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Aunque muchos consumidores piensan que pagan demasiado por sus facturas, no se plantean seriamente cambiar de compañía de gas, entre otros motivos, por parecerles un trámite muy complejo. No obstante, la realidad es que, este proceso no es tan complicado, en un mercado energético cada vez más competitivo, compañías como Repsol, Endesa e Iberdrola ofrecen tarifas atractivas y servicios personalizados para captar nuevos clientes, por lo que no hay que dejar pasar esta excelente oportunidad de ahorrar. A continuación, se presentan los pasos esenciales que hay que dar y los requisitos básicos, incluyendo el papel del Certificado de Instalación Eléctrica (CIE).
Lo primero que debes saber es que cambiar de empresa de gas es un proceso completamente gratuito y no implica interrupciones en el suministro. La nueva empresa se encargará de todo, incluyendo el contacto y la gestión con compañía actual. No obstante, es necesario conocer los documentos que se han de tener a mano.
Uno de los datos más importantes es el Código Universal del Punto de Suministro (CUPS), que identifica de manera única la instalación de gas y que se localiza en las facturas. Asimismo, se necesitará el DNI, la dirección completa del suministro y una cuenta bancaria para domiciliar los pagos. En algunos casos, especialmente para instalaciones más antiguas o si hace tiempo que no se realiza una revisión, será necesario presentar el Certificado de Instalación Eléctrica (CIE). Este documento garantiza que la instalación cumple con las normativas vigentes. En caso de no contar con él, se puede optar por gestionarlo directamente con la nueva compañía o contratar a un técnico autorizado que lo emita.
Antes de pasar a explicar los pasos para proceder al cambio, merece la pena dar un repaso a los motivos de peso por los que hay que cambiar de distribuidora de gas.
Algunas razones son el acceso a tarifas más económicas, un mejor servicio de atención al cliente o condiciones más flexibles. Además, la creciente oferta de tarifas ecológicas o duales (gas y electricidad) también son una motivación extra para explorar otras opciones.
Una vez recopilada la información, tan solo hay que ponerse en contacto con la compañía de gas que se haya elegido y, tal como se indicaba con anterioridad, ellos se encargarán de toda la gestión, incluida la baja en la compañía con la que se esté en ese momento.
El proceso de cambio puede tardar entre 15 y 20 días hábiles, dependiendo de la empresa. Durante ese periodo, se continúa haciendo uso de la distribuidora anterior, sin interrupciones.
Como se ha comentado con anterioridad, el cambio de compañía es completamente gratuito, pero hay que considerar que no se tengan cláusulas de permanencia con la actual empresa de gas. Si las hay, conviene revisar los términos antes de iniciar ningún trámite para evitar sorpresas en forma de penalizaciones. En este caso, hay que analizar los gastos extras que supondrá, ya que tal vez sea más conveniente esperar unos meses hasta que cumpla el periodo de obligación firmado con esa compañía.
En definitiva, gestionar el cambio es un trámite ágil y una oportunidad para optimizar los gastos energéticos sin complicaciones.
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