Este jueves, 2 de febrero, ha arrancado el juicio por la muerte de Mario Casal, el joven de Vecinos que falleció en el Hospital de Salamanca horas después de sufrir un fuerte golpe en la cabeza, durante la noche de San Juan del año 2020.

El Juzgado de lo Penal Dos de Salamanca ha celebrado la vista a la que han acudido  más de una veintena de testigos que han caído en numerosas contradicciones.

El primero en declarar ante el juez, ha sido el exconcejal del Ayuntamiento del citado municipio, J. L. G., acusado de la muerte del joven de 34 años tras una brutal pelea. En su declaración ha indicado "no" ser amigo de Mario. "Era un vecino más del pueblo, trabajaba también en el Ayuntamiento, teníamos una relación normal". 

Durante su relato sobre aquella fatídica noche, ha asegurado "estábamos de fiesta" en un reconocido bar de la zona. "Una vez cerraron, nos fuimos a seguir a mi cochera". Allí, ha indicado a los presentes, "hubo una pelea" protagonizada por otros dos jóvenes, "uno le recriminaba a otro haber pasado muy rápido con el coche habiendo niños". 

A partir de ahí dice no recordar nada, "tuve una pelea, había revuelo, forcejeamos, Mario me golpeó y yo le golpeé". "Había consumido alcohol y marihuana". Le dijeron que el joven ya en el Hospital, "estaba grave, busqué ayuda en Proyecto Hombre porque no sabíamos qué hacer".  

Según sus propias palabras, llevaba dos años acudiendo a Proyecto Hombre para desintoxicarse del alcohol, "de hecho fue la noche de San Juan del año 2020 cuando volví a consumir", rompió el régimen de abstinencia. 

Sobre cómo se enteró al día siguiente de que Mario se encontraba en estado crítico, "no lo recuerdo". Ha negado "pedir a nadie" que no declarasen contra él.

La Fiscalía pide para él cuatro años de prisión y 112.000 euros de indemnización. Le acusa de un delito de lesiones en concurso ideal con un homicidio por imprudencia grave, con la atenuante de intoxicación etílica. Por su parte, la acusación particular eleva la solicitud a cinco años de prisión por el mismo delito. 

La Guardia Civil ha añadido que a su llegada al lugar de los hechos tan sólo se encontraban dos jóvenes y asistencia sanitaria auxiliando al entonces herido. El acusado y el resto de testigos habían desaparecido del lugar. Algunos agentes han coincidido en que "detectaron" que algunos testigos no decían la verdad, "parecía que nadie quería declarar".

La hermana del acusado, María Teresa Casal, aportó a los agentes un vídeo grabado por su hermano la noche de los hechos en el que se pudo identificar a un gran número de personas que se encontraban con él de fiesta y que posteriormente tuvieron que testificar. Hoy han hecho el 'paseíllo' por los juzgados para tratar de esclarecer los hechos.