Desde el primer instante se intuía que este duelo sería una batalla contra viento y marea, no solo contra el rival, sino también contra el ambiente y las decisiones que pudieran inclinar la balanza. Perfumerías Avenida lo sabía bien. Ya lo sufrió hace dos años y, por eso, la concentración se reflejaba en cada rostro azulón antes del salto inicial.

Las locales, espoleadas por su afición, arrancaron con máxima intensidad. El pabellón, en cuestión de segundos, pasó de la calma a convertirse en una caldera, rugiendo para empujar a las suyas. En ese primer tramo, Zaragoza encontró refugio en el dominio interior de una Evans sobrexcitada, imponiéndose en el duelo contra Koné. No exenta de agresividad, logró provocar una falta en ataque y sumar un 2+1 que establecía un 6-12 en el marcador.

Perfumerías Avenida trabajaba bien sus ataques, encontrando tiros liberados, pero el aro se resistía. Aun así, el esfuerzo bajo canasta de Koné y dos puntos de Martín mantenían al equipo en la pelea.

Con la primera rotación y la entrada de Fasoula y Carter, el ataque se aclaró. La norteamericana conectaba con inteligencia con la griega, y seis puntos consecutivos servían para igualar la contienda, 13-14. Cantero reaccionó pidiendo tiempo muerto y ajustó la defensa, dando entrada a Hermosa para ganar centímetros en la pintura y sumando a Pueyo en pista. Su impacto fue inmediato: un triple de Pueyo y una serie de tiros libres -seis para Zaragoza en el primer cuarto, ninguno para Avenida- permitieron a las locales cerrar el parcial con ventaja, 13-20.

El segundo cuarto trajo la puntería desde el perímetro que Avenida había echado en falta. Delaere asumió la responsabilidad y, con dos triples consecutivos, redujo la brecha hasta un punto. Se desató entonces un toma y daca en la pintura entre Hermosa y Fasoula. Avenida logró el empate y se mostró sólido atrás, aunque en ataque recibía golpes por todos lados sin que los árbitros los castigaran, desatando la incredulidad del banquillo. La estadística de tiros libres era elocuente: 0-10 en contra antes de que Gil lograra los dos primeros para las azulonas, de los cuales solo aprovechó uno.

Delaere siguió demostrando por qué su ausencia se había notado tanto. No solo sumaba puntos, sino que su entrega defensiva era oro puro, como evidenció en la última acción antes del descanso. Su trabajo atrás, junto a otra canasta de Fasoula, permitieron que Avenida se fuera a vestuarios con el marcador igualado en una contienda que prometía emoción hasta el final: 30-31.

Avenida salió con decisión tras el descanso, con aciertos de Gil e Iyana para responder al triple de Pueyo. La intensidad defensiva azulona era evidente, aunque un problema serio se cernía sobre el equipo: la cuarta falta de Koné cuando aún restaban quince minutos de juego. Cada ataque y cada defensa se convertía en una batalla sin cuartel, pero Avenida no se amilanaba. Prueba de ello fue el canastón de Iyana Martín ante las torres locales o la valentía de Vilaró sacando una falta peleando contra Evans.

Las visitantes lograban ponerse cuatro arriba, pero Mawuli recortaba con un triple. La respuesta no tardó en llegar, con otra muestra de talento de Iyana Martín, una jugadora para la que la RAE va a necesitar un epígrafe especial. Cantero detuvo el partido con 45-41 en el luminoso, pero Avenida no levantaba el pie del acelerador. Una recuperación clave y un triple de Delaere llegaban en un momento crucial, reafirmando que aún quedaba mucho por trabajar, pero el equipo estaba dispuesto a hacerlo.

Un tiro libre de Domínguez, una recuperación de Carter que se convirtió en triple desde 6,75 y una asistencia suya a Fasoula en continuación pusieron el broche al tercer cuarto con una ventaja significativa: 54-41.

Perfumerías Avenida siguió con su hoja de ruta, golpeando primero en el último cuarto con dos canastas consecutivas. La segunda, una acción de Jespersen sobre la bocina de posesión, obligó a Cantero a agotar recursos y pedir un nuevo tiempo muerto con solo un minuto disputado. Zaragoza reaccionó con dos buenas acciones defensivas, lo que llevó a Montañana a detener el partido para ajustar y evitar que los pases cruzados por la zona siguieran dando oxígeno al equipo maño.

El ambiente en el Príncipe Felipe apretaba y Atkinson tomaba las riendas locales en un momento crítico. Avenida resistía el envite y, con la vuelta de Iyana Martín a la pista, lograba reencontrarse con el aro. Un triple local fue respondido con un 2+1 de Gil, manteniendo el equilibrio en un intercambio de golpes donde los triples de Zaragoza comenzaban a caer con más frecuencia.

En ese ida y vuelta, la ventaja seguía favoreciendo a las azulonas, que jugaban con inteligencia, administrando el tiempo y los ataques. Mientras las locales apostaban por la velocidad, Avenida imponía el ritmo con posesiones largas y balones interiores para Gil, que supo sacar faltas y controlar la recta final del encuentro.

Grada y Cantero presionando a los árbitros y falta de ataque contra Avenida que debía tener la mente muy fría en esa recta final y recuperaba un balón clave a 1'22" del final con siete puntos de renta. Había que seguir sufriendo así que a Gil se le salió un tiro y Mariona Ortiz firmó otro triple que puso el 68-64 a 19 segundos del final. Carter no falló desde el tiro libre y a once del final Avenida se ponía 70-64.

Una última defensa bien hecha, que permitió solo anotar de dos, y se consumó el triunfo que sitúa a Salamanca, de la mano del equipo que más alegrías le ha dado en su historia, en otra final.