Nieves Jiménez ha llegado a acoger a diez menores a lo largo de once años con distintos problemas y tipos de maltrato. Su testimonio ayuda a creer en las personas.
El Programa de Acogida Familiar de Cruz Roja: un refugio voluntario que enseña a "quererse"
El programa en Salamanca cuenta con 20 familias de acogida, pero desde el proyecto quieren seguir ampliando el abanico para aumentar los recursos hacia los niños que así lo requieran
Cruz Roja es la ventana abierta en cualquier estación del año. Cuando hace calor, frío o un viento insoportable; la entidad mantiene esa apertura que se entiende como hogar, como casa. Un refugio y lugar de acogida que trata de salvar vidas o al menos empujar a ello.
Precisamente, uno de sus programas más impactantes y para el que no es fácil tomar la iniciativa de formar parte, es el de familias de acogida temporales. Hablamos de niños y niñas menores de edad con circunstancias que les impiden continuar al lado de sus padres biológicos o adoptivos y que buscan una salida temporal hasta que todo vuelva a su cauce. Por lo general, son menores salmantinos, aunque también de otros puntos de la comunidad autónoma.
Elena Pulido, responsable del Programa de Acogimiento Familiar y Sonia Juanes, miembro del equipo; explican la manera de proceder antes, durante y después de acoger a un menor, y la situación actual en Salamanca, donde siempre se van a necesitar familias no por una alta demanda, sino para ofrecer los mejores recursos a los niños y niñas que así lo necesiten.
"Siempre es bueno que tengamos familias de acogida y cuanto más amplio sea el abanico mejor, porque buscamos emparejar lo mejor posible a los niños con las familias. No todo niño es para toda familia, ni toda familia para todo niño. Es importante que podamos tener recursos, en estos momentos hay 20 familias de acogida", informa.
¿Qué deben hacer las familias interesadas? "Ponerse en contacto con el Programa. Deben solicitar una entrevista y, en primer lugar, pasarán una entrevista informativa para después llevar a cabo una formación, totalmente necesaria con el fin de saber a dónde se va a entrar. Eso sí, en cualquier momento se puede parar, es voluntario. En el caso de que se quiera seguir adelante, realizamos un informe en su casa, donde vemos las características de la familia y así poder emparejarlas mejor con los menores", explica Elena.
Sonia Juanes habla de una valoración "en profundidad", en la que las trabajadoras van hasta el posible hogar de acogida y allí se entrevistan con la familia, entendida en todo momento con posibilidad de ser monoparental, con parejas de distintos e iguales sexos. El objetivo de tal reconocimiento es responder a las necesidades del niño en acogida de la mejor manera posible. "Aquí es importante el tema de las expectativas. Para tomar la decisión (de ser familia de acogida) se necesita tiempo y reflexión. Es importante ese periodo y nosotras les acompañamos hasta donde ellos quieran", continúa.
Ese soporte de apoyo psicológico no solo existe antes de acoger, sino durante y después: "Estamos apoyando continuamente. Estamos hasta el final de la acogida e incluso después. Hay familias que repiten, pero hay otras que lo pasan tan mal una vez que finaliza que no pueden volver. En el caso de la gente que sí que encaja, también necesitan un tiempo de respiro y después vuelven".
La empatía es tal entre trabajadoras y familias que ellas reconocen formar parte de los momentos más duros. "Les vemos sufrir y nosotras también lo hacemos, pero la labor que hacen es para quitarse el sombrero. Las familias son muy importantes, su labor es imprescindible, pero siempre se ha de anteponer las necesidades del niño", finalizan.
EL TESTIMONIO
De un cártel a una realidad. Después de observar la necesidad de familias que estén dispuestas a acoger a pequeños con distintos tipos de problemas durante un periodo de tiempo, Nieves Jiménez tomó la decisión de tender una mano, a sabiendas de la "suerte" de vida que le ha tocado. "Fuimos a Cruz Roja, empezamos a hablar y a entrevistarnos y aquí estoy once años después", comienza a contar.
Su experiencia que abarca desde acogidas de niños recién nacidos, pasando por menores de uno, dos años y grupos de hermanos. En total, tres parejas de hermanos. Y de todos ellos ha aprendido, en lo bueno y en lo malo. "Es muy gratificante el poder ayudar y dar cariño a un niño. Siempre recibes más de lo que das. Te enseñan a valorar la suerte de haber tenido unos padres que te han querido y te han querido bien", resalta.
Sin embargo, también ha habido momentos muy complicados. Nieves llegar a confesar que ha precisado de ayuda psicológica para poder acompañar emocionalmente a todos los pequeños que han acudido hasta su hogar: "Esto no es fácil, ni una película de Disney. Es duro. Les recibes con todo el cariño y felicidad, pero ellos vienen de procesos muy duros. Son niños que atraviesan un maltrato, un abandono... Tus brazos están abiertos, pero ellos tienen muchas expectativas, no saben quiénes somos. Ellos quieren ver a sus padres. Y así, tienes que ir acercándote poco a poco para darles seguridad y protección que es lo que necesitan. Les enseñas a quererse y cuidarse, que hay otro tipo de amor".
Nuestro Padre Jesús Nazareno luce su histórica túnica de terciopelo burdeos con bordados en oro, confeccionada en 1790 y restaurada en 2019
Un primer premio que deja un buen 'pellizco' a través del despacho ubicado en la Plaza Barcelona
Salmantinos se suman a la multitudinaria manifestación en Valladolid para exigir más inversión en sanidad pública, denunciar la falta de profesionales y el deterioro de la Atención Primaria
El aviso afecta al Sistema Central, con acumulaciones de hasta 8 cm y cota de nieve a 800 metros