Una mayor visibilización de los problemas de salud mental en niños y adolescentes y el impacto emocional causado por la pandemia de coronavirus en la sociedad están llevando a un incremento de casos detectados, sobre todo de conductas autolesivas, que deben abordarse como una petición de ayuda por parte del menor.

No hay un único factor determinante, sino un cúmulo de factores que hay que analizar para poder poner cifras a este aumento, pero es cierto que la crisis de 2020 ha ocasionado más casos, según asegura el Jefe del Servicio de Psiquiatría en el Hospital de Salamanca, Carlos Roncero. 

Para luchar contra estos alarmantes datos, el complejo hospitalario contará brevemente con un hospital de día psiquiátrico infanto-juvenil, con el que se pretende "evitar" que los casos moderados o graves acaben teniendo que hospitalizarse en la Unidad del Clínico de Valladolid, "ahora, nuestra unidad de referencia".

Según el doctor, con esta nueva infraestructura se intentará que aquellos casos que sean "inevitables" tengan un proceso de transición que "no sea el de estar hospitalizado en un área cerrada y pasar directamente a asistencia ambulatoria". En estos momentos, "desgraciadamente estamos desbordados y no se les puede ver con una frecuencia semanal". 

Un proyecto prepandemia que ha tardado cuatro años en hacerse realidad. "Ya era necesario antes de la pandemia porque Salamanca tenía déficit en recursos de infanto-juvenil, es algo imprescindible". Este nuevo recurso cuenta con 20 plazas, "no quiere decir que todos los pacientes acudan todos los días. Hay pacientes que vendrán unos días y otros, otros".

En estos momentos, se encuentran en proceso de contratación de los profesionales, "es lo más complicado". Faltan un par de profesionales, pero el resto del equipo ya está trabajando en los protocolos, "por lo que abriremos progresivamente para ir comenzado las actividades este mes".  

Como terapias se llevarán a cabo actividades grupales, atención individual, reuniones con padres o tutores legales dependiendo de la situación de cada niño o adolescente. Todo ello dirigido a fomentar la resocialización, control de los impulsos o manejo de habilidades sociales, "estamos diseñando la forma de trabajar, todo ello combinado con un abordaje psicofarmacológico. A los casos leves se seguirán atendiendo en la consulta".

Incremento del 40% en Urgencias y primeras consultas

Se ha detectado un incremento del 30-40% en las peticiones de primeras visitas por diferentes motivos así como atenciones en Urgencias por autolesiones o mal manejo de estrés y ansiedad "que generan situaciones que antes no eran frecuentes". 

En la Unidad de Alimentación la edad media de los primeros casos ha bajado. "Antes era excepcional ver gente de menos de diez o doce años. En estos momentos hay personas con esas edades que requieren atención, diagnóstico e incluso un tratamiento", lamenta. 

Según Carlos Roncero hay varios factores que explican estas cifras. "El impacto de la pandemia en edades en las que la socialización con los padres y amigos es muy importante. Compartir el día a día es necesario, eso se cortó debido al confinamiento. Todo eso ha supuesto un aumento del estrés y un mal manejo de las situaciones que pueden desbordar a cualquier niño o adolescente". 

Internet y redes sociales 

Sobre internet y las redes sociales, el jefe de Psiquiatría, advierte que "tienen sus aspectos positivos pero no son inocuas". El sobreuso impide que se hagan otras cosas propias de la edad como jugar, relacionarse... "al final con una máquina estás tú solo. Todo esto añadido a padres con estrés por temas profesionales o laborales, es la conjugación perfecta". 

Consejos

Hay que fomentar que los niños y adolescentes "deben" hacer la vida que les corresponde. "Estudiar, salir, jugar... contactar con la gente de su edad. Si se detectan cambios de conducta comparados con hermanos, primos, amigos... hay que alertarse". 

"En el instituto es donde más tiempo pasan", aquí, "suele haber pedagogos, psicopedagogos, profesores... son personas que pueden alertar de algunos comportamientos y transmitirlo para ser derivado al médico de familia y así decidir cuándo se necesita personal especializado". "Ir observando pero sin estar encima". "Sería bueno hacer formación. Es un campo al que hay que darle más relevancia". 

A pesar de que la pandemia nos ha permitido "hablar un poco más" de salud mental todavía hay "desconocimiento, estigma en los adultos, miedo, rechazo... hay que hablar más". Saber que "igual que puedes tener un problema de piel puedes tener un problema de salud mental y no es algo terrible, en ese sentido hemos avanzado mucho".

Roncero concluye con un mensaje claro: "Invertir tiempo y energías en salud mental es rentable porque se puede prevenir que se desarrollen grandes enfermedades, por lo que la salud de adulto acaba mejorando".