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Con el riñón que le devuelve la vida tres años después: "Ahora tengo dos cumpleaños"

El salmantino José Antonio Marcos relata como se encuentra tras ser trasplantando de riñón en el Hospital

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Con el riñón que le devuelve la vida tres años después: "Ahora tengo dos cumpleaños"
José Antonio Marcos, trasplantado de riñón en el Hospital
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Lectura estimada: 2 min.
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El 25 de octubre quedará grabado en la memoria de José Antonio Marcos, un salmantino de 43 años que acaba de ser trasplantado de riñón en el Complejo Asistencial. Atrás quedan las noches sin dormir a la espera de una llamada tras tres años en la lista de espera, esta historia tiene hoy un final feliz. 

El ring del teléfono sonó a las nueve de la noche, no se lo podía creer. "Los médicos me dijeron: '¿estás bien, tienes fiebre, has tenido catarro...?, hay un posible donante, ahora hay que estudiar el órgano...'", estas palabras paralizaron su vida por completo, "no puede cenar y tampoco dormir", recuerda todavía con la voz entrecortada. 

Pegado al móvil y aferrado a la vida... "a las siete de la mañana me dijeron que podía ir al Hospital charro para ingresar, aunque no se sabía si era para mí o no porque se llama a dos pacientes", el mejor candidato sería el afortunado de poder ser trasplantado y la buena nueva llegó. 

Nervioso e ilusionado, 'Moro', como así lo conocen en su pueblo, Endrinal, entró en el quirófano para dejar atrás una vida de sufrimiento. "Es como si te tocara la lotería después de estar tanto tiempo esperando". 

Recuerda con cariño la máquina de hemodiálisis que tantas y tantas noches ha compartido habitación, "la llamo Clarita, hace mucho que no tengo pareja y siempre bromeo diciendo que es mi novia, mis amigos se ríen mucho". 

Acompañado en todo momento por sus padres, asegura que la primera llamada fue para su madre, "ya tengo un riñón".

La intervención se resolvió de forma satisfactoria y el periodo de recuperación avanza sin contratiempos, "me encuentro muy bien". Aunque todas las medidas de precaución son pocas. 

Su nuevo riñón "ya funciona" y está a la espera de recibir el alta. Esta operación marca un antes y un después en su vida, "me han dado para desayunar un plátano, llevaba tres años sin probarlo, me ha sabido a gloria". No conoce la identidad de su donante, tampoco la edad, así lo marca el protocolo, pero, se muestra de lo más agradecido.  

Ahora, este apasionado del campo podrá recuperar la mayor parte de sus múltiples actividades: caminar, salir, viajar "al fin del mundo", poder pasar tiempo con la gente que quiere, "espero poder hacer una pequeña fiesta para celebrarlo". No tiene claro si podrá volver al trabajo, ganas no le faltan. "Ahora tengo dos cumpleaños". 

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