La mayoría de inspecciones se ejecutan en el entorno de los centros sanitarios, seguidas de las tiendas de alimentación
La formación del Mercado Común español (1833-1892) y las fluctuaciones económicas en el siglo XX (yIII)
Final de este serial en el que se analizan las fluctuaciones económicas hasta la Gran Depresión de 1929
La presente entrega del artículo del epígrafe, lo iniciamos el pasado viernes 21 de octubre, siguiendo una semana después, el día 28, hasta prácticamente completar las diferentes acciones públicas para la formación del mercado común español, mayormente a lo largo del siglo XIX y parte del XX. Con todo lo relativo a codificación, comunicaciones y transportes, política aduanera, monetaria, etc. Incluyendo las organizaciones patronales y obreras, instituciones fundamentales para el mercado laboral. Esa visión evolutiva, creo que un tanto novedosa en la historiografía española, que normalmente pasa por alto muchas cuestiones económicas que fueron decisivas. Entre ellas, el proceso por el que España se hizo un país relativamente homogéneo; a partir de sus reinos originarios, que están hoy representados en el escudo nacional: las Coronas de Castilla (y León), Navarra y los cuatro territorios integrantes de la de Aragón, con sus cuatro barras. Entramos hoy en la parte final de las fluctuaciones económicas a lo largo del siglo XIX y hasta la Gran Depresión de 1929, por entender que la estructura, con sus cambios fundamentales, va acompañada de las distintas fases coyunturales. Esperamos que los lectores de Tribuna sepan apreciarlo.
- LOS CICLOS LARGOS DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA DURANTE EL SIGLO XIX
Es difícil, en el breve espacio que nos hemos asignado, hacer una síntesis de la evolución económica del siglo XIX en sus ciclos largos. El intento más completo de ello sigue siendo el realizado por Juan Sardá en su libro La política monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo XIX (1948), donde siguiendo el esquema de ondas largas de la economía según Kondratief, estableció una periodificación que en buena medida (excepto en el último tercio de la centuria) se acerca bastante a la evolución internacional. Resumiendo, podríamos distinguir las etapas que seguidamente se reseñan.
- Fase expansiva, desde finales del XVIII hasta 1812, coincidiendo con todas las consecuencias de la Revolución francesa y de las guerras napoleónicas. En España, estos años que fueron de crecimiento en Francia e Inglaterra, tuvieron un paréntesis importante de 1808 a 1812, por la destrucción y el estancamiento que la invasión francesa y la Guerra de Independencia originaron.
- Fase fuertemente depresiva, desde 1812 hasta 1830, por la política deflacionista seguida casi por doquier, y por la sobrecapacidad que resultó tras el final de la guerra. En España, este período coincidió básicamente con el quietismo de Femando VII (la vuelta al Antiguo Régimen), salvo en el breve período 1820-23, del trienio constitucional. Es la etapa en que España tal vez se distanció más de la Europa transpirenaica, para irse convirtiendo en un país subdesarrollado.
- Fase de mejoría (1830-1843). Lentamente hasta 1835, y de modo más rápido después (esfuerzos por la guerra carlista, primeros efectos de la desamortización) España comenzó a salir del marasmo fernandino. Entre 1840 y 1843, la regencia de Espartero tras marchar al exilio la Reina Gobernadora, hubo un empeoramiento en la situación económica, que, desde luego, no ayudó a consolidarse al duque de la Victoria en su poder como Regente.
- La década moderada. Los años 1844-1854 marcaron ya, con la mayor estabilidad política, una notable mejoría en la situación económica. A lo cual contribuyeron el arancel de 1841 y la reforma tributaria de 1845. Pero la política deflacionista frenó lo que seguramente habría podido ser un crecimiento más rápido.
- La prosperidad relativa (1854-1875). Fueron los años desde la Vicalvarada hasta el retorno de Alfonso XII. En esos veinte años, nacieron los primeros Bancos importantes (Bilbao, Crédito Mobiliario o futuro Banesto), se promulgaron las leyes generales de ferrocarriles (1855) y de minas (1869), que dentro de la rama ascendente del ciclo internacional comportaron una fuerte entrada de capitales extranjeros en España. Sucesos internacionales como la Guerra de Crimea (1854-1855) y la Guerra de Secesión (1861-1865), también coadyuvaron al aumento de los precios internacionales. Desde luego no fue un período perfectamente homogéneo, pues dentro de la rama ascendente del ciclo también hubo crisis a corto plazo como las de 1857, 1866 y 1873. Aunque con bastante inestabilidad política, sobre todo en la segunda parte (1868 a 1874), ésta fue una fase de indudable expansión de la economía española.
- La Restauración (1875-1898). Se desarrolló este período de modo muy depresivo a nivel internacional; hasta el punto de que J. M. Keynes lo llamó la Gran Depresión de los años 80 y 90. Sin embargo, para la economía española no fueron años tan negativos en términos generales, pues la tendencia interior se separó de la exterior, en clara falta de sincronía. A lo cual contribuyeron varios factores, pero esencialmente el aumento de la circulación fiduciaria, desde que España se separó definitivamente del patrón oro (1883), y por el hecho del proteccionismo arancelario que también definitivamente quedó establecido en 1892.
- Auge 1898-1929. Aunque ciertamente sea salirnos del siglo XIX, conviene recoger toda rama ascendente del ciclo, tras la depresión internacional de los 80 y los 90. La guerra hispano-norteamericana, la tensión creciente entre la 'Entente Cordiale' (Francia y Reino Unido) y Alemania, la Guerra de los Balcanes, la Gran Guerra (1914-1918) y los 'felices 20', compusieron un período de tres décadas de auge económico lleno de violencias, pero ininterrumpido prácticamente. En España, también lo fue, quizá con una menor intensidad entre 1900 y 1909 debido a la política deflacionista de esos años, que siguió a las medidas estabilizadoras de Fernández Villa- verde. En cambio, como luego veremos con más detalle, la Guerra Europea originó un extraordinario enriquecimiento de la burguesía española, y con la Dictadura de Primo de Rivera, la prosperidad continuó. Los gastos y la inflación de la Guerra de Marruecos, también contribuyeron a esa evolución ascendente, que se vio quebrada a finales de 1929 por la primera Gran Depresión del siglo XX.
Después de la Gran Depresión y sus efectos, y la Guerra Civil (1936/1939), entramos en la larga fase del primer franquismo, de economía autárquica (1939/1953). De modo que las primeras transformaciones económicas del acercamiento de la España de entonces a las potencias aliadas de Europa occidental y América se hicieron esperar hasta acuerdos como fueron el Tratado Franco/Eisenhower y el propio Concordato con la Santa Sede, ambos en 1953. Dos textos que marcaron un reconocimiento internacional de Franco, con una inicial y muy leve inserción de España en la economía internacional, que se confirmó definitivamente con el Plan de Estabilización de 1959. A ello siguieron las primeras relaciones con el Mercado Común Europeo (1969, guerra de las naranjas) y el Tratado Preferencial Ullastres de 1970, España/Comunidad Europea. Después vendrían los Pactos de La Moncloa (1977) y la integración de España en la actual Unión Europea (1986), ya en una política económica normalizada con nuestro entorno, en una prolongada fase de progreso económico y social. Hasta llegar a la Gran Recesión de 2008/2013, con una lenta recuperación iniciada en 2014, que se frenó por la pandemia económica en que hoy seguimos.
Punto final de este artículo, y como siempre, para comunicarse con el autor, pueden recurrir al correo electrónico castecien@bitmailer.net.
El PSOE de Cendón niega las acusaciones de militantes de Riaño-Picos de Europa y Crémenes. El otro candidato, Moreno, considera "grave e inaceptable" lo ocurrido
El presidente del PPCyL defiende que su partido siempre está al lado del campo, trabajadores y de la industria agroalimentaria
El consejero destaca la "excelente" calidad de la sanidad en Castilla y León, pese a "dificultades puntuales", en la toma de posesión de la nueva directora general de Salud Pública