El ingeniero japonés Takanori Shibata se ha reencontrado este viernes con la foca arpa PARO, el robot social más célebre, una herramienta que creó hace más de 20 años y ahora protagoniza un estudio pionero en el centro de referencia del Alzheimer en Salamanca (CREA).

El objetivo de su visita es hacer un seguimiento del estudio 'Efectividad y coste efectividad de la terapia robótica con el robot PARO en personas con demencia', que dirige y realiza el CREA desde el pasado mes de enero, publica EFE. 

Esta investigación con la foca PARO, en la que participan una docena de centros asistenciales de toda España en los que se realiza la terapia robótica, ha finalizado la fase de intervención, por lo que los resultados se publicarán en 2024.

El Centro de Referencia Estatal del Alzheimer y otras demencias (CREA), con sede en Salamanca, busca con este estudio evaluar si este robot terapéutico puede contribuir a aliviar la depresión en pacientes con demencia.

Hay varios estudios en otros países en los que se ha comprobado que puede ser eficaz tanto en demencia como para personas mayores solas o niños hospitalizados, pero la investigación del CREA aspira a ser la referencia en el contexto español.

La idea del robot PARO era sustituir la terapia con animales en situaciones donde cuidar de un ser vivo es costoso o imposible, pero Shibata no recurrió a darle forma de perro o gato, como podría esperarse.

El robot foca ya se usa en algunos centros españoles, pero no está tan difundido porque su coste es elevado, ronda los 6.000 euros. El CREA tiene uno, desde 2009, cedido por la Fundación Reina Sofía.

La foca arpa PARO es como un peluche, tiene múltiples sensores de sonido, luz y temperatura, que le permiten mostrar emociones con la apertura de los ojos o emitiendo sonidos de agrado, además de aprender las preferencias del usuario y hasta el nombre que le pongan.