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Ana Isabel García, nueva presidenta de Manos Unidas Salamanca: "El momento no es bueno, la inflación que hay nos aplasta"

Afronta el cargo "con ilusión" y con el reto de mantener la lucha contra el hambre. También espera incrementar la visibilidad de la organización en todos los campos

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Ana Isabel García, nueva presidenta de Manos Unidas Salamanca: "El momento no es bueno, la inflación que hay nos aplasta"
Filomena Corral (secretaria), Esperanza Rivas (tesorera), Rosa Pérez (videdelegada) y Ana Isabel García (presidenta). (Foto: O. García / Diócesis)
Tribuna
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La nueva presidenta de Manos Unidas en Salamanca es Ana Isabel García, de 66 años, voluntaria durante los últimos siete años, y que acepta esta responsabilidad, "con ilusión". Casada y con tres hijos, fue enfermera hasta su jubilación tras 43 años de servicio.

 

- ¿Qué le atrajo de esta institución?

- Me atrajo que era una institución católica, y al no estar ya mis hijos en casa, ni tener a mis padres, quise hacerme voluntaria. Al ser cristiana pensé mejor en una institución como Manos Unidas, que tiene esas características.

- ¿Qué tiene de especial Manos Unidas?

- Manos Unidas tiene el gran reto de luchar contra el hambre desde hace 63 años, y eso en un principio atrae a cualquiera. Y aunque en principio parezca una utopía, es una labor tan grande que hace que te enamores del proyecto.

- ¿Cuál es la labor de la presidenta?

- Mi labor como presidenta será coordinar las actividades de la delegación y estar en contacto con las comarcales: Guijuelo, Ledesma, Vitigudino, Peñaranda y Alba de Tormes, así como representar la institución.

- Nueva directiva de Manos Unidas Salamanca ¿Quiénes van a estar a su lado en esta misión?

- En el equipo directivo van a estar Rosa Pérez, como vicedelegada; Filomena Corral, como secretaria, y Esperanza Rivas, como tesorera; y tenemos un equipo fantástico de 40 voluntarios, que dan mucha fuerza, y la confianza en Dios, porque somos personas de fe y es lo que me ha animado a asumir este reto.

- Toma el testigo de Mercedes Marcos ¿Qué legado deja su antecesora?

- Mercedes Marcos ha dejado el listón tan alto, ha sido ejemplo de entrega, de buen hacer, de humildad, de concordia, y tengo un ejemplo grandísimo ahí. No me va a ser difícil tratar de imitarla, luego hacerlo es otra cosa.

- ¿Y qué impronta le gustaría dejar?

- Quiero transmitir el valor de la generosidad y la solidaridad, porque no podemos mirarnos a nosotros viendo el sufrimiento y las necesidades que hay a nuestro alrededor, y en nuestro caso, más lejos, porque traspasa fronteras. Me gustaría llegar al corazón de la gente para que se unan a esta gran empresa.

- ¿Qué retos debe afrontar Manos Unidas Salamanca?

- El momento no es bueno, la inflación que hay nos aplasta. Y es difícil, pero el que es generoso y tiene intención de ayudar a los demás no va a dejar de hacerlo. De hecho, en la época de pandemia bajó mucho la recaudación, y en algunos ámbitos subió, como en las herencias, y creo que la gente va a seguir siendo generosa.

- ¿Qué objetivos se marca?

- Seguir la línea actual, que es buena y nos ha dado buenos resultados. Quizás ser un poco más visibles en la calle y en otros ámbitos, como empresas, colegios y parroquias, de una forma más intensa, para conseguir que más gente se implique.

- ¿La sociedad es consciente de que hay gente en el mundo que muere de hambre?

- Mucha gente te dice que aquí hay necesidades, que porqué trabajamos en el exterior. Y es muy sencillo, aquí siempre hay instituciones que se encargan de esas situaciones y están cubiertas, tienen mucha ayuda. Pero a la gente a la que nosotros nos dedicamos están solos, no tienen nada y quizás para nosotros sea más difícil como ONG porque es poco tangible. Pero al final de año miras la memoria y dices hemos ayudado a dos millones y pico de personas. Es una satisfacción muy grande.

- ¿En qué proyecto están ahora mismo?

- Un proyecto en África de educación, en un pequeño poblado de Togo, entre Benín y Burkina Faso, que no tiene escuelas, ni dispensarios, no tienen nada. Ellos viven de la ganadería, cultivan animales domésticos, y de la agricultura, a merced del tiempo, que a veces les juega malas pasadas. Es una economía de subsistencia, y los padres quieren que sus hijos estudien y crear escuelas, y en eso estamos. El importe es de 75.007 euros, para la construcción de seis aulas, un almacén, un despacho y seis letrinas en Wadjado (Togo), para un total de 276 beneficiarios directos y 2.000 indirectos.

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