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Programas de formación para jóvenes con discapacidad intelectual en las universidades de Salamanca y Burgos

En el marco de la octava edición del programa UniDiversidad de Fundación ONCE, que cuenta con el apoyo del FSE

Programas de formación para jóvenes con discapacidad intelectual en las universidades de Salamanca y Burgos
Graduaciones del curso 2023/24.
V.T.P.C
V.T.P.C
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Las universidades de Burgos y Salamanca han sido seleccionadas, sobre un total de 31, para desarrollar programas de formación para el empleo de jóvenes con discapacidad intelectual en el marco de la octava convocatoria de ayudas de Fundación ONCE, publicada recientemente y diseñada para el curso académico 2024-25.

La iniciativa, que se lleva a cabo por octavo año consecutivo, cuenta con el apoyo financiero del Fondo Social Europeo (FSE), a través del Programa Operativo de Empleo Juvenil (POEJ), y está dirigida a todas las universidades españolas y centros adscritos.

Completan las universidades seleccionadas las madrileñas de Alcalá de Henares, Camilo José Cela, CEU San Pablo, Complutense, Francisco de Vitoria, Politécnica y Rey Juan Carlos; las catalanas de Barcelona, Girona, Rovira i Virgili, Pompeu Fabra y Ramón Llull; las andaluzas de Granada, Sevilla, Pablo de Olavide, Córdoba, Jaén, Málaga, Huelva y Almería; las valencianas de Miguel Hernández, Jaume I y Valencia, y las de Murcia y Católica de Murcia. Además, también impartirán cursos las Universidades de A Coruña, Castilla-La Mancha (Albacete), Cantabria y Extremadura.

Todas ellas deberán ofrecer cursos que proporcionen al alumnado formación universitaria enfocada a mejorar su autonomía, conocimientos humanísticos y su preparación laboral, y dotarle de habilidades necesarias para aumentar sus posibilidades de encontrar un trabajo, accediendo a puestos en la modalidad del empleo con apoyo.

Asimismo, tendrán que proporcionar a estos jóvenes experiencias inclusivas y de normalización dentro de la comunidad universitaria y facilitarles una formación integral y personalizada. Todo esto porque el objetivo principal del programa es implicar a las universidades, como agentes decisivos en la inclusión social, en la formación de jóvenes con discapacidad intelectual, cuyo acceso a la educación superior resulta aún insignificante.

Gracias a esta iniciativa, a lo largo de las siete primeras ediciones más de 2.500 jóvenes con discapacidad intelectual han conocido la realidad universitaria. Además, han mejorado su perfil profesional gracias a las prácticas laborales que se incluyen dentro del programa, lo que en algunos casos ha supuesto una contratación posterior.