Lleva menos de cuatro años abierto y no ha logrado la "tracción esperada" por la firma. La compañía devolverá a los usuarios el dinero invertido en juegos y mandos
Los videojuegos de Salamanca nacen en un instituto
El Venancio Blanco imparte el nuevo curso de especialización en desarrollo de videojuegos. Uno de sus docentes, Jorge García, explica contenidos y metodología
Hace muchos años que los videojuegos dejaron de ser una afición para 'frikis' encerrados en salones arcade para conquistar los salones de las casas, los ordenadores y los móviles, pero también las jugueterías y las salas de cine. Hoy son un sector del ocio que genera más ingresos que el cine y la música juntos y que ya se estudia en las aulas de Salamanca.
El IES Venancio Blanco es uno de los dos centros educativos de la región que imparte el nuevo Curso de Especialización en Desarrollo de Videojuegos y Realidad Virtual, cuyas clases comenzaron hace apenas tres semanas. Uno de sus tres profesores, Jorge García, explica que estos cursos (vulgarmente conocidos como 'máster de FP') responden a una iniciativa ministerial pensada para que titulados de grados medio y superiores de FP adquieran una formación específica sobre una tecnología o campo innovador. La industria de los videojuegos "está muy en auge, mueve mucho dinero y no había nada al respecto".
El director del centro, Antón Seoane, añade que la Junta de Castilla y León contacta con centros que tengan un "perfil de calidad" para impartir el curso en cuestión (El Venancio Blanco, por ejemplo, tiene 29 profesores relacionados con la informática y está "muy cualificado" en dicho campo). Si el IES considera que "tiene músculo, se solicita. La administración evalúa la petición y lo aprueba o no". Estos cursos de especialización, según el director, "son una joya" y si mantienen la calidad de los contenidos y la demanda de plazas "seguirán adelante, porque respondemos a una necesidad del mercado que entendemos, y la Junta entiende, que existe".
Logro desbloqueado
¿Cómo se enseña a alguien a programar videojuegos? Lo primero, tiene que saber informática. Aquí los profesores del Venancio Blanco parten con ventaja porque sus alumnos ya tienen una notable formación en dicho campo. "Hay gente que acabó el año pasado en el centro, se tituló el año pasado, tiene trabajo y al saber del curso se apuntaron, pero también hay gente algo mayor de 30 y pico años. Sobre todo creo que hay dos perfiles: uno al que le gustan los juegos y como conocedores de software les encantaría hacerlos, con vocación; y otros tipo de perfil serían alumnos para expandir y ampliar conocimientos".
El curso comenzó a primeros de noviembre y acabará en junio, tras 330 horas de formación eminentemente prácticas. "Intentamos que las clases sean dinámicas, entretenidas... con una teoría mínima y que sea lo más práctica posible", explica el docente. Las materias del curso incluyen "software específico para videojuegos, formación para crear elementos como imágenes u objetos 3D, aprender el desarrollo y producción de videojuegos para que no dependan de una empresa y puedan hacerlo ellos, conocimientos de redes para poder poner el juego en un entorno multijugador y dotarle con una inteligencia artificial, y finalmente realidad virtual, aumentada y mixta", enumera Jorge García.
Saber programar está bien, pero no basta: "para hacer un juego tienes que haber jugado, si no, no sabes qué le gusta al jugador. Hacer un juego es una tarea a primera vista titánica, ardua, en la que hay que probar muchos errores, la jugabilidad, que nada falle..." opina García. Lo compara con diseñar una aplicación: "si tarda en responder, no pasa nada, pero si un juego no responde, frustra al jugador. Tiene unas condiciones más difíciles que una aplicación; es una aplicación en tiempo real. Requiere un conocimiento profundo".
Falta la tercera pata del proceso de creación de un juego: la creatividad. "Hay buenas ideas. Algunos alumnos ya habían 'tonteado' con los juegos, desde una educación no formal, por su cuenta. Les voy a pedir un juego de cara a Navidades y algunos ya me han presentado algunas ideas, muchas basadas en antiguos clasicos como Metroid o Castlevania".
Hoy, después de tres semanas de clases, incluso los docentes "estamos aprendiendo a ver cómo se desarrolla el curso. Por ahora las expectativas son altas y los alumnos se lo pasan bien. Intentamos enviarles poca carga lectiva, para que lo hagan aquí. Hay mucha creatividad en los juegos. La idea es darles un elemento, enseñarles y pedirles cosas. Y cada uno tiene su visión. Les di un paisaje 3D y uno intentó darle la vuelta y colocarlo cabeza abajo. Ahora estamos conociendo entornos, que avancen primero con el 2D, por ejemplo para juegos para móviles, y en diciembre entraremos en las 3D y que hagan juegos, no completos, pero sí un juego con un nivel".
Juegos 'made in Spain'
En las aulas del Venancio Blanco hay alumnos que saben de ordenadores, que tienen ánimo de 'jugones' e imaginación como para crear un mundo virtual. ¿Es suficiente como para ganarse la vida con los videojuegos? El sector mueve miles de millones en todo el mundo, con auténticas potencias como Japón, EEUU, Reino Unido e incluso Canadá y Francia. España tuvo una 'Edad de Oro' a mediados de los 80, pero a día de hoy es una comparsa con algunos éxitos muy puntuales.
"Tenemos posibilidades" de prosperar de nuevo, tercia Jorge García. "En España hay desarrolladores 'indie' que están teniendo cierto éxito a nivel internacional. Creo que vamos a despegar. Hay gente que es buena y trabaja en el sector, pero está quizá fuera, en estudios internacionales".
La gran ventaja para España es que hacer un juego es más asequible que nunca. "Antes era improbable, pero hoy en día se puede. No es fácil, pero se puede. Es factible que una persona, un alumno, haga un juego, y no sólo para móviles, sino para Steam, Switch... son capaces". En el curso emplean el programa GIMP para el tratamiento de imágenes, Blender para los objetos 3D, el lenguaje de programación César y el motor gráfico Unity "podríamos usar Unreal, que también es gratis. Hoy es muy fácil. Las propias compañías lo ponen fácil".
España, concluye, "ha tenido buenas ideas y tuvo en su día muy buenos juegos. Y podemos recuperarnos. El sector del juego está muy encasillado en ciertos tipos de juegos. Otro tipo de juegos pueden tener salida".
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