La empresa de generación de energía renovable especializada en biomasa Enso, la cooperativa de producción de azúcar de remolacha y aceite de girasol y colza ACOR y la Junta de Castilla y León, a través de la empresa pública Somacyl, anunciaron su colaboración para la puesta en marcha, antes de que finalice el año 2023, de la mayor planta de cogeneración de biomasa de España, cuya producción eléctrica evitará la emisión de más de 60.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.

La presentación del proyecto tuvo lugar en el complejo de plantas de producción de azúcar de remolacha y de aceite de girasol y colza que ACOR tiene en la localidad vallisoletana de Olmedo, mismo lugar en el que se construirá la nueva planta de cogeneración con biomasa, y al mismo acudieron, además del presidente de la cooperativa, Jesús Posadas, y de su homólogo en Enso, Mario Armero, los consejeros de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas, y de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones.

La construcción de la planta, que comenzará a inicios de 2023 y creará más de 30 puestos de trabajo directos y 60 indirectos, permitirá, una vez puesta en funcionamiento a finales del año que viene, generar anualmente 346.000 toneladas de vapor y más de 45.000 MWh de electricidad que abastecerán a las distintas plantas de producción de azúcar y aceite que ACOR tiene en sus instalaciones de Olmedo, permitiendo a la cooperativa acelerar su proceso de descarbonización con la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 80 por ciento.

No será el único ahorro del proyecto para ACOR, ya que la energía con la que contará gracias a la planta construida por Enso le permitirá reducir sus costes energéticos en un 60 por ciento. Además, el coste de la instalación, valorado en 70 millones de euros, será acometido también por la empresa de generación de energía renovable, con ACOR como inicial único consumidor, en las dos primeras fases, de dichos insumos gracias a un contrato a largo plazo en el que asume, no obstante, el compromiso de compra a Enso para satisfacer sus necesidades térmicas y eléctricas.

Además, Enso también se encargará del suministro de combustible de biomasa, forestal y agrícola, necesaria para el abastecimiento de la planta de generación de energía, así como de la logística, la construcción tanto en su fase de ingeniería conceptual como de puesta en marcha y de las operaciones de mantenimiento y operatividad de la planta, incluyendo actividades transversales como la financiación y la obtención de permisos.

No obstante, Enso contará con la colaboración de la Junta de Castilla y León, a través de la empresa pública Somacyl, para garantizar el abastecimiento de la biomasa, procedente de residuos forestales y agrícolas y certificada “cien por cien” por los criterios de sostenibilidad de la Directiva Europea, con la que se generará la energía térmica y eléctrica que cubrirá el cien por cien de la demanda de los procesos industriales de ACOR “hoy y en el futuro”.

Todo ello con el objetivo de descarbonizar el proceso, reducir la huella de carbono y lograr un proyecto de economía circular, donde en el futuro se puedan incorporar otros combustibles, más allá de la biomasa forestal, como la paja de la colza, del maíz o la cáscara de almendra, y que incluso pueda hibridarse con otro tipo de generaciones eléctricas como la fotovoltaica o el biogás.

Economía circular para soberanía energética

Este último punto fue revelado por el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que consideró el proyecto presentado hoy como “muy importante” por recoger “el proyecto de descarbonización más importante de España” que es “ejemplo a nivel mundial de compromiso con la economía circular, la sostenibilidad y la competitividad”.

No obstante, recordó el consejero que la nueva planta vendrá a beneficiar a una infraestructura “enorme”, como la que tiene ACOR en Olmedo, que “gestiona y procesa cerca de un millón de kilos diarios de remolacha” en un proceso que “necesita calor y energía eléctrica” y que, ante el nuevo panorama internacional de volatilidad de ambas fuentes, permitirá a la cooperativa tener “soberanía energética”, lo que da “seguridad y tranquilidad” al sector.

Por su parte, el consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, recordó que precisamente el sector de la remolacha es “estratégico” para la Junta “desde un punto de vista agrícola, pero también social, económico y medioambiental”, dado que se trata de un cultivo que “cumple muy bien con la rotación, obtiene condicionalidad reforzada y va a ser bien tratado de cara al futuro”.

Por ello, el hecho de que la nueva planta aumente la “competitividad” del sector azucarero “es positivo”, y se unirá a las propuestas que desde Agricultura se desarrollarán en los próximos meses como “la ayuda asociada a las zonas de siembra temprana de la próxima PAC, con un importe anual de 14,3 millones de euros, las ayudas agroambientales al sector de la remolacha azucarera por su contribución para fijar CO2” y, en este último sentido, el proyecto ‘Remorcar’, que “demuestra que la remolacha contribuye a la reducción del CO2 con la fijación de 36,2 toneladas por hectárea”.

También participó en el acto de presentación del proyecto el presidente de ACOR, Jesús Posadas, que en el 60 aniversario de existencia de la cooperativa remarcó que si se ha llegado a la sexta década de existencia es porque “ACOR siempre ha apostado por proyectos innovadores” como el presentado hoy, que se considera “redondo” porque incluye “economía circular de hechos”.

Por último, el presidente de Enso, Mario Armero, reivindicó la experiencia de su empresa por sus 30 años de existencia y por contar, desde hace dos años y medio, con el respaldo de un fondo internacional “dedicado a la transición energética” que busca “expandir el proceso de la descarbonización” a través de servicios energéticos como los que prestarán a ACOR para lograr una transición energética “justa y rentable” que permita a la cooperativa “ventaja competitiva”.

Además, incidió en la soberanía energética que permitirá a la planta y, en consecuencia, “a Olmedo y Castilla y León” porque en el proyecto “no interviene ningún tercer país” aunque el fondo de inversión que sostiene a Enso sea de capital francés. Esta idea fue corroborada por Suárez-Quiñones cuando aseveró que la nueva planta contará con “seguridad jurídica, apoyo administrativo, seguridad política y viabilidad”.