El portavoz nacional de Vox en materia de Inmigración, Interior y Seguridad, Samuel Vázquez, ha reiterado hoy en Salamanca la oposición "frontal" de su partido a los procesos de inmigración "ilegal y desbordada" que, aseguran, padece España y que ha convertido barrios de otras cuidades europeas en "estercoleros".

Vázquez ha visitado la antigua residencia de mayores de Puente Ladrillo que el Gobierno aspiraría a convertir en centro de recepción de inmigrantes. El Ejecutivo por el momento no ha confirmado ni desmentido dichas intenciones, aunque desde Vox dan por sentado que acabará siendo así. 

El portavoz de Vox citó los datos del balance de criminalidad del Ministerio del Interior y aseguró que las agresiones sexuales se han "multiplicado por cuatro en siete años en Castilla y León". "Llevamos años avisando de lo que produciría un proceso de inmigración ilegal y desbordada en España. Afectaría primero al Corredor Mediterráneo, luego a la Meseta y al norte. Fuimos insultados y vejados, pero lamentablemente los números son incontestables", zanjó. Las agresiones "se han multiplicado. Es una aberración y nadie asume la responsabilidad".

En este punto, y en alusión al centro de inmigrantes de Puente Ladrillo, pidió a los salmantinos que decidan "si anteponen su ideología a la seguridad de sus hijos" y les invitó a acudir a Vox si optan por la segunda. "Les defenderá sin miedo, da igual lo que nos llamen. Bienvenidos todos aquellos que vengan a aportar, tengan el color de piel que tengan, pero hay que tener control de las fronteras: quién viene, cuántos vienen, desde dónde... hemos perdido el control de las fronteras, no sabemos sus intenciones ni lo que hicieron antes de llegar".

"Experimentos" en Europa

En esta línea, argumentó que "la concentración como método para integrar ha fallado en toda Europa y aquí no va a ser diferente". Estos "experimentos han fallado en Francia, en Bélgica, en Suecia... han convertido barrios en estercoleros e incrementado la inseguridad y aquí no va a ser diferente. Es imposible integrar concentrando a 400 personas juntas. Son experimentos porque no saben qué hacer con ellos". Lo que pasa cuando se instala un centro "lo saben todos los barrios allí donde se han instalado: aumento de la inseguridad, desbordamiento de recursos sociales y devaluación de los edificios y las casas". Por eso los vecinos "son los primeros en protestar. Estos centros no se ponen donde vive el alcalde, el delegado del Gobierno o el presidente, sino en barrios obreros". 

Vázquez insistió en que no se trata de una cuestión de opiniones, sino que, según él, cuanta con avales sociológicos. "No es una cuestión de creencias. Es cuestión de entender que en todos los países europeos con procesos de inmigración ilegal desbordada la criminalidad ha crecido exponencialmente. Si tienes una teoría y la apoyas con datos empíricos tienes ciencia, sociología criminal". Y "da igual 200, que 400, que 600... va a salir mal".