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Verstappen contra la historia
La crónica de la carrera celebrada en Monza y escrita por Alfons Aurin
Pasó lo que todos sabíamos que iba a pasar, decimoprimera victoria del curso para Verstappen, que tiene a tiro el récord de victorias en una temporada que actualmente está en 13 victorias. 116 puntos de ventaja tiene Verstapen sobre Leclerc, se podría tomar cuatro carreras de vacaciones y seguiría primero, dominio aplastante. Todo podría haber sido distinto de haberse corrido la última vuelta sin safety car, pero la FIA prefiere una carrera aburrida y sin polémicas que un espectaculo desenfrenado. Más de lo mismo. Leclerc hizo lo que tenía que hacer, al igual que Ferrari, que por una vez propuso una estrategia lógica y acorde con lo que todos veíamos en pista.
Sancionaban todos los de arriba menos Leclerc, que salía en la pole, y Russell. Verstappen salía séptimo pero era el favorito en las quinielas de todos para llevarse la victoria en Monza. Leclerc solo contra la adversidad pero con la ventaja de salir primero, quería lograr una hazaña que todos creíamos cuanto menos complicada, les puedo decir que se dejó el alma intentandolo. Sainz, Pérez y Hamilton corrían otra carrera diferente, saliendo muy atrás en la parrilla, todos esperabamos que se amargaran la vida unos a otros mientras escalban posiciones, no fue así.
Empezó la carrera, salida con roces, pero limpia en comparación a la escabechina de F2. Leclerc se defendió bien de un muy agresivo Russell, Verstappen era quinto en la primera curva. Norris salió fatal y Fernando era sexto. Sainz ganaba dos posiciones para colocarse decimosexto tras un Checo que entre que no domina el coche y sale mal, había perdido posiciones con los habituales de la zona baja. A Hamilton le costó encontrar el ritmo, un ritmo que Verstappen se trajo puesto del hotel, pues al comienzo de la segunda vuelta, ya era tercero, nos vamos a acabar acostumbrando a las animaladas del holandés que cada carrera vuelve a sorprendernos con su gran nivel.
Max, modo ataque como forma de vida, daba caza de Russell y se ponía segundo nada más empezar la quinta vuelta. De séptimo a segundo en 5 vueltas, surrealista. Sainz hacía lo propio con Pérez y ya era decimotercero, gran comienzo del madrileño, que quería más. Leclerc empezaba a mirar por los espejos sabedor que la bestia de Red Bull estaba la acecho. Sainz seguía con el hacha de guerra en la mano y en la vuelta 12 ya era sexto, justo cuando Vettel rompía motor. Sainz iba tan lanzado que en los 30 segundos que tardaron en activar el virtual safety car, le dio tiempo a ponerse quinto por delante de Gasly. Dicho safety lo aprovecho Leclerc para hacer una parada en boxes y montar neumático medio. Le salió bien la jugada al monegasco, pues salió tercero con pista libre y un compuesto con el cual volaba de inicio. Esto pasó en la vuelta trece, en la catorce, Sainz se ponía cuarto pasando a un Ricciardo que hasta entonces estaba haciendo una excelente carrera. Max era lider en solitario.
Hasta la vuelta 26 no paró el neerlandés, había construido tal colchon con sus perseguidores, que solo cedió una posición con la parada. Hamilton había despertado y ya era séptimo ayudado de las paradas del resto, tardó entre poco y nada en adelantar a un Alonso que avisaba de perdidad del potencia en su Alpine, el equipo le dijo que no, y dos vueltas más tarde le llamaron a boxes para retirar su bólido. Sabe más el diablo por viejo que por diablo, en fin, lo de Alpine con Alonso justifica sin duda la marcha del asturiano.
Ferrari vió como Verstappen se merendaba el colchón de 10 segundos que tenía Leclerc vuelta a vuelta, y decidieron arriesgar. Pararon al monegasco a falta de 18 vueltas para montar neumático blando y que así su piloto tuviera alguna opción. Corrió mucho Leclerc, y aun así Verstappen calcaba sus tiempos. Por su parte, Mclaren le jodió el dominio de la zona media a Norris con una parada de 5.1 segundos, condenandolo así a bajar al barro de nuevo, una pena, porque había hecho méritos con el neumático medio para ir sobrado en sexta posición. Este caos lo aprovechó Hamilton para hacer un doble adelantamiento a Norris y Gasly y ponerse séptimo, masterclass de pillo de Lewis. Un par de vueltas más tarde, Hamilton pasaría a Ricciardo para ponerse sexto. Sainz era cuarto, -empezó decimoctavo-, bravo.
Todo parecía visto para sentencia, pero Ricciardo rompió motor en un giro de acontecimientos fantástico para los espectadores, o eso creiamos. Todos pararon a poner neumático blando, y de pronto Verstappen ya no se las prometía tan felices sabedor de que los Ferrari corren más a una vuelta que él. Pero todas las conjeturas y especulaciones no sirvieron para nada. Los de la FIA tardaron mucho en retirar el coche de Ricciardo y la carrera se terminó tras el coche de seguridad. Un asco. Nos privaron de una preciosa batalla final donde todos habrían participado, por eso de ahorrarse un problema con unos u otros. Leclerc pensó como nosotros pues expreso su decepción con un Come on, come on, porque es un chico muy bien educado.
Ganó Verstappen, otra vez. A este ritmo puede batir todos los récords de victorias que hay establecidos: 11 victorias, a 2 del record, a 3 de superarlo; el de victorias seguidas, lleva 5, a 4 de igualar el record de Vettel, 5 para superarlo. Ya sabemos quien se va a llevar los campeonatos -pilotos y constructores- falta ver si además convierte el 2022 en la nueva referncia histórica.
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