Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor pero cualquiera que estuviera este domingo en los alrededores del estadio Helmántico seguramente tenía en mente que lo mejor estaba por llegar. Es muy difícil recordar tal expetación en los aledaños del histórico campo salmantino que pasó en las últimas temporadas no había vivido semejante movimiento de personas y es evidente que tampoco lo hizo en los estertores de la extinta UDS que, entre otras muchas razones, desapareció por falta de un respaldo masivo que obligara a tomar medidas.

El tiempo ha pasado y este Salamanca CF UDS enfrentaba una final con mayúsculas porque otro año en Tercera RFEF es difícil de soportar y además la movilización lograda para llenar la grada suponía un acicate aunque también una presión añadida.

Con el respaldo de un estadio casi repleto los de Jehu Chiapas salieron al césped con el colmillo afilado y la vista puesta sobre marco contrario y pisaron área con peligro en los primeros instantes del choque en los que Jaime tuvo que aparecer para rechazar un disparo de Tulio y Gabri estuvo a punto de remachar. Se pedía un penalti y es que la presión que trataba de meter la afición de la grada también se intentaba que llegara al colegiado.

Ese arreón inicial seguramente se lo esperaba el Sant Andreu que, a base de toque, fue enfriando un poco el ambiente y que encontró un aliado en el balón parado. El peor escenario posible se hacia realidad a los doce minutos de partido y es que a la presión propia de la final el verse por debajo tan pronto cuando la ilusión pasaba por ser el primero en golpear siempre hace daño. Así fue porque a la salida de un córner ensayado, con golpeo hacia segundo palo y prolongación hacia el punto de penalti, Genis Blasco alcanzó el balón para golpearlo con la puntera y enviarlo a la escuadra.

Un jarro de agua fría que intentó revertir el Salamanca CF con dos llegadas peligrosas sobre el minuto veinte pero el intento de enjugar la ventaja se quedó ahogado bajo una tremenda granizada que sin verlo venir arreció sobre el estadio salmantino. Imposible estar sobre el terreno de juego y el árbitro paró el partido durante veinte minutos en los que no cesó de llover sobre un césped que quedó en malísimo estado.

Para cuando los jugadores regresaron al terreno de juego la práctica del fútbol era casi un imposible. Waterpolo con los pies y al que más aguantara de pie tratando de aprovechar algún balón frenado en un charo o escupido por la hierba. En esa situación los que mejor se desenvolvían eran los jugadores más físicos aunque fue Diego Benito el que puso por dos veces el ¡uy! en la grada tirando de recursos en dos ocasiones antes de que se llegara al descanso.

Un receso muchísimo más largo de lo esperado. No volvió a llover pero en el empeño de que ambos equipos jugaran en las mismas condiciones, y tras limpiar de agua la parte del campo donde atacaba el Salamanca CF UDS, el colegiado ordenó hacer lo mismo con la otra y como un fondo estaba encharcado todo se retrasó de manera notable. Más de 45 minutos de espera que seguro que en vestuarios se hicieron una eternidad. 

Tenía que salir a por todas el Salamanca CF UDS que ya con el primer cambio de Jehu mostraba que iba a ir a por todas abriendo el campo y buscando la opción delas bandas. Sabía que el balón iba a ser para los suyos si conseguía que el Sant Andreu se atrincherara atrás y los centros sobre el área eran una buena opción. Como segunda alternativa buscar velocidad con pases interiores si su rival daba un paso al frente. 

Con esa idea el Salamanca CF UDS iba encerrando cada vez más a su rival y así consiguió la recompensa que buscaba para delirio del Helmántico que ya celebraba el centro de Souley desde la banda buscando a Alvarito en el primer palo o la segunda opción, que se convirtió en la efectiva, con Javi Navas entrando al segundo palo para cabecear a bocajarro y empatar.  

Se desataba la locura y se desataba el equipo de Jehu en busca del segundo porque a esas alturas nadie pensaba en una prórroga por ganas y por sensaciones. Sin embargo el partido estaba condicionado por cómo había quedado el césped y eso podía variar su destino en cualquier momento como así sucedió. De un balón en largo que en principio no debería haber supuesto problemas más allá de que llegó al área de Villanueva llegó el 1-2 del Sant Andreu porque un charco frenó su trayectoria, quedó muerto sin que pudiera llegar el guardameta que se quedó a media salida viendo como el que llegaba era Arranz que picó con calidad cruzando el esférico al otro palo. 

El equipo local con la soga al cuello obligado a ir a muerte contra la portería contraria tal y como hizo. Buscando el tanto que necesitaba para al menos jugar la prórroga por tierra y aire. Se pidió un penalti, tuvo un remate en el área pequeña que salió floja, Navas la tuvo casi para empujarla ya en el 88... Imposible hacer más.

Faltaba el gol pero el gol se negó y así se acabó el sueño. Todo el gozo por una tarde que era histórica desde el principio se acabó en un pozo. 

ASÍ FUE EL PARTIDO MINUTO A MINUTO