Una de las testigos sobre el muerto en el Carnaval del Toro: "Le di la vuelta y mis manos estaban llenas de sangre"

La Audiencia Provincial de Salamanca juzga del 20 al 22 de febrero, por el procedimiento del jurado popular, a un hombre, J. A. V. S., acusado de matar a otro de una puñalada tras una discusión en un bar de Ciudad Rodrigo. Tras casi tres horas en las que ha tenido lugar la constitución del jurado, formado únicamente por mujeres, la acusación particular ha solicitado que la vista se celebrase a puerta cerrada, pero esta petición ha sido rechazada por parte de la Fiscalía. 

Los hechos ocurrieron el 26 de febrero de 2022, durante la celebración del Carnaval del Toro. Ahora, el fiscal acusa de homicidio a J.A.V.S. y solicita para él una condena de 13 años de prisión, además de una indemnización de 595.000 euros para la familia de la víctima, T.E.B.

Pasadas las 13.00 horas, dieron comienzo las declaraciones de los testigos protegidos, ya que el acusado no declarará hasta que se expongan las pruebas testificales y periciales.

La primera de ellas, tras el biombo, ha asegurado que asistía a la capea con motivo del Carnaval junto al acusado. "Fuimos a la plaza y después a un par de bares". Llegaron, según sus palabras, en torno a las tres de la madrugada. 

Pidieron las consumiciones, "vi a un chico que tenía una navaja", refiriéndose a la víctima, "se la pasaba de una mano a la otra y por los dientes". Antes del fatal suceso, J. A. V. S. "ya tuvo un pequeño altercado con otros clientes, estaban enzarzados", asegura. 

Fue por ello que el "camarero decidió cerrar el bar. Mientras salíamos recuerdo escuchar cristales, me giré y vi a la otra chica tocarse la cabeza, me dijo que le habían tirado con algo, un vaso de cristal".

Fue ahí cuando el acusado se giró y volvió, "vi como la víctima nos increpaba, nosotras nos fuimos fuera porque no estaba normal, no sabemos lo que había ingerido, pero deambulaba".

El acusado, "salió tranquilo, le vi tocarse la mano, dijo que tenía un corte, le preguntamos si quería ir al médico pero nos dijo que no. Yo no sabía qué había pasado y tampoco nos dijo nada. Vinimos hasta Salamanca en completo silencio". Al llegar a Salamanca "nos bajamos del coche y se fue". 

Seguidamente, ha pasado por la Audiencia otra de las testigos, amiga de J. A. V. S. La mujer ha reconocido "no presenciar la pelea entre los dos hombres. Yo estaba en el baño. Cuando salí, cogí mi abrigo y nos fuimos, pensé que estaban cerrando en local". 

"No nos dio tiempo a salir a la calle cuando noté que me caía algo en la cabeza, el chico estaba detrás de mí con el brazo levantado. Estaba a un metro aproximadamente. Vi que llevaba una navaja, hasta le llamaron la atención por exhibirla durante toda la noche". 

Se fueron a la calle y J. A. V. S. "volvió a entrar. Tardó segundos en salir y no nos contó nada de lo que había pasado. Mi amiga quería acceder de nuevo al bar, pero le dije que él sabía defenderse sólo para que no entrase". Posteriormente, "Alberto salió con una herida en la mano que le sangraba bastante, no dijo lo que había pasado, pero me lo imaginé".  

Pasadas las 14.00 horas, ha llegado el turno para la testigo número tres, una de las personas que presenció la muerte de la víctima. "El bar se cerró, no sé por qué. Antes, vi un cruce de botellas. Una de las chicas tiró una y el ahora fallecido otra, pero no lo recuerdo bien". 

Asegura también "no haberle visto con ninguna navaja, pero tampoco le presté atención. Cuando me di la vuelta y lo vi en el suelo en el bar ya no quedaba nadie. Vi hablando al acusado y a la víctima antes de lo ocurrido, estaban teniendo una conversación tranquila sin pegarse ni forcejear". 

"Al segundo, estaba en el suelo, no respiraba. Pensé que se había mareado. Cuando le di la vuelta mis manos estaban llenas de sangre. Pedí auxilio y un poco de agua. No sabía qué había pasado, intentó decirme algo pero al poco tiempo se murió". 

Finalmente, cabe destacar que la acusación particular solicita una condena de 25 años de prisión además de 600.000 euros a los familiares y la defensa pide la libre absolución por homicidio imprudente, "sin ánimo de acabar con su vida", considerando la atenuante de drogadicción. Actuó en legítima defensa: "No existe delito de dolo".