logo

El testimonio de un 'sintecho' en Salamanca: "Dejar esa vida de marginación es complicado"

Lleva diez años viviendo en la calle, su esperanza es ingresar en un centro para desintoxicarse de las drogas

imagen
imagen
imagen
imagen
imagen
imagen
imagen
Centro de Atención a Personas sin Hogar de Cruz Roja (Fotos: Arai Santana)
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 4 min.

Rubén sabe lo que es dormir entre cartones sobre el frío suelo de una calle. Su nombre es ficticio, no puede ni quiere darse a conocer. Está metido en un pozo sin fondo, casi sin salida, muy bajo de moral. Como tantas personas sin hogar, no ha podido sortear el peligroso juego con las drogas. Empezó con 17 años a "fumar porros", luego, con amigos, "a meterme cocaína y cada día iba a más". 

Natural de Badajoz trabajaba en la construcción, "junto a mi mujer decidí venir a Salamanca a consumir". No tenían apenas dinero y "pedíamos por la calle lo que fuese para gastárnoslo en eso", aunque el peor momento llegó cuando no tenían para pagar la pensión donde dormían, "nos vimos en la calle".

Lleva diez años durmiendo en la calle, "aunque ya no quiero estar más en esta situación, estoy cansado", dice desanimado. "Quiero dejar de consumir y marcharme de Salamanca, empezar una nueva vida en otro sitio, pero hasta que no ingrese en un centro terapéutico no voy a ser capaz", lamenta.

Ha llegado a ingresar hasta en dos ocasiones en un centro, "una de ellas estuve un año sin consumir, pero estar desocupado me hizo volver a caer", reconoce. Ahora se siente más motivado, tanto física como mentalmente. "El estar solo también me ha ayudado a pensarlo fríamente, me siento distinto".

No consiguió gestionar la rudeza de la calle, las dificultades para poder salir adelante y normalizar su vida. A día de hoy, acude al Centro de Atención a Personas Sin Hogar de Cruz Roja. "Durante el día voy al comedor social, luego a la biblioteca donde leo novelas, revistas, el periódico, juego en el ordenador? También me gusta mucho escuchar música. Mi género favorito es el punk".

Sin embargo, dejar esa vida de marginación es complicado, insiste. Su vida antes era bien distinta, "de pequeño me gustaban mucho los deportes. Hacía fútbol y baloncesto. Como dije antes, siempre me ha gustado la música. Una vez hice el camino de Santiago con una pareja que tuve, esa experiencia me ayudó a estar limpio mientras lo hacía. Por eso mis planes son irme a vivir al norte, me gusta mucho el frío de esa zona".

Trabajan con Rubén para que vuelva a ser el que fue o mejor. Está convencido de poder lograr su metaPara ayudarle, este lugar cuenta con el servicio de numerosos trabajadores como Daniel Gordo, trabajador social y responsable del centro. 

Problemas de salud mental, drogas, familias desestructuradas... todo lo que 'golpea' a aquellos que cruzan estas puertas, "les ayudamos a empezar de cero". A veces llegan por su propio pie otras con una ayuda extra. "Alguien con un problema de alcohol... le ayudamos a ponerse en tratamiento...", por ejemplo. 

Aquí pueden asearse, lavar su ropa, dormir... realizar actividades y formaciones de 10.00 a 12.00 horas, "aunque no todos los días". "Contamos con mucho apoyo de voluntarios y monitores que se encuentran de 22.00 a 8.00 horas dando "asistencia básica". Y es que por la noche "llegan agotados, cenan, se asean y se acuestan".

Es un centro temporal para estabilizar a aquellos que más lo necesitan, "nuestra función es derivar a centros específicos. Nos coordinamos con otras entidades con un nivel de exigencia mayor". En estos momentos disponen de 16 plazas, todas ellas cubiertas. El centro abre de 22.30 horas a las 15.00 horas del día siguiente, "cerramos por la tarde".  

Para aquellos que se encuentran en la calle, existe la Unidad de Emergencia Social"Una ambulancia que parte desde el centro, elaboran la cena y salen con una furgoneta por Salamanca con una ruta marcada. El objetivo es que lleguen al centro, saber qué les sucede y poderles ayudar". Gordo reconoce que hay personas "muy solidarias", pero cuando llegan al centro "se sienten indiferentes", además, "llegan con todo perdido... familia, vínculo social...llevan tiempo en esa situación". 

Los voluntarios

Apoyar, animar... ser flexibles. Ser voluntario "es duro en muchas situaciones". Son personas a las que se les juntan varios factores. "No pueden vivir dignamente, esto añadido al consumo de tóxicos es muy complicado". Salir de esta situación "no es nada fácil, deben romper con entornos que no les favorecen, muchos casos han salido adelante y ahora tienen la vida normalizada. Otros abandonan el proceso". 

Lo sabe Julián Rangel, acude junto a su mujer como voluntario al Centro de Atención a Personas sin Hogar de Cruz Roja, al menos, una vez a la semana. "Es algo muy gratificante". Ayudan a los chicos "en el desayuno, hacer las camas, les damos el jabón y las toallas para el baño, todo para que puedan salir adelante.

"Esto es un granito de arena en medio del mar, poco a poco se puede hacer. Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad". Rangel reconoce "que con un gesto" pueden ver su agradecimiento, "reconocimiento a la labor que llevamos a cabo. Con el paso del tiempo se les ve un cambio positivo". 

Los asistentes miran con perspectiva de qué hubiera pasado si no se hubieran decidido a llamar a la puerta. Todavía hay esperanza. 

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App