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Una imagen actualizada de la economía española (VII)

Tamames repasa el interés por el medio ambiente en instituciones y sociedades ecológicas

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Una imagen actualizada de la economía española (VII)
Laguna con flamencos en el Parque Nacional de Doñana
Ramón Tamames Gómez
Ramón Tamames Gómez
Lectura estimada: 7 min.

En la serie de artículos que estamos haciendo sobre los fundamentos económicos de España, hoy corresponden los temas de fauna y flora y espacios naturales. Dos cuestiones que nos enlazan con la Naturaleza, que debe inspirar el conservacionismo de lo más bello y útil que tenemos como herencia de nuestros ancestros. Se trata de mantener en vida toda una serie de individuales, que integran un conjunto de fauna y flora, de biodiversidad animal y vegetal. Para lo cual han de cumplirse reglas bien pensadas para que persistan indefinidamente especies zoológicas, que sean cinegéticas o no, así como todo un muestrario de la cubierta vegetal de árboles y demás plantas, que son la fábrica de oxígeno, y sumideros de CO2. En tanto que los bosques nos proporcionan la soledad y el relajamiento frente a los excesos urbanitas. En cuanto a los espacios naturales, se trata de territorios imprescindibles, donde mantener la vida salvaje, o lo más parecido a ella, porque ya no hay ningún lugar en el mundo, ni siquiera en la Antártida, donde no haya algún tipo de presencia humana. Fauna y flora, y espacios naturales, son pues, dos cuestiones de vital importancia, que muchas veces escapan a la atención de economistas, sociólogos y políticos. Hay que impregnarse de Naturaleza para tratar de conservarla.

Fauna y flora

En otra área de cuestiones ambientales, figura la preocupación por la fauna y la flora en el estudio del biólogo Cosme Morillo, quien con la colaboración de un amplio equipo, llevó a cabo, en el marco de ICONA, un inventario de las especies animales amenazadas de extinción en España[1]. En este trabajo figuran los vertebrados objeto de protección por la adhesión de España al Convenio de Washington de 3 de marzo de 1973 ?también conocido como cites?, y que constituye el texto internacional básico para impedir la destrucción y el comercio de la fauna y flora silvestres.

[1] Lista roja de vertebrados en España, ICONA, Madrid, 1986.

Por lo demás, las especies amenazadas de la flora silvestre son objeto de atención de los biólogos, botánicos, e ingenieros a través de la creación de bancos de semillas o de germoplasma. En ellos, y en condiciones higroscópicas y térmicas adecuadas, se conservan las semillas de los especímenes en peligro.

En materia de fauna en los últimos tiempos, uno de los temas más controvertidos en España es la de sí el lobo debe ser protegido, o si debe permitirse su cacería a pesar del daño que ocasiona a la ganadería. En 2021 se declaró especie en peligro de extinción a proteger, con numerosas protestas por parte de los ganaderos; y también de una porción de aficionados al excursionismo, que ven un peligro en la gran difusión que está teniendo este canido silvestre en toda España. Cuando antes era posible su caza en todo el territorio al sur del Rio Duero.

La extraordinaria diversidad en flora y fauna (con casi 80.000 taxones clasificados en territorio español, el 60 por 100 de las plantas vasculares existentes en el continente europeo y más del 50 por 100 de las especies de fauna) se intenta preservar a través de los espacios naturales protegidos (ENP), que en número cercano al millar representan el 9 por 100 de la superficie nacional, incluyendo la Red Natura 2000, que comprende las Zonas Especiales de Protección para las Aves (ZEPA), Lugares de Interés Comunitario (LIC) y Zonas Especiales de Conservación (ZEC), según terminología de la Directiva Hábitat (92/43/CEE).

Espacios naturales

Algo cada vez más apreciado es el tema de los espacios naturales, con la función de preservar especies de flora y fauna en su hábitat natural, y hacer posible la transmisión a las generaciones venideras de toda la belleza de la vida natural.

La política conducente a este fin se acometió primeramente en Estados Unidos por una Ley de 1872, promovida por un grupo de ciudadanos del Estado de Montana, que pidieron la creación del primer parque nacional, el hoy mundialmente célebre 'Yellowstone National Park', que fue establecido como "zona de esparcimiento para beneficio y recreo del pueblo", al considerar que "las bellezas escénicas de géiseres, cañones de maravillosos colores, refugio de fauna en el marco ornamental de sus bosques naturales, son tesoros autóctonos, demasiado valiosos, que deben ser propiedad de la nación, para disfrute y bienestar de todo el pueblo y debida protección de sus recursos biológicos".

Este pasaje sobre parques nacionales procede del estudio 'El desarrollo económico y social de Málaga' preparado por un grupo de catedráticos de la Facultad de Ciencias Económicas, entre los que figuró el autor al frente de un equipo de colaboradores, entre ellos D. Fernández Navarrete, que fue el ponente en temas forestales (págs. 503 a 510 de la edición original xerocopiada). Véanse también los trabajos siguientes: Manuel Moreno Pinedo, 'El grado de intervención del Estado en los montes y en la conservación de la naturaleza', en Revistas de Estudios Agrosociales, núm. 95, abril-junio 1976, págs. 98-114; Francisco Ortuño Medina, 'El medio ambiente rural: los parques nacionales', en De economía, núm. 140, enero-marzo 1977, págs. 187-203; y Fernando Barrientos Fernández, 'Los montes y el medio ambiente en España', Boletín Informativo del Medio Ambiente, núm. 2, abril-junio 1977, págs. 63-85. Entre los trabajos monográficos sobre el tema destaca el de Blas de Aritio, Parques Nacionales españoles, Incafo, Madrid, 1979, con mapas y espléndidas fotografías de fauna y flora. 'El libro de la Naturaleza', dirigido por R. Tamames, en colaboración con Santos Ruesga y Catalina Brenan, y publicado por El País en 1984, contiene también numerosos pasajes sobre estos temas.

En un sentido muy amplio, un parque nacional es un lugar de belleza poco común, con peculiaridades propias que lo diferencian perfectamente de otras zonas; de ahí la necesidad de preservarlo de la acción destructora del hombre y la sociedad.

En España se apreció tempranamente la preocupación por preservar ciertas áreas especialmente dotadas por la Naturaleza. Concretamente, la idea de crear parques nacionales data de 1916, año en que se estableció su normativa. Poco después, en 1918, se crearon los dos primeros: Covadonga y Ordesa. Vino después una larga etapa de letargo legislativo y de olvido del tema, pues no se volvió a crear ningún otro parque nacional hasta 1954 cuando empezaron a surgir nuevos parques nacionales y naturales (71).

Sobre toda una serie de aspectos de los parques nacionales, y de los espacios naturales en general, es de interés el libro compilado por Antonio Machado Carrillo, Los parques nacionales. Aspectos jurídicos y administrativos, ICONA, Madrid 1988, con aportaciones de Francisco Rodríguez Marín, Fernando López Ramón, Cosme Morillo, Nieves Mestive, Federico Zamora, J. Miguel González, y S. Marraco.

Los primeros gobiernos de la democracia, a lo largo de 1977-1981, tomando como base la Ley de 1974 de espacios naturales, reclasificaron y ampliaron los nueve parques nacionales. Lo cual no significa que con ello, y con toda una serie de medidas ulteriores, quedaran a resguardo de numerosas y graves agresiones; especial­mente en los casos de Doñana y Las Tablas de Daimiel.

En Doñana, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha constatado que el acuífero Almonte-Marismas sufre de grave contaminación por los fertilizantes nitrogenosos, aguas residuales, y entradas de agua marina en Matalascañas. Pero con todo, el mayor daño recibido por el Parque Nacional de Doñana (el de mayor biodiversidad de todos) fue el ocasionado en 1998, por la rotura de un embalse de lodos químicos altamente contaminantes de las minas de Aznalcollar, cuyos flujos por el cauce del Guadiamar, llegaron al preparque ocasionando gravísimos daños. Demostrándose de ese modo, la vulnerabilidad de los espacios naturales por la falta de previsión.

En cuanto a las Tablas de Daimiel, su desecación llegó a ser tan grave, que el 10 de abril de 1987, el Consejo de Ministros hubo de aprobar la aportación de caudales hídricos de la cabecera del Tajo al Parque Nacional, vía transvase Tajo-Segura; con la finalidad de mantener el nivel freático, un propósito no conseguido.

Como ha puesto de relieve Angel Muñoz en su artículo 'Doñana: el parque nacional camina hacia su destrucción' (El País, 14 de julio de 1989). Para una visión de carácter global sobre Doñana, Miguel Delibes de Castro y Antonio Camoyán, Doñana, patrimonio del mundo, INCAFO, Madrid, 1981.

El RD 1229/2005 regula el conjunto de las subvenciones a los parques, correspondiendo su canalización al Ministerio de Medio Ambiente, a través del organismo autónomo Parques Nacionales; y contando con la ayuda de las CC.AA., que según la Ley 41/97 tienen las principales competencias sobre ellos.

El ultimo parque nacional creado (2021) fue el de la Sierra de las Nieves, en las proximidades de Ronda (Málaga), para proteger el inmenso pinsapar que allí existe. Se trata del abeto español, conocido como Abies Pinsapus, una conífera de gran valor estético y comercial.

Coincidiendo con el 75 aniversario de la creación de los Parques Naturales españoles, un buen tratamiento del tema lo ofrece el monográfico 'Espacios naturales protegidos', El Campo, Servicio de Estudios BBV, nº 128, abril-junio de 1993.

De la cual hay otra gran extensión, en Grazalema, en la propia provincia de Málaga, y polo de las precipitaciones en forma de agua nieve y granizo, en España, con más volumen por m2 que en Santiago de Compostela.

En el cuadro 1 figura la relación de Parques Nacionales, y en el 2 la de parques naturales. Destaquemos al respecto que el territorio español es el primero del mundo en Reservas de la Biosfera (territorios cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza) con 53 sitios; el segundo lugar en Geoparques (territorios designados por Unesco que presentan un patrimonio geológico notable convenientemente conservado y utilizado como motor para el desarrollo local) con 15 sitios y tercero del globo en Humedales de Importancia Internacional bajo la convención de Ramsar.

En suma, España es el país que más espacio aporta a la Red Natura 2000, con más de un 27 por 100 de su superficie de todo el país. Representa casi el doble de lo que asigna el siguiente Estado miembro de la UE, que es Francia. El resumen es definitivo: están catalogados 16 parques nacionales, 152 parques naturales, 291 reservas naturales, 359 monumentos naturales, 61 paisajes protegidos y dos áreas marinas protegidas. Una lista que además no para de crecer y que permite posicionarse como uno de los países mejor preparados para cumplir con la Agenda de 2030 de la UE, que plantea la protección eficaz de al menos el 30 por 100 de las zonas marinas y terrestres de los países de la Unión.

Dejamos aquí el tema por hoy, para seguir el próximo viernes. Y como siempre, los lectores de Tribuna pueden conectar con el autor en castecien@bitmailer.net.

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