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200 años de una explosión que destruyó la capilla de Cerralbo

La actual parroquia de El Sagrario albergaba el 22 de octubre de 1818 un almacén de pólvora y bombas con motivo de la Guerra de la Independencia

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200 años de una explosión que destruyó la capilla de Cerralbo
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22 de octubre de 1818. La Guerra de la Independencia ya había finalizado pero todavía quedaban secuelas y restos en Ciudad Rodrigo. Uno de ellos era un almacén de pólvora y bombas que se mantenía en la capilla de Cerralbo, la actual parroquia de El Sagrario. A pesar de que muchos vecinos y autoridades ya habían mostrado su inquietud y habían protestado por el almacenamiento de la pólvora en las instalaciones, lo cierto es que se mantenía en pleno centro de la localidad mirobrigense.

 

No era una reivindicación nueva. Ya en 1662, en plena Guerra de Secesión de Portugal, el Duque de Osuna había convertido la capilla, que estaba sin terminar, en un almacén de pólvora, lo que había levantado las protestas del Cabildo. Sin embargo, casi dos siglos después la situación se repetía.

 

En esta ocasión, ese 22 de octubre, y mientras se celebraba en la cercana Catedral la Misa Mayor, una potente explosión sacudió Ciudad Rodrigo. Una columna de humo y polvo era visible desde muchos puntos de la ciudad y alrededor de la capilla muchos edificios se vinieron abajo. No así la Catedral, que demostró su fortaleza y salió ilesa del suceso. Según cuentan los cronistas de la época, la capilla quedó prácticamente destrozada, ya que la "cúpula se había despegado de los muros, aunque volvió a caer a plomo sobre su base, pero enteramente cuarteada", según cuenta Jesús Sánchez Terán en las 'Fichas Mirobrigenses'.

 

Los daños materiales no fueron los únicos que hubo que lamentar. Un hombre, Isidro Cifuentes, que se encontraba en el edificio, quedó gravemente herido con fracturas en las dos piernas. Poco se sabe de él y del estado en el que quedó y se desconoce si murió o no como consecuencia de las heridas. La capilla se encontraba llena de pólvora, bombas y granadas y la imprudencia de un artillero fue la causa de la explosión, aunque los mirobrigenses, sin duda, culparon al almacenamiento de los explosivos "en un lugar tan inadecuado".

 

Hoy se cumplen 200 años de un incidente que conmocionó a la localidad y que destruyó la capilla de Cerralbo, que se mantuvo en ruinas durante muchos años. No sería hasta 1889 cuando se consagró de nuevo la iglesia después de que en 1885 comenzaran las obras de restauración impulsadas por el obispo José Tomas de Mazarrasa y Riva.

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