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Andrea Vilaró y su vinculación a Avenida: "Salamanca es lo máximo que una ciudad le puede dar a un equipo"

"Estar cinco años en Avenida no es nada fácil y eso me hace estar orgullosa del trabajo realizado y de que el club siga confiando", señala tras su renovación

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Andrea Vilaró y su vinculación a Avenida: "Salamanca es lo máximo que una ciudad le puede dar a un equipo"
Andrea Vilaró
Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
Lectura estimada: 4 min.

Un año más como jugadora de Perfumerías Avenida y ya serán cinco. Andrea Vilaró habla de su renovación y de cómo ha vivido su maduración como jugadora en el club salmantino en palabras que recoge el canal oficial de Youtube del club. Tanto ella como el club apostaron hace casi un lustro por esta relación y ambas partes acertaron. Así lo valora Andrea: "Más mayor seguro y también me da sentimiento de orgullo en el sentido más personal de ver la trayectoria. Siempre es triste que se vaya gente pero el poder compartir esa experiencia con Silvia me enorgullece. Estar cinco años en Avenida no es nada fácil y menos de manera consecutiva así que muy contenta".

Alude a Silvia Domínguez, que fue la primera nacional en confirmar que continuaba en Avenida. Toda una institución de la que Vilaró habla con respeto, admiración y amistad. "Con Silvia hemos hecho un vínculo muy especial. Creo que las dos nos equilibramos, ella es más tranquila y yo bastante más alocada. Es verdad que no sé si será la tierra pero a nivel de humor somos muy parecidas, ella tira la piedra y la que salgo en la foto de maldades soy yo. Al final compartir equipo como una persona como Silvia, con lo que supone para Salamanca, para el baloncesto nacional, es un honor y poder aprender de ella día tras día me lo llevo para mí".

De hecho dentro del vestuario, después de cuatro años, se puede decir que ejerce el papel de escudera de la capitana y sus mensajes también calan hondo en el plantel y en la afición. "No sé si tengo más peso o no. Sí es verdad que los años te dan otro significado dentro del equipo y en este caso siempre siendo un poco la guardaespaldas de Silvia trato de facilitar la llegada de la gente nueva, que la gente se sienta a gusto y a lo mejor ahí mi rol ha cambiado un poco. Sigo siendo la misma persona y solo lo tomo con naturalidad".

La renovación es por algo, porque las dos partes confían en ganar con la otra al lado, pero Vilaró reconoce que en estos años hubo momentos complicados en los que al no tener tanto peso se planteó si debía o no seguir. "La gente que me conoce sabe que he tenido altibajos y ha habido etapas complicadas donde me he planteado salir pero bueno en mi casa siempre hemos dicho que el trabajo no siempre es fácil o agradecido pero a medida que vas trabajando la faena bien hecha llega a buen puerto. Me he tomado esa filosofía y una vez superados esos altibajos creo que cumplir cinco años en Avenida no es nada fácil y me siento muy contenta y orgullosa del trabajo realizado y que el club siga confiando".

Si al final decidió seguir es porque "soy muy cabezota y no me gusta dejar los proyectos a medias aunque se me pasara por la cabeza tirar la toalla. Mi familia me decía que no se puede dejar a medias porque las temporadas son largas. El trabajo diario, el estar, el nunca bajar los brazos y de eso sí que lo he hecho toda mi vida y lo tomé como un reto personal. Si consigo sacar la cabeza será beneficioso para mí como se está viendo". 

Y así llegó la campaña 22-23, la mejor en Avenida. "Este año en general a pesar de tener altibajos con lo que ha pasado, a nivel personal me he notado bien y con seguridad con la confianza de Roberto en el primer tramo y con la de Pepe. A lo mejor se juntan factores que hacen que se vea el trabajo".

Habla Andrea de un momento muy especial que ha quedado en la retina de todos: La canasta ante Praha. También para ella es especial y lo reconoce: "Sí porque fue un momento de explosión de felicidad personal. Siempre había vivido las noches de Würzburg. Los primeros años lo veía un poco más desde el banquillo y como jugadora siempre te apetece estar en pista y fue el sentimiento de estoy compitiendo al máximo nivel en Euroliga, estoy jugando minutos y soy capaz de hacer cosas. Fue como el máximo en ese momento de felicidadd y convencimiento de que las cosas que había vivido tenían recompensa".

En estos años ha aprendido "a tener paciencia. Siempre he sido impaciente, me gusta ver los resultados lo más rápido posible pero me ha inculcado paciencia, también como vive la gente el baloncesto aquí. En las últimas semanas me paraba muchísima gente agradeciendo. Es algo que me llevo conmigo pase lo que pase en los próximos años, Salamanca es lo máximo que una ciudad le puede dar a un equipo y eso me lo llevo conmigo". 

De hecho Vilaró sigue sorprendida por lo que sucede en Salamanca en "el día a día, el llenar siempre el pabellón. No me esperaba que fuese contra el primero o el último siempre hay gente y eso es algo que me lo llevo en mi día a día. Trabajo porque cada día tengo que enseñarle a la gente que viene mi mejor versión. Eso es algo que me sorprendió muchísimo como club y ciudad".

Habla de una temporada sin títulos y lo que deja de aprendizaje. "Podía llegar. Creo que también para el club y los aficionados va a ser otra manera de entender el baloncesto. Cuando ganas y cuando ganas mucho, la gente se acostumbra y no es capaz de valorar lo que cuesta llegar a finales y lo que cuesta ganar títulos. Para mí no ganar ningún título no es fracaso, hemos llegado a las finales. A la gente le diría que valorase más lo que consigue este equipo y a mí me diría que al final que haya un crecimiento de la Liga es una motivación extra".

 

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