La ceremonia de investidura ha estado marcada por la defensa de la Filosofía de la religión como componente intrínseco e ineludible de la filosofía de la razón
"Al final todo está conectado con el cambio climático"
La doctora y profesora de la Usal Blanca Ausín González dirigirá un proyecto de investigación durante los próximos cinco años para mejorar los análisis y dataciones de los sedimentos marinos. La meta es es reconstruir el clima del pasado con más precisión para mejorar las proyecciones de cambio climático del futuro.
La investigadora del Grupo de Geociencias Oceánicas de la Universidad de Salamanca Blanca Ausín González ha inaugurado en el Instituto de Investigación en Agrobiotecnología (CIALE) el ciclo 'Common Ground Talks', una serie de seminarios informales organizados por la Unidad de Excelencia de Producción Agrícola y Medio Ambiente AGRIENVIRONMENT. Los ponentes serán científicos de primer nivel que han logrado financiación a través de una convocatoria del European Research Council (ERC), el programa de la Comisión Europea para apoyar investigaciones de alto impacto. El objetivo de estas charlas es establecer las bases para conocer, reconocer, atraer o retener talento investigador que fortalezca al CIALE.
En este caso, Blanca Ausín González acaba de obtener 1,5 millones de euros de financiación para los próximos cinco años para la ejecución de su proyecto “Procedencia y vías de transporte de partículas marinas indicadoras de cambios climáticos (PASSAGE)”. En una entrevista concedida a DiCYT ha explicado que la meta de este proyecto es obtener nuevas señales de los cambios abruptos del pasado para entender mejor el clima del futuro.
Dentro del Grupo de Geociencias Oceánicas, en el que escribió su tesis doctoral con los investigadores José Abel Flores y Francisco Javier Sierro, se centró en el estudio de los sedimentos marinos como indicador del clima del pasado. Sin embargo, la gran aportación de esta investigadora ha sido demostrar que esta información puede contener sesgos y, por lo tanto, distorsionar los resultados. "El objetivo final es corregir ese problema, que tiene una gran magnitud, como hemos demostrado en los últimos años”, afirma. “Resolverlo es complicado porque tenemos que analizar de dónde vienen las partículas y cómo se transportan. El nuevo proyecto pretende hacer esas correcciones para realizar reconstrucciones del clima mucho más fiables que luego nos sirvan para hacer proyecciones de cambio climático en el futuro mucho más robustas”, explica.
El caso de los océanos
Aunque se puede reconstruir el clima del pasado a partir de fuentes terrestres, como las estalagmitas de las cuevas, el océano tiene características muy particulares. En los fondos marinos “las partículas se van sedimentando de manera constante, lo que nos proporciona un registro climático continuo, a muy alta resolución y que se puede extender en el tiempo millones de años, algo que jamás encontraríamos en el continente”. Por eso, analizar ese “archivo” es la mejor manera de entender el cambio climático actual y sus efectos. “Sabemos que habrá un incremento de la temperatura durante este siglo, pero no conocemos igual de bien las consecuencias. Para eso, necesitamos refinar los modelos con datos de variables climáticas de eventos del pasado que ya hemos estudiado”, destaca Ausín.
Asistentes a la charla. (Fotos: Dicyt)
Los sedimentos marinos aportan esa información clave sobre el clima porque están formados por diferentes tipos de partículas, restos de fitoplancton, zooplancton o materias orgánicas que proceden del continente y que se pueden correlacionar con épocas específicas. Normalmente, “la materia que es más vieja ha sido transportada a lo largo del océano en asociación con microfósiles que son densos, se hunden rápidamente y nos dan una edad bastante fiable de lo que debería ser todo lo demás en esa misma muestra”.
Innovar para mejorar las dataciones
Su propuesta es mejorar los datos empleando la técnica del radiocarbono o carbono-14, muy conocida por su utilización para otras dataciones, por ejemplo, en el campo de la arqueología. Sin embargo, “en geociencias también la usamos muchísimo”, afirma la experta. Su aplicación “se extiende hasta los últimos 55.000 años y, dentro de ese periodo, permite datar restos de plantas o microfósiles”. Ahora el proyecto PASSAGE aprovechará las últimas innovaciones para analizar muestras extremadamente pequeñas, de hasta 10 microgramos. De hecho, Ausín pretende desarrollar una herramienta que identifique distorsiones en los registros paleoclimáticos y una metodología para corregirlas.
Gracias a la convocatoria podrá contratar a dos personas para que lleven a cabo tesis doctorales y a otro investigador o investigadora posdoctoral, además de personal técnico de laboratorio y de gestión de proyectos. En definitiva, “la idea es construir un equipo que me permita alcanzar los objetivos de este proyecto y, a partir de ahí, utilizarlo para expandir las líneas de investigación. Ahora estamos centrados en el océano, pero estaría bien empezar a trabajar en el continente con biomarcadores orgánicos y el ciclo del carbono”.
Precisamente, su charla, la primera del ciclo 'Common Ground Talks' ha tenido lugar en un centro de investigación enfocado a las ciencias agrarias y medioambientales, ámbitos que también están relacionados con su trabajo. “Al final todo está conectado con el cambio climático. Aquí estudian plantas y ecosistemas que dependen de muchos factores y variables. Saber a lo que nos enfrentamos y cómo tenemos que gestionar nuestros recursos son cuestiones muy interesantes”, asegura.
Ambas universidades han firmado un acuerdo por el que pondrán en marcha actividades conjuntas
El programa se desarrollará del 17 de marzo al 4 de abril y contempla torneos deportivos, jornadas de emprendimiento y un karaoke
La simulación de un juicio por parte de los alumnos ha sido una de las principales novedades.