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El grito por la salud mental de Salamanca: "No basta con la formulación de derechos, queremos su realización"

Raquel cuenta su testimonio, sólo quiere que la vean como alguien "normal" y para ello pide una labor de "sensibilización"

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El grito por la salud mental de Salamanca: "No basta con la formulación de derechos, queremos su realización"
María  Pedrosa García
María Pedrosa García
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Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, el Ayuntamiento de Salamanca ha recibido en el Salón de Recepciones a la Asociación de Salud Mental de Salamanca (AFEMC), recordando su importante labor, siendo el "pilar fundamental" de muchas personas, familias y, en general, ciudades a la hora de atender a pacientes con problemas de salud mental en el día a día. Precisamente, esa comunidad ha estado presente en el acto, aportando sus propios testimonios y el desamparo que sienten por parte de la sociedad y las instituciones, reclamando a través de un manifiesto sus derechos, "derechos fundamentales"

"Nos corresponde a todas las personas recordar que el derecho a la salud mental es la expresión de una voluntad socialmente aceptada, pero que sólo será efectivo si los poderes públicos proveen los recursos necesarios. Dicho de otra manera, la falta de inversión en salud mental favorece la vulneración de derechos", han declarado. 

¿Y en qué se basan esos derechos? Hablan de dos lecturas"Por un lado, el derecho al bienestar y a la participación en una sociedad respetuosa con la salud mental, que ofrezca confianza en vez de discriminación, comprensión en vez de exclusión y paz en vez de miseria. Por otro lado, el derecho a un modelo revilitalizador y universal que ahonde en el potencial de las personas y en su proyección social, de tal manera que la desilusión se convierta en esperanza. No basta con la formulación de nuestros derechos buscamos su realización. Para ello, solo vale la lucha continua. Tenemos las manos cansadas de esperar". 

Cuando eso se consiga, consideran, la salud mental "se convertirá en una política de estado". Por eso, piden al Estado: "Trabajar por el entendimiento de los problemas orientados a la salud mental, procurar un futuro habitable para los niños y niñas para que se desarrollen en un entorno de bienestar emocional, garantizar la seguridad de las personas, así como su protección ante tratos degradantes, y llevar a cabo campañas de prevención de suicidio en el ámbito escolar, universitario y en la esfera laboral". 

Y finalizan: "La salud mental debe tratarse desde un enfoque global donde todas las personas seamos partícipes o de lo contrario mucha de la energía se perderá. Al final, todo lo que se haga den favor de la salud mental tendrá un retorno real. Una sociedad con salud mental es una sociedad de bienestar". 

El testimonio de Raquel, miembro de la Asociación

Hace 20 años, Raquel conoció el alcance de su enfermedad de salud mental y hace 15 que la Asociación le ofreció una segunda oportunidad, una manera diferente de afrontar su nueva realidad. Por las mañanas acude al Centro de Día y por las tardes medita y hace yoga, una rutina que le ayuda a alcanzar el equilibrio en su día a día. 

Le encantaría que los problemas de salud mental se normalizaran, que la gente pensara que tomando su medicamento es una persona normal. "Hay gente con la tensión alta que tiene que medicarse o un diabético que tiene que pincharse... todo tiene solución. Yo estoy sana, estoy contenta de estar en el centro y me estado de ánimo es estable. Desde que empecé hasta ahora ha habido momentos de adaptación, porque hay situaciones que desconoces, pero ya estoy bien"

¿Cómo era su vida antes de formar parte de la Asociación? "Estaba como en una burbuja, en mis mundos. Muy mal, fatal. Hacía poca vida social y era complicado. Ves que te diagnostican eso y no lo acabas de entender, pero con los profesionales sanitarios y la gente de la asociación nos ayudan a vivir aquí y el ahora, a vivir el presente y el futuro ya vendrá. Somos gente normal". 

Su día a día en el centro, una comunidad: "Es curioso, cada enfermo tiene su forma de llevar la enfermedad, pero lo bueno es normalizar y sensibilizar. Nos ha tocado, pero no pasa nada. Nos reímos juntos... somos una piña, nos conocemos todos como somos, cada uno con nuestras cosas, pero somos humanos, somos personas ante todo y en la sociedad todos dependemos de todos". 

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