El propietario de negocios como el Mesón de Gonzalo y las Tapas de Gonzalo, Gonzalo Sendín, está "sorprendido" pero, sobre todo, "ilusionado y emocionado" pues no para de recibir reconocimientos y premios. 

A la Medalla del Mérito de la Cámara de Salamanca y el homenaje recibido en los premios de Hostelería Salamanca 2022 por su efeméride, se suma ahora una nueva distinción: el premio al Mejor Restaurante de Castilla y León, otorgado por la Academia castellano y leonesa de Gastronomía. "No sospechaba nada, ni tan siquiera sabía que estábamos nominados". 

Cuenta cómo el presidente de la Academia, Julio Vallés, le comunicó la noticia. "Me llamó por teléfono y me dijo que lo habíamos conseguido". De hecho, comenta que ni sabía de esta nominación ni de la de anteriores ocasiones. 

En la búsqueda de motivos que explican este éxito continuado, se deshace en halagos a sus trabajadores. "Pese al momento tan complicado que atravesamos, tenemos un equipo sobresaliente y comprometido". Este premio, dice "se lo han ganado ellos, pondera lo que somos hoy. Tenemos una trayectoria, pero ahora hablamos de actualidad". "Ellos son los artífices", destaca, "un propietario, director o gerente puede tener muchas ideas, pero sin un equipo que lo lleve a cabo no llegaría a materializarlo", insiste. Asegura que están totalmente implicados. "Son los primeros que se involucran, lo viven, les gusta". 

Están felices con su trabajo, se nota, "somos una pequeña familia con grandes valores, nos cuidamos. Palabras que a día de hoy se están perdiendo en muchos negocios. Son unos magníficos profesionales", dice especialmente emocionado. 

Gonzalo Sendín ha puesto el nombre de Salamanca en lo más alto, "llevar la bandera de mi ciudad es lo que más me enorgullece, que el mejor restaurante, al menos este año, esté en Salamanca... Ahora mismo se está hablando de nuestra ciudad en las nueve capitales de provincia, eso suma marca y sumamos todos".  

Un mensaje rotundo al señalar que no compiten con nadie, "tenemos puesto el foco en nosotros mismos". El que juzga es el cliente, "todo nos hace indicar que estamos en el camino correcto, tenemos una clientela cada vez más amplia y fidelizada. Están encantados con nosotros, que nos lo diga gente experta en la materia viene a refrendar lo que ya intuíamos". 

En su negocio pesa mucho la historia familiar, los últimos once años se ha ido ampliando pero ni mucho menos hace de menos a sus mentores, su padre y abuelo. "Empecé en un lugar de tradición, con muchas cosas arraigadas, hubo que romper con cosas positivas y negativas del pasado" porque había que actualizar el restaurante. 

Los inicios fueron duros, "había miedo", pero también había un hilo conductor, "la calidad. Siempre hemos ofrecido calidad de producto y servicio". Los tiempos han cambiado y "la tecnología está a la orden del día, las redes sociales y el marketing forman parte de nuestro día a día, sin ellos, es difícil funcionar". 

Reconoce no haber acertado en todo: "de ese modelo inicial del año 2011 es probable que quede muy poco. Tenemos una capacidad grande de autocrítica. A mi equipo le digo que no se corte en decir todo lo que ve, desde la cocina hasta la mesa con el cliente, si hay que tirarle de las orejas al proveedor se le tira, somos exigentes en todo". 

Evolución y experiencia son las palabras que definen a Sendín que lleva 30 años trabajando en hostelería. No se olvida del chef, Jesús Colorado, "lleva casi un año con nosotros... no lo hemos querido anunciar pero percibimos un cambio a nivel interno importante. El cliente ya lo nota desde hace tiempo. Estamos trabajando con el público local que es el mejor altavoz y el más crítico de todos, es un gran momento gastronómico". 

Reconocido con un sol Repsol y recomendado en la Guía Michelin, su objetivo de cara al futuro es "seguir mejorando" en la lucha por la excelencia porque "tenemos mucho margen de mejora". Quieren conjugar la excelencia con la calidad en todos los ámbitos, que la experiencia del cliente sea única, "que no es tarea sencilla".