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Estudiar con discapacidad en la USAL: "He tenido mucha ayuda de mis compañeros y mis profesores"

Carlos Garzón lleva ocho años en la Universidad de Salamanca, donde con la ayuda del Servicio de Asuntos Sociales ha conseguido superar sus estudios y llegar al doctorado

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Estudiar con discapacidad en la USAL: "He tenido mucha ayuda de mis compañeros y mis profesores"
(Foto: Archivo)
Isabel Andrés Rodríguez
Isabel Andrés Rodríguez
Lectura estimada: 3 min.

Discapacidad no es sinónimo de limitaciones. Ya no. Hoy en día instituciones de todo el mundo trabajan por la inclusión a todos los niveles para garantizar el aprendizaje y la participación de todas las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad. Y la Universidad de Salamanca es un espacio seguro para la integración más allá de las diferentes capacidades que puedan tener cada uno de sus alumnos.

Para ello, el Servicio de Asuntos Sociales de la USAL cuenta con varios programas y proyectos de apoyo que garantizan el desarrollo de una vida académica plena para todos los estudiantes. Carlos Garzón es un ejemplo de ello. Hace ya ocho años que este joven aterrizó en la Universidad de Salamanca para estudiar el Grado de Física. Padece Síndrome de Asperger, un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro autista y que afecta a la interacción social recíproca y a la comunicación verbal y no verbal. Sin embargo, su mayor dificultad para relacionarse con otras personas no ha supuesto un obstáculo para su formación y su estancia en la Universidad, donde en estos momentos realiza el doctorado en el Departamento de Física Fundamental y Matemáticas.

"Tengo síndrome de Asperger y me cuesta un poco relacionarme con la gente. Pero mi experiencia en la universidad es muy buena, me han ayudado mucho tanto los profesores como mis compañeros. Los profesores cada vez que iba a preguntarle una duda eran bastante simpáticos y accesibles y eso me ha ayudado bastante", cuenta este alumno, que se encuentra en su tercer año de doctorado.

Así, desarrolla su día a día en la USAL como cualquier otro miembro de la comunidad universitaria. "Llego a las nueve de la mañana para trabajar en el proyecto de investigación y también doy clases de álgebra, a mediodía salgo a las 14:00 y por la tarde vengo de 16:00 a 18:30 horas". "He tenido bastante suerte porque me han guiado bastante y me han ayudado bastante. Los profesores conocían mi discapacidad y eso hacía que estuvieran más pendientes de mí y me han ayudado mucho", reconoce.

No obstante, su estancia en la universidad no se ha limitado a la docencia y se ha implicado en el deporte y en la solidaridad. Así, ha participado en actividades deportivas como GAP y zumba, participó en el proyecto de Campus Inclusivos y realizó un voluntariado para ayudar a otros chicos con discapacidad intelectual. "Todo eso me ha venido bastante bien", añade.

Sin embargo, uno de los proyectos que más le ha ayudado es la Mentoría Inclusiva, en la que ha participado en sus dos vertientes. Comenzó recibiendo esa mentoría para luego convertirse en mentor y ayudar a otra estudiante. "Hace unos años quedaba con una chica y hablábamos para mantener conversación, que a mí me cuesta mucho, y ahora soy mentor de una chica ciega. Quedamos y doy una vuelta con ella. Es una experiencia muy buena, dar ayuda me ha servido mucho porque tienes que ir indicando a la otra persona cuando hay un obstáculo y eso me viene bastante bien", cuenta.

Todavía no tiene muy claro qué hará en el futuro, pero reconoce que "una opción es quedarme en la Universidad", algo que "me gustaría".

Y es que el apoyo del Servicio de Asuntos Sociales ha resultado vital para Carlos y para muchos jóvenes como él. "Durante el Grado, todos los viernes iba al SAS y allí me ayudaban mucho, me preguntaban cómo iba la semana y ellos me contaban dónde podía tener dificultades e íbamos anticipándonos a todas con consejos para afrontarla", explica. Este es uno de los apoyos que brinda el SAS a todos los estudiantes con discapacidad. "Si ellos aceptan esta ayuda y contamos con su aprobación, realizamos un informe para todos los profesores con la situación del alumno y cómo pueden ayudarle. También nos ofrecemos para cualquier duda que puedan tener", asegura Lorenzo García, del SAS. Se trata de un servicio totalmente confidencial que ofrece ayuda personalizada tanto para la docencia como para la participación en la vida universitaria.

"Animo a todos los que tengan alguna discapacidad a que acudan al SAS porque le pueden ayudar en función de las necesidades que tengan", concluye Carlos Garzón.

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