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Los vaivenes del nuevo convenio colectivo de hostelería: entre el optimismo empresarial y la cautela de los sindicatos
Tras meses de encuentros, ambas partes trabajan en un acuerdo para renovar el convenio de hostelería. La patronal cree que podrían firmarlo la próxima semana, aunque los sindicatos advierten de que hay líneas rojas que no traspasarán y hablan incluso de "paralización" de las negociaciones.
El nuevo convenio colectivo de hostelería de Salamanca está en pleno proceso negociador y las valoraciones aportadas desde la asociación de empresarios del gremio y desde los sindicatos mayoritarios dejan entrever la complejidad de la situación, marcada por un panorama económico con la inflación por las nubes. El último convenio caducó en 2019, pero entonces llegó el covid y todo quedó en suspenso hasta hace un año, aproximadamente. Ahora podríamos estar llegando a la meta (o quizá no).
Para muestra, un botón. Según los hosteleros, está todo "muy adelantado. Nos faltan unos flecos, pero creo que no es nada que no podamos negociar. La mesa está abierta y creo que la semana que viene vamos a poder firmar", adelantan. Para los portavoces de CCOO, sin embargo "ahora mismo está paralizado". Revelan que alcanzaron diversos acuerdos puntuales en noviembre, enero y marzo, pero hoy "se ha enfriado todo" hasta el punto de que quizá aquellos pactos ya estén "obsoletos". Sus homólogos de UGT tercian y explican que el convenio está "en pleno proceso" de negociación y que el panorama es "complicado", sobre todo a tenor de los efectos de la inflación. "Sin cláusula de revisión de algún tipo es difícil que firmemos el convenio", advierten.
"No podemos permitirnos que la subida salarial para cinco años esté por debajo de la inflación de este año"
La cuestión del coste de la vida lo sobrevuela todo. Los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios ya advirtieron el 1 de mayo que iban a ser muy reivindicativos con este punto, que apunta a convertirse en el nudo gordiano de las relaciones laborales en toda España. En UGT Salamanca lo admiten expresamente. La inflación se ha convertido en la "línea roja" que no piensan cruzar: no habrá firma sin cláusula de revisión salarial. Ésta tiene que incluirse "sí o sí" para amortiguar el alza de precios y, a mayores, creen que también habría que revisar las subidas ofertadas para las categorías salariales. "Creo que cualquier otro problema podríamos solventarlo", comentan, pero "no podemos permitirnos que la subida salarial en cinco años esté por debajo de la inflación de este año".
La postura en CCOO es parecida e insisten sobre todo en que los empresarios podrían haber acelerado los trámites para llegar a un pacto. "Los acuerdos tomados tiempo atrás, ahora mismo, después de esperar tanto, quizá no nos valen, dada la situacion del IPC desbordado y que hemos sido cautos. Los trabajadores no pueden pagar la factura". A su juicio, la patronal ha "dado largas" a las negociaciones y ha podido pecar incluso de "mala fe". Algunas partes del convenio "se podrían haber firmado a primeros de año", concluyen,
La luz al final del túnel
La valoración patronal refleja la otra cara de la moneda. Sus interlocutores son optimistas, ven un panorama "bastante positivo" y tienen "casi la certeza" de que el convenio podría rubricarse incluso la próxima semana. La negociación ha sido "bastante larga, de varios meses" y ya ven la luz al final del túnel a falta de "uno o dos flecos" por concretar. ¿Cuáles son? Esa respuesta se la reservan. Se trata de "cuestiones internas que estamos limando entre las partes".
La negociación del IPC ha sido "dificultosa, pero creo que hay buen entendimiento".
Los empresarios dejan entrever por dónde han ido los tiros durante este tiempo. La cuestión del IPC y del coste de la vida "se sabía que iba a ser lo más duro". Ha sido un punto "dificultoso, pero creo que hay buen entendimiento". Además, recuerdan que la inflación no sólo atañe a los empleados, sino que afecta a todo el mundo por igual y que ellos la notan, por ejemplo, en el coste que tienen que abonar por los productos.
Para concluir, desde ambas partes se declaran dispuestas a negociar lo que haga falta y a encontrarse siempre que sea necesario. "Nunca dejaremos de reunirnos. Siempre buscaremos el acuerdo para las dos partes. Si una de las dos partes pierde, el convenio se queda cojo", afirman en los sindicatos. "Agradecemos que hayan valorado la situación y que sean concientes de lo mal que lo hemos pasado", replican desde la patronal. Hay mimbres para firmar un nuevo convenio y miles de camareros, recepcionistas, cocineros, sumilleres, jefes de cocina y telefonistas esperan por él.
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