a las mismas, ante lo cual aquél le propinó algunos golpes o bofetadas en la cara y, estando a oscuras por inexistencia de luz eléctrica en dicho lugar, la condujo a la fuerza a un cuarto contiguo más pequeño en el que había un camastro para tirarla sobre el mismo"."Y logrando colocarse encima de ella, -a pesar de que oponía resistencia tratando de quitárselo y apartarse de él-, el procesado a base de empleo de fuerza física con las manos y brazos, de taparle la boca y la nariz... a la postre, logró quitarle a la fuerza las botas altas, los pantalones vaqueros y las bragas que vestía, para, seguidamente, siguiendo en el empleo de fuerza física, abrirle las piernas y penetrarla vaginalmente en dos o tres ocasiones"."Instantes después y consiguiendo zafarse del procesado, atemorizada y asustada por lo queacababa de sucederle, tomando del suelo una manta que allí se encontraba para taparse de cintura para abajo, pero dejando sus ropas y pertenencias en dicho lugar, salió corriendo y se dirigió a su domicilio, en el que contó a su hijo menor lo que le acaba de vivir, se vistió y, de inmediato, se dirigió a la Comisaría de policía de esta ciudad".Antes de que llegara a dicha Comisaría, funcionarios policiales, que ya tenían noticia de los hechos, la localizaron en el Paseo de la Estación, a quiénes contó lo sucedido, trasladándose sin más con ellos hasta las citadas dependencias de 'Mercasalamanca', en las que se encontraba durmiendo el procesado, por lo que a su presencia le identificó, procediendo, entonces, la fuerza policial a detenerle y a trasladar a la mujer al Hospital Clínico de Salamanca para que fuera reconocida y asistida por facultativo.
LA SENTENCIA La Audiencia condenó al hombre como autor criminalmente responsable de un delito consumado de violación y de una falta consumada de lesiones, ya definidos, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a las
penas de siete años y seis meses de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y de
prohibición de aproximarse a menos de 250 metros de la mujer y de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento por tiempo de cinco años que se cumplirá simultáneamente con la pena privativa de libertad, por dicho delito.
También fue condenado a 40 días de multa, a razón de seis euros de cuota diaria, por la falta, sin perjuicio de la responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago.
Fue condenado asimismo, a dicho acusado a indemnizar por perjuicios materiales, lesiones y daños morales en la cantidad
10.000 euros, más los intereses legales correspondientes, así como al pago de las costas procesales causadas, incluidas las originadas a la acusación particular.