La Policía Nacional interceptó al joven de 20 años encontrándole entre sus ropas 10,7 gramos de cocaína y 5,6 gramos de resina de cannabis
Condenada a tres años de cárcel por romper un vaso en la cara a otra joven
La atacada precisó una intervención quirúrgica y sutura que le dejó tres cicatrices en el lado izquierdo de la cara
La Audiencia Provincial de Salamanca ha condenado a tres años de prisión a una joven por romper un vaso de cristal en la cara de otra mujer en una discoteca de la capital salmantina en 2022, lo que le dejó tres cicatrices en el lado izquierdo de la cara de unos cinco centímetros de longitud que suponen un perjuicio estético al alterar negativamente la fisonomía de su rostro.
De acuerdo a la sentencia facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) este miércoles, se considera a la joven responsable de un delito de lesiones con medios peligrosos causantes de deformidad, en referencia a las citadas cicatrices.
La sentencia recoge además la prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 250 metros, a su domicilio y a cualquier lugar en el que se encuentre, así como de comunicarse con ella por cualquier medio durante cinco años. También le condena a pagar una indemnización de 9.364,72 euros y las costas del juicio.
El suceso se remonta a la madrugada del 8 de diciembre de 2022 en un local de la plaza del Corrillo.
La víctima acudió entonces al baño. Después de esperar un tiempo, al ver que no salía la persona que estaba dentro, tocó la puerta. Salió la acusada que "de forma deliberada y con intención de inferir un daño en la víctima", la golpeó con un vaso de cristal que llevaba en su mano, impactando en la parte izquierda de la cara de la afectada.
Los sucesos provocaron a la víctima heridas contusas en su cara que precisaron de intervención quirúrgica y sutura, quedando como secuelas tres cicatrices en el lado izquierdo de la cara de unos cinco centímetros de longitud, que como explica el dictamen, suponen un perjuicio estético al alterar negativamente la fisonomía de su rostro.
Enviaban de forma masiva un SMS simulando ser una entidad bancaria en el cual se informaba a las víctimas del inicio de sesión en su aplicación
Estaba entre los puentes Enrique Estevan y Felipe VI, a unos siete u ocho metros de la orilla
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