La agonía visitante de Unionistas suma un capítulo más ante el Real Unión

El Real Unión – Unionistas demostró que en el fútbol puede pasar de todo sin que pase nada. Tres goles y una expulsión en la primera parte dieron el toque de emoción a un partido que, por juego, no iba a ser recordado. Al final, la diferencia numérica lastró en exceso a los charros y el cuadro local empató al poco de empezar la segunda parte. Un 2-2 que no fue definitivo, ya que Álvaro Gómez cometió un penalti en el 82' que acabó con Quique Rivero rompiendo del todo los sueños de los de Dani Llácer.

En un campo impracticable donde el balón no rodaba, Unionistas encontró esa suerte tan esquiva nada más comenzar. A los dos minutos el colegiado señaló penalti y Unionistas vio el cielo abrirse. Gorka se colocó, preparó el disparo pero lanzó al medio y James Wright evitó su tanto, pero el más atento de todos fue Jordi Tur que entró con todo al rechace para hacer el 0-1. Un gol que encendió a los fronterizos en busca de revertir su error cuanto antes.

El Real Unión apretó los dientes y encerró atrás a unos unionistas dubitativos en defensa. Los nervios se notaban en el ambiente y los locales aprovecharon para hacer el empate en el minuto ocho. Igual que la suerte estuvo del lado visitante previamente, esta vez dejó claro que había cambiado de bando.

Era el minuto ocho cuando Aranzabe probó suerte desde la frontal, un disparo que iba claramente fuera pero apareció Javi Domínguez para tocar ligeramente la pelota y mandarla a la escuadra de Iván. En ocho minutos ya habían llegado dos goles. La situación volvió al inicio, pero Unionistas tuvo problemas y tardó poco en encontrarse la primera amarilla de sus jugadores con una falta de Carlos García en la frontal. Las amonestaciones salmantinas comenzaron ahí y tardaron poco en lastrar al equipo.

Sin embargo, antes de ello llegó de nuevo la alegría. Unionistas apostó por balones largos para evitar rodar el balón sobre un tapete que no acompañaba a dicha idea. Una de estas acciones acabó con Gorka Santamaría apretando a Javi Domínguez en el área, provocando un error del defensa y encontrándose frente a James y teniendo que meter el pie para el 1-2. El gol puso de nuevo en ventaja a Unionistas en el 23’, pero a partir de ahí todo fue a peor.

Carlos García pasó a ser el protagonista de los siguientes minutos. El defensor cometió otra falta al agarrar a Benito en la frontal al perder un duelo con el atacante. Otra falta que acabó con la expulsión del jugador y con Unionistas afrontando más de una hora de partido con un jugador menos. Eso sí, la ventaja llegó hasta el descanso a pesar de que el Real Unión encerró atrás a Unionistas.

El segundo tiempo comenzó con el Real Unión buscando a Iván Martínez sin descanso. Unionistas se encontró encerrado ante unos irundarras que cargaron el área y tuvieron en Emil a su gran arma por la banda derecha. Sin embargo, fue a balón parado cuando llegó el empate.

Un saque de esquina en el minuto 52 acabó con la ventaja charra. Joseca aprovechó un balón prolongado desde el primer palo para romper la marca de Ramiro y firmar el 2-2 en el área pequeña. Dani Llácer movió varias piezas, aunque no surtió efecto. El Real Unión prosiguió a lo suyo: buscar el gol. El empate no le valía a los vascos y Unionistas buscó de todas las maneras amarrar el punto. No obstante, la situación llegó al límite y los blanquinegros lograron su objetivo. Después de un latigazo de Finley Munroe que se fue rozando la escuadra de Iván, un penalti condenó al cuadro visitante en el minuto 82.

En un centro desde la derecha Álvaro Gómez agarró a Obierta a pesar de que el balón pasaba de largo, una situación que el colegiado decretó como pena máxima. Todo se derrumbó. Iván se plantó ante Quique Rivero, pero el jugador lanzó con toda la tranquilidad del mundo y engañó al guardameta para firmar el 3-2.

Unionistas se encontró de nuevo con sus fantasmas. Sin capacidad para reaccionar, el Real Unión estuvo muy cerca del 4-2 en un disparo de Sergio Benito que tuvo que tapar Iván con una buena mano en el palo corto. La agonía terminó con un 3-2 y sin poder festejar una victoria lejos de casa 281 días más tarde.