La hermana del asesinado a tiros en Garrido: "No hay perdón, que le caiga la máxima condena"

En la mañana de este martes, 15 de noviembre, ha comenzado el juicio por el crimen de Garrido en el que se juzga a E. D. Y. por matar presuntamente a tiros en el barrio salmantino de Garrido a un hombre de 51 años y dejar gravemente herida a una mujer de 53.

Minutos antes de dar paso a la constitución del jurado popular y de la llegada del acusado desde la prisión de Topas, entre gritos de "asesino, asesino", la hermana del fallecido ha declarado ante los medios que su deseo es que la caiga "la máxima condena posible, que no salga de la cárcel para nada". Si algún día sale, ha pedido expresamente que "tenga una orden de alejamiento de toda su familia ya que, vive enfrente de mis padres, de mis sobrinas...".

Ha pedido que se "haga justicia que si la hay, que se demuestre". Reconoce que lo están pasando "muy mal", las cosas que se ven en la prensa, "somos de Huelva, hemos venido solamente para el juicio... salen cosas que ni sabemos, nos cae de sopetón, a ver que es lo que nos dicen hoy...". 

"Mi abogado está pidiendo una pena de cuarenta años". "No es normal que salgas a tomar una copas y te disparen... son cosas que las ves en la tele, no se pueden entender... te parece algo que nunca va a ocurrir, es imposible de asumir, sobre todo, para mis padres que tienen 87 años". 

"Que le caiga todo, 40 o 60 años de prisión... no dice que se quiere suicidar, pues va tarde... no hay perdón para él", ha concluido. 

LOS HECHOS

El tiroteo se produjo sobre las 2.30 horas del pasado 28 de agosto de 2021, en la calle Isaac Peral en el barrio de Garrido, cuando un hombre disparó por la espalda a otro, que murió en el acto, y a una mujer, que quedó herida de "extrema gravedad". 

Según el auto judicial el supuesto autor del tiroteo conoció a las dos víctimas, a la que acompañaba otra mujer, en un bar, donde invitó a las dos mujeres a una copa y que, aunque no aceptaron la invitación, acabó sentándose junto a ellas. El hombre después detenido se dirigió "de forma insistente y molesta" hacia la mujer que posteriormente resultó herida.

Sobre las 2.10 horas, las dos mujeres y el hombre salieron del bar y el acusado se marchó detrás de ellos, "siguiéndolas a cierta distancia" y mientras "sujetaba o manipulaba con su mano derecha una pistola que llevaba en su cintura".

En el camino, una de las dos mujeres se fue a su casa, mientras que la otra caminaba junto al hombre que después resultó fallecido y, al llegar al número 10 de la calle Isaac Peral, el supuesto autor "disparó primero al varón y después a la mujer, y, una vez que ambos cayeron al suelo, continuó disparando a cada uno de ellos en varias ocasiones".

En su huida, se deshizo en un contenedor de la pistola y de la camiseta que llevaba puesta, aunque posteriormente fueron localizados en el Centro de Tratamientos de Residuos de Gomecello, en Salamanca. 

El investigado ha asegurado no conocer a las víctimas ni se ha reconocido en las imágenes que el juez le ha mostrado de varias cámaras de vigilancia. Además, ha negado que hubiera disparado a nadie y que ni la camiseta ni el arma encontradas fueran suyas.

En su defensa, ha reconocido que a lo largo de su vida ha tenido lagunas de memoria, que le han llevado a tener tratamiento psiquiátrico y que en alguna ocasión ha intentado quitarse la vida. Finalmente, se demostró que a pesar de ser vigilante de seguridad carecía de licencia de armas y coleccionaba armas blancas.

Tras ello, siguió caminando hasta llegar a la calle Lazarillo de Tormes sobre las 02.20 horas, donde residía, arrojando a un contenedor de basura el arma empleada, una pistola Star 30 m de 9 mm Parabellum.

En ese domicilio, situado en el número 21, fue detenido al día siguiente, a las 20.30 horas, por agentes de la Policía Nacional, que apenas 24 horas después localizó el arma en la planta de tratamiento de residuos de Gomecello, así como la camiseta que vestía.