Esperábamos emociones fuertes en la vuelta a Japón, y las tuvimos, aunque con tintes grises que nos recordaron que, a pesar de todo, la Fórmula 1 sigue siendo un deporte de alto riesgo, y que dejaron a la vista de nuevo las carencias de la FIA para gestionar situaciones caóticas. Se esperaba lluvia, y llovió. Ayer sábado, nadie se aventuraba a mojarse con el pronóstico, pero en el fondo todos sabían que tocaba una carrera pasada por agua, lo que, te guste más o menos, siempre añade un factor diferente y emocionante al permitir a los pilotos más valientes brillar con su conducción. Pero lo cierto es que hoy la carrera ha sido más lenta y accidentada que emocionante, si exceptuamos las batallas de los viejos rockeros Alonso y Vettel, y la de Hamilton con Ocon. Todo al margen de la victoria. 

Todos eligieron salir con intermedios. Llovía, pero no lo suficiente para neumáticos de lluvia extrema. La salida fue limpia, Verstappen y Leclerc peleando por la primera posición, Sainz cedía la tercera plaza a Checo, y Vettel tenía un choque con Alonso, que mandó al alemán a la grava cuando peleaban por la séptima posición. Norris salió fatal perdiendo muchas posiciones, al contrario que Stroll y los Haas que ganaron 7 posiciones y 5, respectivamente. Muy buena salida también de Schumacher. Carlos no quería perder a Pérez, pero antes de acabar la primera vuelta, se dio con el muro y acabó su persecución y su carrera. A centímetros estuvo Hamilton de llevarse por delante al madrileño. Gasly sí que se llevó algo por delante, no a Carlos (por suerte), sino un trozo de protección de su Ferrari.

Mal fin de semana para Pierre que salía desde el pitlane y que tenía que pasar por boxes en la primera vuelta, lo que no sabía el francés es que lo peor todavía estaba por llegar. Con el de Alpha Tauri intentando reengancharse a la carrera, se cruzó muy de cerca con una grúa que estaba recogiendo el coche de Sainz, y no acabó en tragedia de milagro. Este suceso, nos trajo a todos a la mente el fatal accidente de Jules Bianchi en el GP de Japón de 2014, que acabó significando la muerte del piloto francés meses más tarde. Mi pregunta es la siguiente: ¿quien dio permiso a esa grúa para estar ahí, sabiendo que había monoplazas en la pista? ¿Es que la FIA no aprendió nada de la muerte de Jules? En fin, otro despropósito. Para colmo se intensificó la lluvia y dirección de carrera sacó las banderas rojas, parando así la carrera. ¡Dos horas tardó en reanudarse la carrera! Se decidió que los pilotos salieran con neumáticos de lluvia extrema y detrás del safety car. Y durante 3 vueltas así lo hicieron, todos en fila detrás del safety como si de niños en una excursión se tratara. Para cuando se fue el safety, vuelta 6, solo quedaban 40 minutos en el cronómetro y la pista estaba para intermedios. Solo pararon Vettel y Latifi, el resto tardó dos vueltas, o incluso más, en el caso de Schumacher y Alonso.

Ese cambio temprano habría alterado el destino de la carrera para muchos pilotos, pero solo dos hombres, que no estarán en el circo máximo el año que viene, supieron verlo. Verstappen destrozó a Leclerc con el intermedio, siendo 1 segundo por vuelta más rápido que el monegasco. Tanto sufrió el de Ferrari, que en la última vuelta y ante el acoso de Pérez, cometió un error que le costó 5 segundos de sanción y que le dio el campeonato a Verstappen. Victoria inapelable, al igual que el campeonato. Mucho más interesante estuvo la carrera del tercero para abajo. Ocon hizo una demostración de solidez para aguantar las embestidas de Hamilton durante cuarenta minutos y llevarse un meritorio cuarto puesto. Fernando volvió a parar y protagonizó una remontada desde la decimoprimera a la séptima posición en apenas seis vueltas. Quedó séptimo por 6 milésimas respecto a Vettel, en un final de foto finish que nos recordó a sus peleas de hace 10 años. Sensacionales los dos campeones del mundo. Alonso nos volvió a recordar la ineptitud de Alpine en la entrevista post carrera, ya que pidió entrar antes las dos veces que cambió neumático, con el consiguiente mutis de la escudería roja y la más que probable perdida de un par de posiciones en la clasificación final. En fin, otra más, y ya van demasiadas contra el asturiano este fin de semana. Por lo menos se lo pasó bien conduciendo el Nano. Luces y sombras en un gran premio que deja mucha felicidad, pero también mucho que aprender y mejorar. Ya solo quedan 4 carreras con poco que decidir, pero donde Verstappen aún puede llevarse algún récord más, ya veremos. Todo por decidir en zona media y todavía no sabemos quién se colgará la plata y el bronce en este campeonato donde desde hace tiempo sabíamos quién iba a ser el campeón.