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El estrés generado por el COVID-19 agrava los problemas de las pieles atópicas: más brotes y más graves

La dermatitis atópica es una patología muy frecuente “sobre todo en niños, en los que es casi una condición de la piel”. 

El estrés generado por el COVID-19 agrava los problemas de las pieles atópicas: más brotes y más graves
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Dos de cada diez niños padecen piel atópica, una enfermedad que se ha venido incrementando en los últimos años hasta el punto de considerarse casi como una “condición de la piel” de muchos bebés. Con el paso del tiempo, la enfermedad tiende a desaparecer, aunque persiste en algunos casos y, en otros, los menos, debuta directamente en la edad adulta. La prevalencia en este segmento de edad es del 8%.

 

Los meses de pandemia han afectado especialmente a estos pacientes y es que el estrés es uno de los factores determinantes en la aparición de brotes y se relaciona directamente con su gravedad. Así se ha puesto de manifiesto durante la celebración del webinar El reto de la piel atópica: del diagnóstico al cuidado”, un encuentro que se enmarca dentro del acuerdo de colaboración alcanzado entre el Consejo General de Enfermería y CeraVe para promover la formación de las enfermeras en el cuidado de las afecciones de la piel bajo el lema “En la piel de la enfermera”.

 

En este webinar, segundo que realizan conjuntamente y con más de 3.000 enfermeras inscritas, han participado como expertos la enfermera Mª Cruz Pérez Llorente, de la Unidad de Dermatología del Hospital del Río Hortega de Valladolid, y Álvaro González Cantero, especialista en Dermatología y Venereología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y del Grupo Pedro Jaén.

 

A cualquier edad

 

En su intervención, Álvaro González Cantero ha explicado que la dermatitis atópica es una patología muy frecuente “sobre todo en niños, en los que es casi una condición de la piel”. El dermatólogo ha destacado que a estas edades supone un problema para los más pequeños, a quienes el picor no les deja descansar llegando a impedirles conciliar el sueño, y para los padres, para quienes representa un auténtico quebradero de cabeza ya que su control requiere no sólo de recibir el tratamiento adecuado sino también de una gran constancia y formación para aplicarlo correctamente. A estas edades, ha señalado, “con una información adecuada, una buena hidratación y algún antiinflamatorio tópico podemos controlar la mayoría de los casos”.

 

En la edad adulta la prevalencia desciende al 8%, sin embargo, “si bien el problema es menos frecuente, la enfermedad suele ser más grave”, alterando tanto su calidad de vida que pueden generarse incluso alteraciones psicológicas. En estos pacientes, ha añadido, a menudo hay que ir un paso más allá y recurrir a terapias orales o inyectables. “Afortunadamente, estamos contentos por la aparición en los últimos años de tratamientos cada vez más eficaces que nos permiten ayudar a estos pacientes”.

 

Piel en pandemia

 

Por su parte, Mª Cruz Pérez Llorente ha llamado la atención sobre el impacto de la pandemia en nuestra piel.Estamos viendo que, de alguna forma, ese miedo que se ha vivido tiene su reflejo en la piel. Esto es algo que está afectando no sólo a las personas con piel atópica sino en general, pero es cierto que en el caso de estos pacientes se ha traducido en más brotes y de mayor gravedad por lo que su manejo requiere de un tratamiento más complejo que en circunstancias normales”.

 

Además, en esta época, las pieles atópicas se ven afectadas por la mayor presencia de pólenes y es que, según ha explicado, estos reactivan la dermatitis.

 

De cara al verano, esta enfermera ha explicado que si bien la piel de estos pacientes suele mejorar debido a la exposición solar, conviene tener ciertas precauciones como evitar los baños en el mar o la piscina si se tiene un brote agudo, aclararse bien la piel al salir del agua, hidratarse y no olvidarse de la protección solar.

 

Enfermeras, clave

 

Las afecciones de la piel son muy frecuentes entre la población tanto que se estima que la mitad padecerá algún problema de este tipo a lo largo de su vida. En el caso de la dermatitis atópica, por su alta prevalencia, es habitual que la enfermera vea este tipo de pacientes en distintos escenarios. Como ha explicado Mª Cruz Pérez Llorente, “la dermatitis atópica acompaña al paciente a lo largo de toda su vida, con lo cual una enfermera puede encontrárselo en una consulta de Pediatría o de adultos en Atención Primaria, en el colegio como enfermera escolar o en una planta de un hospital porque un paciente puede ingresar por cualquier otro problema y tener un brote de dermatitis debido al detergente que utilizan para lavar las sábanas, por ejemplo”.

 

En esta misma línea, Álvaro González Cantero ha subrayado la importancia de la educación y el papel de la enfermera en este sentido: “el mayor beneficio para estos pacientes es una buena explicación sobre cómo aplicar el tratamiento, el momento de la ducha, la elección de la ropa… A menudo, cuando vienen a mi consulta y les pregunto lo que están utilizando, lo mantengo porque muchas veces lo que importa no es el qué sino el cómo, el cómo lo están haciendo y nadie mejor que la enfermera para explicarlo”. 

 

Innovación y calidad de vida

 

El encuentro, que ha sido moderado por Íñigo Lapetra, director de Comunicación del Consejo General de Enfermería, ha contado también con la intervención de Mercedes Abarquero, farmacéutica y responsable de Comunicación Científica de CeraVE, que ha analizado las nuevas formulaciones dirigidas al tratamiento y cuidado de la piel atópica y cómo la innovación se traduce en una mejora de la calidad de vida de estos pacientes.

 

“El cuidado diario, tanto con la higiene como con cuidado hidratante, es clave en la dermatitis atópica. En estas pieles, la barrera cutánea está comprometida; la inclusión de ceramidas esenciales y tecnologías de liberación progresiva han demostrado su eficacia en ayudar a mejorar la barrera cutánea, mostrando una mejoría en los síntomas. La recomendación dermocosmética es, por tanto, un pilar clave en el cuidado de estas pieles, donde además el papel de la enfermería es crucial para ayudar, a través de la educación, el consejo y el seguimiento, a los pacientes en el cuidado diario de su piel independientemente de la edad; permitiendo mejorar su calidad de vida”, ha explicado. 

 

Formación en el cuidado de la piel

 

Este webinar ha sido organizado a través de ISFOS, el Instituto de Formación Sanitaria del Consejo General de Enfermería, fiel a su compromiso de poner al servicio de las enfermeras encuentros y actividades de formación de carácter gratuito en los que los asistentes puedan interactuar con los expertos para trasladarles sus preguntas en directo.

 

En este caso, Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo y directora de ISFOS, ha hecho hincapié en la importancia de que las enfermeras se formen en este campo: “Como enfermeras, nuestra labor es esencial en varios frentes: en la detección precoz, por ejemplo, cuando el paciente acude a consulta por otros motivos y detectamos una afección de este tipo que debe ser tratada; en su cuidado, las enfermeras somos los profesionales expertos en cuidados; y en la formación del paciente para que sepa cómo afrontar su enfermedad, aplicar los tratamientos y adquirir aquellos hábitos de vida que le ayuden a mejorarla. Por eso, necesitamos formación en este ámbito, una formación permanente y actualizada, para saber cómo responder y dar a nuestros pacientes la mejor atención. Desde el Consejo General de Enfermería apostamos por esa formación y gracias a la colaboración con CeraVe estamos seguros de que podremos llegar aún más lejos”.

Por su parte, Isabel Castillejo, directora de Relaciones Médicas de L’Oréal, a la que pertenece CeraVe, ha subrayado que “para CeraVe es un verdadero orgullo poder llegar a esta colaboración, que refuerza el compromiso de nuestra marca en apoyar a los profesionales de la salud y contribuir al desarrollo de la especialidad a través de la formación; además de facilitar herramientas que permitan mejorar el consejo y el acompañamiento al paciente. Un compromiso que continúa con los profesionales de enfermería, que están totalmente implicados en mejorar la calidad de vida de los pacientes y donde la labor diaria que hacen en patologías crónicas, en el seguimiento y educación del paciente es clave”.