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La importancia de reducir el consumo de plástico: "Todos tenemos ya microplásticos en nuestro organismo"
Investigadores de la USAL han puesto en marcha durante este curso el proyecto 'Si no reciclas, te intoxicas' para concienciar de este problema para la salud y el medio ambiente
Los microplásticos son un problema creciente en la actualidad. En plástico está presente en prácticamente todos los objetos que usamos a diario, incluso en aquellos que no pensamos que pudiera tenerlo, como la ropa. Puede llegar a parecer inofensivos pero no lo es. Al descomponerse genera unas estructuras químicas muy pequeñas que son muy tóxicas para el medio ambiente y para nuestra salud, los conocidos como microplásticos, que se han convertido en un verdadero problema que requiere una actuación a distintos niveles.
Con el objetivo de concienciar sobre esta circunstancia, el Área de Toxicología de la Universidad de Salamanca ha puesto en marcha durante este curso un proyecto destinado a los jóvenes, los consumidores del futuro, para que quieran adherirse a iniciativas encaminadas a su reducción, reciclaje y reutilización.
'Si no reciclas, te intoxicas' ha sido un proyecto de aprendizaje-servicio, financiado por el Vicerrectorado de Ciencias de la Salud y Asuntos Sociales y liderado por la profesora Laura Vicente. Este tipo de proyectos tratan de responder a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 a través de pequeñas acciones que mejoren el mundo. En esta modalidad de enseñanza no son los profesores los que imparten la formación, sino que enseñan a los alumnos para que sean ellos los que den ellos el servicio a la comunidad.
"Estuve buscando qué parte de la toxicología podía aplicar para dar este aprendizaje de servicio, ya que hay muchas áreas. Pensaba en algo sencillo y creo que es importante aprender que los plásticos son tóxicos, que si yo los tiro al medio ambiente no se quedan ahí, si no que se tarda mucho en degradar y que cuando se degrada va a dar lugar a unas estructuras que se llama microplásticos. Se trata de estructuras químicas pequeñitas que son muy tóxicas", explica Laura Vicente, profesora de la USAL e investigadora principal del proyecto.
Y es que el problema que generan los microplásticos va mucho más allá de la contaminación. "Por ejemplo, se está demostrando que cuando caen en el agua los microplásticos pasan por los organismos acuáticos y esto provoca que se están feminizando poblaciones. Ya se ha visto en ranas y en otros anfibios y eso es un problema porque si solo hay hembras se acaba la reproducción y se acaba la especie. Además, esa especie seguramente es alimento de otros y al final esto es un bucle que empieza por lo más pequeño pero que nos puede llegar a nosotros. Y esto nos hace sospechar que si está provocando estos efectos en algunos animales a nosotros también nos puede pasar", añade.
Por ello, este proyecto surgió con la idea de concienciar a los adolescentes, una franja de edad a la que apenas se destinan campañas de reciclaje pero son un colectivo muy importante porque "ellos ya deciden qué es lo que quieren comprar cuánto quieren comprar y pueden pedir a sus padres 'no uses esto, usa esto otro'". Además, son los consumidores del futuro. Para su puesta en marcha han ido de la mano de la Asociación Ymca Salamanca y los participantes han podido recibir y aprender esta información, pero, a la vez, el objetivo era concienciarles para que "entiendan que ellos son los consumidores, son los que tienen que reducir su uso y tenemos que buscar maneras de reducir".
Una de las actividades del proyecto (Foto: USAL)
Este programa ha contado con un juego de concurso de preguntas y respuestas en grupos en el que que ya recibian información y "para que ellos vieran los consumidores que eran con la huella de plástico, hay unas calculadoras online que simplemente es ir contestando preguntas de cuántos botes de champú usas al año, bastoncillos, pajitas, si comes mucha comida de'take away', y con esas preguntas ellos ya calculaban y a lo mejor se dan cuenta de que eran consumidores de 100 kilos al año y ellos no son los principales compradores de su casa, o sea, si yo soy un consumidor secundario y consumo todo esto, imagínate. Con eso se quedaron bastante asustados y ahí es cuando le lanzamos ya las actividades para que hicieran con la asociación", cuenta la investigadora.
Estas actividades incluyeron un rally fotográfico con fotografías de su entorno en los que se demostrara si se estaba haciendo bien o mal el reciclaje. Las diez mejores se imprimieron y se expusieron en el centro. Además, se han llevado por distintas facultades de la Universidad de Salamanca.
Por otra parte, los participantes han podido pensar en estrategias que se podían llevar a cabo para reducir el plástico. "La verdad es que ha tenido muy buena acogida".
"También les enseñamos los dispositivos que tienen Europa, que a España todavía no han llegado, que son unos dispositivos de reciclaje que se impusieron en Noruega y Finlandia y lo que hacen es que las botellas de bebida tienen un impuesto cuando lo compras que tú pagas y después tienen una especie de contenedores que cuando devuelves el envase te devuelven lo que has pagado por ese impuesto. La idea es que tú pagas y te lo devuelven si reciclas", ha apuntado.
EL PELIGRO DE LOS MICROPLÁSTICOS
La necesidad de concienciar a la población para reducir el consumo de plástico, presente en nuestro día a día mucho más de lo que pensamos, surge por el peligro que supone para el medio ambiente y la salud y degradación y descomposición, los microplásticos.
"Los microplásticos son unas pequeñas partículas de plástico que se transfieren del plástico al agua y nosotros los podemos consumir, nosotros y los animales acuáticos. Estas partículas imitan a las hormonas femeninas y afecta a los organismos que están en desarrollo, en un organismo adulto quizás es más complicado. Los seres vivos nacemos mujeres y es el impulso de la testosterona lo que da la señal para hacer que sea macho en vez de hembra. Si cuando eso sucede te está llegando estrógeno o una sustancia que parece estrógeno, no se transforma en macho y eso es lo que está pasando con los animales. Tienen más efectos, también se está relacionando con algunos efectos neurológicos, pero todo eso está en fase de estudio todavía. El principal problema de estas sustancias es el desconocimiento porque hay una pequeña idea de que nos puede pasar pero no lo sabemos", apunta Laura Vicente.
Pero esto no afecta solo a los animales, si no que ya han llegado a los seres humanos: "Ya se está viendo que nosotros los tenemos en nuestro organismo, han hecho estudios en niños, sobre todo en muestras de orina midiendo si había estos componentes, de los que se conocen porque algunos que ni siquiera conocemos exactamente, y todos tenemos ya nuestro organismo. Si lo liberamos es porque están pasando por nuestro organismo".
De ahí viene la importancia de reducir el consumo de plástico porque "los microplásticos nos llegan a muchos sitios, nos llegan de los animales que comemos, nos llegan del agua que bebemos embotellada. Un primer embotellamiento no tiene tanto problema porque tiene unos recubrimientos y es más complicado, pero si nosotros reutilizamos se va perdiendo ese recubrimiento y esos microplásticos nos pasan al agua y ese es uno de los principales problemas. Nos estamos exponiendo a sustancias que realmente no conocemos el alcance", asegura la investigadora de la USAL.
Materiales del proyecto 'Si no reciclas, te intoxicas' (Foto: USAL)
No obstante, el peligro de estos microplásticos va mucho más allá. Y es que "otro de los problemas que tienen es que cuando hacemos estudios de toxicidad estudiamos una sola sustancia". Sin embargo, "el problema es que son muchos y están mezclados, no solamente nos exponemos a una". Para la investigadora de la USAL la pregunta es "qué pasa cuando se juntan, porque hay efectos tóxicos que se llaman de potenciación de sinergia, que son términos que lo que indican es que aquí hay veces que uno más uno es ocho porque la acción es mucho más fuerte cuando están mezclados". "¿Esto está pasando? Pues no lo sabemos y es muy difícil, porque qué mezclas estudiamos, en qué proporción las estudiamos, cómo nos la encontramos en la naturaleza es lo complicado y todavía queda mucho por estudiar en este campo. La investigación tiene que ir por ahí, por identificar las sustancias y los efectos que producen en las combinaciones y ese es el mayor reto a día de hoy".
Por todo ello, el mensaje que ha querido transmitir en este proyecto es que "tenemos otras alternativas, no todo tiene que ser de plástico, que intentemos reducirlo en la medida de lo posible. Hay más plástico del que pensamos a nuestro alrededor. Si te fijas, todo está envasado en plástico, todo tiene una cubierta de plástico, un recubrimiento. Y la ropa no pensamos en ella como plástico pero tiene una sustancia, los noliferoles, que el problema de ellos es es que estemos en contacto dérmico, no nos va a pasar nada por tenerlo, el problema es que cuando la lavamos, esa sustancia pasa al agua y a nuestros ríos y, además, las depuradoras a día de hoy no tienen capacidad para degradarlo. También otro problema es envasar cosas que no lo necesitan, como la fruta".
Para tratar de frenar el proceso y reducir el consumo lo mejor es "concienciar a los consumidores del futuro, es decir, a los niños, porque son los que realmente después van a exigir y van a demandar más plásticos. Hay que fomentar el reciclaje, fomentar la reutilización y reducir el consumismo porque estamos en una sociedad muy consumista".
Sin embargo, la investigación avanza y en estos momentos ya se está trabajando sobre otras materias más biodegradables, hechas a partir de productos naturales. "Hay unos envases que se hacen con hojas de plátano de las palmeras, que se someten a unos procesos que endurecen la hoja y sirven como recipientes para usar y tirar. Evidentemente no es un buen recipiente, pero para algo temporal para llevar, para evitar el plástico puede ser una de las de las materias. También se está intentando utilizar la caña de azúcar para hacer envases más sostenibles. Creo que la investigación tiene que ir por ahí porque lo que produce la naturaleza, la naturaleza lo entiende y lo sabe degradar; lo que producimos a través de química la naturaleza no lo entiende y no lo sabe degradar", concluye la profesora de la USAL.
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El programa se desarrollará del 17 de marzo al 4 de abril y contempla torneos deportivos, jornadas de emprendimiento y un karaoke
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