Un espectáculo auténtico, un partidazo. Una lección de dos equipos que demostraron que ser invicto no es cuestión de ser mejor que la mayoría de los rivales por presupuesto sino que los a los triunfos se llega a través del talento, la calidad, el trabajo táctico pero también una lucha hasta la extenuación cuando es necesario y la situación se iguala. El equipo salmantino se llevó la victoria ante Valencia Basket porque creyó que podía hacerlo cuando peor le iban las cosas, agarrándose a la pista como si hubiera 4.000 almas detrás.

Lo hizo igualando el despliegue ofensivo del plantillón de Valencia Basket en el primer tiempo y encontrando su mejor versión defensiva, con todo el mundo implicado en ello, cuando la situación se le tornó nublada ante todo lo que proponía un rival que por dentro hacía daño y que tuvo en Ouviña una guía que sobre todo en el tercer cuarto y parte del último dio la impresión de acabar siendo diferencial. 

Si Perfumerías Avenida y Valencia Basket consiguen explotar todo el talento que reúnen en un partido que les mida es garantía de un auténtico espectáculo y que no hubiera público en Würzburg fue una condena injusta porque es uno de esos partidos que, por como se desarrolló hay que disfrutar en la emoción del momento y paladear después con un análisis más sosegado. Un partido jugado de poder a poder con un primer tiempo en el que la calidad al ataque se impuso al empeño en defensa. Con alternativas en el luminoso, con los dos equipos intentando aprovechar sus ventajas que estaban en atacar más desde fuera para Avenida y en explotar su potencial interior en Valencia. 

Traham-Davis ataca ante Gagic (Foto: Arai Santana)

El inicio del primer cuarto con tres triples de Avenida repartidos entre Hayes y Domínguez, hubiera sido difícil de aguantar para cualquier adversario pero es que enfrente Valencia tiraba de la fuerza interior de Güllich, que trataba de forzar al máximo ante Hof o aprovechaba su velocidad en la carrera central, y por una Traham-Davis que aprovechaba sus minutos con grandes números.

El susto llegaba tras un mal gesto de Ouviña que tenía que abandonar la pista tras hacerse daño en un tobillo aunque por suerte minutos después regresaba. Hof cometía la segunda falta y en pista ahora eran Gagic y Milic las que tenían que bregar ante las 'center' visitantes. Acaba el cuarto con un 21-20 que era el reflejo de una igualdad que se mantuvo durante buena parte del segundo parcial.

Silvia Domínguez señala jugada ante Leti Romero (Foto: Arai Santana)

Valencia, aprovechando esa ventaja que sacaba Traham-Davis , cogía una ligera ventaja de +3 pero respondía bien Avenida que después de empatar el partido 25-25 volvía con fuerza tras un tiempo muerto de Roberto Íñiguez. Una falta, cuando lanzaba desde 6,75, a Leo Rodríguez en la que convirtió dos lanzamientos y el rebote posterior acabó con triple de Lou Samuelson ponía arriba a Avenida 35-31 y tras otro acierto de Cazorla desde 6,75 llegab. la máxima de +5 a favor local ante la que reaccionaba Burgos poniendo a Ouviña al mando de la operación y dejar el duelo absolutamente abierto al descanso, 40-39.

Aunque empezó mejor el equipo salmantino que su rival el tercer parcial, tras un tiempo muerto con 50-45 en el marcador, el duelo se le torció a Avenida. Valencia Basket apretó mucho atrás, cerró mejor su rebote y fue con más convicción al de ataque para sacar varias segundas opciones ante el aro local que le permitían remontar esos cinco puntos e incluso irse por encima. El atasco de Avenida era considerable. No encontraba puntos, primero tirando en malas situaciones y después errando tiros fáciles bajo el aro, con el peso de la ansiedad por no anotar ya presente. 

Los triples ahora no entraban y y tardó muchísimo en encontrar una canasta por mediación de Hayes, que rompía el parcial en contra, para el 52-60. Era la máxima para Valencia que navegaba bajo la dirección de Ouviña. Los dos puntos de la americana de Avenida supusieron el despertar, Lou Samuelson encontraba el triple que buscaba y el equipo salmantino se metía poco a poco el partido creciendo atrás.

Leo Rodríguez frente a la defensa de Juskaite busca pase (Foto: Arai Santana)

Acertó Íñiguez sacando de pista a Hof, cansada en su lucha con Güllich, para confiar en una Milic que comenzó a crecer en el momento en que se convenció de su trabajo atrás. La serbia es una superclase a la que quizás le falta ese paso de poner todo lo que tiene, también el físico, al servicio general. Se vio porque su aplicación atrás y al rebote, más allá incluso de los puntos que sumó, acabaron por desvelarse la clave. Le vino como anillo al dedo un triple al que le siguieron dos puntos más y poco después Samuelson empataba el duelo, abocado a un emocionantísimo final. 

Tanto que se llegó a la prórroga tras el 66-66 en el luminoso cuando Valencia no acertaba en el último ataque. Muy bien defendida ahora Ouviña, o en su defecto Leti Romero, al equipo taronja le costaba ahora mucho más mirar a aro. Tremendo trabajo colectivo atrás con Hayes y Samuelson llegando a todo y así hasta llegar a 14 del final con Avenida uno arriba. Valencia forzó la falta con el 70-69 para las locales y Cazorla metió uno de los tiros libres para dejar el luminoso en un 71-69 que Avenida defendió con el alma. El tiro de Allen no entró y un espectáculo que hizo honor al baloncesto esta vez se quedó en Salamanca donde duerme el único 'invictus'.