Día 30 de marzo. Día Internacional de las Empleadas de Hogar. Y sí, en femenino porque es una profesión en la que la mayoría son mujeres y muchas de ellas extranjeras que han visto como sus derechos siguen vulnerándose, a pesar del paso de gigante dado desde el Gobierno Nacional al haberse reconocido su labor y, por tanto, su derecho al paro. 

En Salamanca, la Plataforma Salmantina de Entidades por el Empleo ha querido alzar la voz y "visibilizar" un años más la labor de este colectivo en la plaza del Liceo. 

"Nuestra sociedad no podría funcionar sin el trabajo que realizamos. Sin embargo, a menudo somos socialmente poco valoradas y nuestros derechos son ignorados, lo que puede llevar a situaciones de explotación y abuso", han expuesto en el manifiesto leído. 

Así, ante tal contexto, consideran "esencial" que se garantice un "trato justo", unas condiciones de trabajo "adecuadas" y una remuneración "justa" por el trabajo realizado. ¿En qué se materializa ese trato justo? "En el reconocimiento de enfemerdades laborales derivadas de la propia actividad, en la prevención de riesgos laborales en el trabajo de hogar y los cuidados, el derecho a la negociación colectiva y la erradicación de la figura de empleada de hogar interna, con condiciones no vistas en ningún otro sector laboral". 

Además, no solo han querido reivindicar, sino también celebrar todo lo logrado en el camino que, sin duda, es muestra de orgullo. Han sonreido por el derecho a tener prestacion por desempleo como cualquier persona trabajadora, porque su posible despido siempre sea justificado y por la posible contratación indefinida, así como la subida progresiva del salario mínimo interprofesional durante los últimos años. 

EXPERIENCAS PERSONALES

Ángela y Elena, ambas mujeres y ambas extranjeras, han querido contar sus experiencias y una realidad que tiene como punto en común la dificultad a la hora de conseguir papeles: "No hay pagos justos. Al no tener documentos abusan porque no nos quieren dar de alta. Tenemos también nuestro derecho a trabajar, pero ahora no puedo porque no tengo documentos. No es justo."

Y continúa Angela, quien lleva más de 20 años en España dedicada al cuidado del hogar y, en estos momentos, interna a punto de jubilarse: "Doy gracias a Dios no haber sido explotada como algunas de mis compañeras, pero me he labrado el trabajo del boca a boca y las recomendaciones. Ha habido muchas mejoras a lo largo del tiempo, ha ido despacio y lento. Yo luché mucho por el paro, pero todavía queda mucho por hacer".