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Catedrales Vivas: diez árboles testigos de una historia centenaria

Los municipios del nordeste de la provincia de Salamanca ofrecen una singular ruta que enlaza diez árboles en otros tantos municipios que en algunos casos superan los 500 años de antigüedad

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Catedrales Vivas: diez árboles testigos de una historia centenaria
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La provincia de Salamanca cuenta con rincones sorprendentes, lugares en los que conocer el paso del tiempo y dejarse llevar por el devenir de la historia. Espacios naturales imprescindibles y municipios que cautivan con sus calles y monumentos. Un rico y variado atractivo que se completa con un importante patrimonio natural en forma de árboles. Y es que los municipios del nordeste de la provincia cuentan con una singular ruta para mostrar al mundo sus 'Catedrales Vivas'.

 

El viajero que se decida a realizar esta ruta inolvidable descubrirá diez árboles centenarios ubicados en otros tantos municipios de la zona que han sido testigos de la historia de la provincia y de la evolución del paso del tiempo. Diez árboles monumentales que cuyas estructuras y formas se asemejan a las de las catedrales que permitirán descubrir ejemplares únicos como el moral más grande de España o los brazos de los alcornoques de Valdelosa, municipio que cuenta con uno de los alcornocales más importantes de Castilla y León.

 

De esta forma, la idea surgió con el moral centenario de San Pelayo de la Guareña y a partir de ahí se unieron otros nueve 'ancianos' muy especiales en una ruta que puede recorrerse en un solo día pero que, sin duda, permanecerá en el recuerdo del viajero. Son ocho árboles de propiedad municipal, bien señalizados y con una placa en la que se puede leer el nombre común y el nombre científico, y otros dos de propiedad privada, los de Florida de Liébana y Valverdón, pero que, aunque no cuentan con señalización, son de fácil acceso y localización. La Fundación Tormes-EB cuenta con un folleto autoguiado online con toda la información necesaria para disfrutar de esta ruta.

 

Así, esta ruta enmarca el fresno de San Pedro del Valle, un ejemplar único ubicado junto a una fuente que convierten el rincón en un remanso de tranquilidad que merece la pena descubrir. Juzbado es otro de los municipios con una catedral viva, su chopo centenario que se erige en centinela del transcurso del Tormes a su paso por la localidad y que se asienta junto al antiguo paso del río, utilizado siglos atrás por las caballerías para cruzar al otro lado.

 

Moral de San Pelayo de Guareña

 

La ruta continúa hasta el olmo de la finca Villaselva, en Florida de Liébana, uno de los árboles privados de este recorrido. Aunque se encuentra sin señalizar, se ubica en la carretera que une Florida de Liébana con Parada de Arriba. Los otros árboles privados de esta ruta se encuentran en Valverdón y son las sequoias gigantes de Hacienda Zorita. 

 

Los morales también son protagonistas de este singular recorrido, ya que fueron introducidos por los árabes en toda la Ribera del Cañedo. Uno de ellos es del Torresmenudas, ubicado en la plaza junto al Ayuntamiento y el otro es el de San Pelayo de Guareña, el más antiguo de España y que se ubica junto a la iglesia.

 

La ruta concluye con los alcornoques de Santiz, Zamayón y Valdelosa. El de Santiz se conoce como el alcornoque gordo de la Calahorra y tiene más de 500 años de antigüedad. Tanto es así que uno de sus brazos ha tenido que se apoyado en un pilar de granito. El de Zamayón se encuentra entremezclado entre encinas, robles y quejigos y para llegar hasta él hay que llegar a la ermita de San Miguel y continuar por la pista. Finalmente, Valdelosa acoge un importante alcornocal donde descubrir ejemplares únicos. El que se enmarca dentro de las Catedrales Vivas se encuentra en el camino viejo de Torresmenudas.

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