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Los siete pueblos salmantinos que han conseguido su 'independencia' en los últimos cuarenta años
Calzada de Don Diego, Galindo y Perahuy, Nava de Béjar, Fuentes de Béjar, Aldeavieja de Tormes, Moriscos y San Cristóbal de la Cuesta se convirtieron en los 80 en municipios independientes
Desde que se creara la actual configuración de las provincias en España en el siglo XIX los municipios han cambiado mucho. Unos han crecido, otros han disminuido, otros se han creado, otros han desaparecido y otros se han 'independizado'. Según los registros históricos del Ministerio de Política Territorial y el censo de municipios del Instituto Nacional de Estadística, desde 1860 más de 310 municipios españoles se han 'independizado', siete de ellos en la provincia de Salamanca.
Y es que en los últimos cuarenta años la provincia salmantina ha visto cómo cambiaban sus municipios. Esta particular 'independencia' se produjo en Salamanca en la década de los ochenta, cuando estos municipios dejaron de ser pedanías pertenecientes a otras localidades para ser consideradas entidades con su propio ayuntamiento.
Así, en 1981 se produjo la 'indepedencia' de Calzada de Don Diego y Galindo y Perahuy, que se separaron de Barbadillo. Por su parte, en 1982 Nava de Béjar, Fuentes de Béjar y Aldeavieja de Tormes se independizaron de Guijuelo en 1982, bajo cuyo gobierno estaban desde 1974. Finalmente, Moriscos y San Cristóbal de la Cuesta se segregaron de Castellanos de Moriscos, después de que unos años antes tuviera lugar la anexión voluntaria de ambos municipios al de Castellanos.
Desde entonces, no se ha producido ningún caso similar, aunque hay algunas entidades que han dado pasos en este sentido, como Valdelamatanza, que pertenece al municipio de El Cerro.
Una independencia que se sustenta en la Ley de Bases del Régimen Local, que permite la creación de nuevos municipios con núcleos de población territorialmente diferenciados y siempre que los municipios resultantes cuenten con recursos suficientes para el cumplimiento de las competencias municipales y no suponga disminución en la calidad de los servicios que venían siendo prestados. Aunque estos requisitos se han modificado en 2013, cuando ha quedado establecido que una localidad debe tener al menos 5.000 habitantes y los municipios resultantes deben ser financieramente sostenibles.