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De tener un negocio propio a verse viviendo en un albergue

Una residente en Salamanca explica cómo, a causa de la pandemia, se vio abocada a pedir ayuda a organizaciones caritativas para no acabar en la calle

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De tener un negocio propio a verse viviendo en un albergue
V.T.P.C
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A María la pandemia le rompió todos sus sueños, que eran montar una tienda y pasar en ella sus últimos años antes de la jubilación. Hizo la inversión necesaria y antes de abrir se decretó el estado de alarma. Durante semanas la población se quedó en casa y María se vio en la calle, perdiendo todo lo que tenía.

Su testimonio puede ser el de miles de personas que pierden el hogar por distintas circunstancias económicas o personales. Este año, la campaña de Cáritas diocesana de Salamanca, 'Personas sin hogar 2023' enfatiza la vulnerabilidad de las mujeres que viven esta situación. Ella puede contarlo establecida en una habitación de alquiler en Salamanca, tras abandonar la ciudad donde residía antes.

María pone voz, pero no rostro, "quiero encontrar trabajo y si conocen mi historia quizás no me cojan", reconoce asustada. Pero comparte lo vivido y sentido durante estos últimos tres años, desde que aquella pandemia le llevó a otros caminos que jamás hubiese imaginado, explican desde el Servicio Diocesano de Comunicación.

 

Ayuda de Cáritas

 

Su momento más duro fue en mayo de 2022, cuando dejó la casa de unos amigos donde fue acogida y tuvo que ir a un albergue de personas sin hogar para no verse en plena calle, "donde pasé 403 días". Allí vivió una situación muy dura, según relata María, "porque te ves en la situación de dejarte pegar". A ella la cogieron las gafas y se las rompieron en dos, "y es algo que me ha marcado".

En Salamanca lleva cuatro meses y desde el primer momento pidió ayuda a Cáritas, donde en principio derivaron a los recursos de personas sin hogar (Espacio Abierto) y al centro de acogida Padre Damián, aunque finalmente su perfil encajó más con buscar una habitación donde poder vivir.

Ya en Salamanca empezó a ver la luz. Sueña con conseguir un trabajo que le de mayor independencia. En Espacio Abierto, donde come cuatro días a la semana "estoy a gusto porque te escuchan y son simpáticos", pero su deseo es encontrar al menos un trabajo a media jornada, "porque quiero vivir por mí misma y no depender de las ayudas". María agradece la labor de Cáritas y lanza también la idea de que la sociedad no puede mirar para otro lado, porque no son invisibles.

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